Inculcar una lectura de prevención: Christel Guczka

  • Es incongruente pensar que los niños están ajenos a temas como abuso sexual infantil, maltrato o violencia

Por Claudia Peralta Vázquez*

La escritora Christel Guczka planteó que el contenido de los libros infantiles, lejos de plasmar historias de hadas, princesas y aventura, deben tener una función social y abordar temas que hagan reflexionar y sacudir al lector en torno a situaciones perturbadoras que se viven hoy en día.

La creadora literaria de origen canadiense ofreció una charla a estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), como parte de las actividades de la XXIII Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2016.

Destacó que ante evidencias de abuso sexual infantil, maltrato, violencia, bullying y otros fenómenos sociales, se debe inculcar una lectura de prevención entre este sector.

Guczka expresó que es incongruente pensar que los niños son ajenos a estos temas, cuando las cifras son alarmantes en relación a estos casos; por lo tanto, se ha dado a la tarea de elaborar materiales literarios que no son gozosos como los de cualquier fantasía, pero que tratan aspectos perturbadores de los que nadie desea hablar.

“La función social es ir más allá del libro y aplicarlo en nuestro entorno, al final de cuentas todo libro merece llegar hasta esta parte.”

Se refirió a su cuento Las fotos de Caro, el cual plasma la historia de una niña que es abusada sexualmente por su tío. Tanto el diálogo como la imagen fueron planteados con tal precisión y cuidado, que fue elegido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para su edición y distribución en todas las escuelas de nivel primario del país, incluso generó un debate.

“Hay un resquebrajamiento de la sociedad y de la autoestima que le sucede a cualquiera cuando es violentado.”

Christel Guczka refirió que México es de los países con estadísticas altas en cuanto a bullying y abuso sexual infantil. Las formas de violencia sexual a menores se presentan a través de violación, hostigamiento sexual, pornografía, y este problema se manifiesta no sólo en casa, sino en espacios donde los niños laboran o estudian.

En 2012, la SEP reveló 147 denuncias en escuelas públicas de la Ciudad de México, durante los tres primeros meses del mismo año.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), México ocupa uno de los primeros lugares en violencia sexual infantil, y se considera que por cada caso denunciado –al cual no se le da seguimiento– existen 100 más que no se registran.

Asimismo, de acuerdo a las estadísticas del Programa de Prevención del Maltrato al Menor, de la Red de los Derechos de la Infancia, también en nuestro país, el 77 por ciento de las víctimas son niñas, mientras que el resto son niños.

En las ciudades de Tijuana, Distrito Federal, Guadalajara y Ciudad Juárez se registran los más altos índices de niñas explotadas, el 80 por ciento tiene entre 10 y 14 años de edad.

Al menos 250 mil niños están en el comercio sexual y, dentro de esta cifra, niños de meses de edad son de los más demandados en las redes.

Cuando vemos estas cifras, preguntó, ¿cómo asombrarse de que un niño a través de un libro se acerque a algo que vive a diario y con lo que está familiarizado directa o indirectamente? “A fin de cuentas forma parte de su realidad, de una realidad que en su país se vive”, concluyó.

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 La escritora Christel Guczka platicó con alumnos de la Facultad de Psicología de la UV

*Colaboración.