Sindicatos del sector automotriz faltan en el T-MEC
Ya pasaron dos años y solo los sindicatos que representan a los empleados de Ford, Kia, Toyota y Honda han legitimado su contrato colectivo de trabajo existente.
Elevar la cantidad de componentes de manufactura regional en los vehículos que se producen en Norteamérica no es el único pendiente que tiene el sector automotriz para cumplir con el nuevo T-MEC. Legitimar a los sindicatos y a los contratos colectivos de trabajo de las plantas es el otro frente de la industria para mantener los beneficios arancelarios del acuerdo.
A través del nuevo T-MEC, Estados Unidos busca que haya un suelo más parejo, tanto en costos como en condiciones laborales, entre los tres países firmantes, y el capítulo 23 del acuerdo apunta en esta dirección.
El anexo 23 A pide incluir en la legislación laboral disposiciones que garanticen el derecho de los trabajadores a participar en la negociación colectiva y a organizar, formar y unirse al sindicato de su elección sin la interferencia de las empresas.
“Básicamente, este capítulo obliga a las empresas de México a cumplir con nuestra propia Ley Federal del Trabajo… Pero esta vez le pusieron dientes”, dice Oscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
La reforma laboral que realizó México para cumplir con las nuevas reglas en materia laboral dispuestas en el acuerdo entró en vigor en mayo de 2019, y los sindicatos cuentan con un periodo de cuatro años para legitimar su contrato colectivo de trabajo existente.
“Se debe demostrar que los empleados de una planta votaron por el sindicato o el líder sindical que los iba a representar, y que el sindicato que los representará por los siguientes dos años haya sido electo por una mayoría… Muy poco se ha progresado en eso, muy muy poco, pero nos quedan dos años para cumplir con el objetivo”, añade Albín.
Hasta finales del 2020, solo una veintena de sindicatos del sector ya habían entregado su constancia de legitimación a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. La mayoría, sindicatos que representan a los trabajadores de los proveedores de autopartes, como Metalsa.
En el país hay 24 plantas propiedad de armadoras, pero hasta finales de 2020 solo una tercera parte ya habían cumplido con el trámite: cinco de Ford, una de Kia, una de Toyota y una de Honda.
La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) ha expuesto que parte de los contratos existentes surgieron bajo la creación de sindicatos “fantasma”, es decir, que ofrecen protección al empleador a cambio de reconocer la titularidad del contrato colectivo, pero que no representan a la mayoría de los trabajadores.
A finales de 2020, la Cofemer dijo que “la autorregulación no ha sido eficaz”, y que “resultaba necesario establecer un procedimiento que permitiera atender las inconformidades de los trabajadores que se presentaran durante los eventos de consulta para la legitimación de un contrato colectivo de trabajo”.
Estados Unidos, por ejemplo, tiene un call center para recibir, de manera anónima, cualquier denuncia.
“Estamos dando seguimiento a la implementación de la reforma laboral en el marco del nuevo tratado para evitar una posible afectación, ya que en el caso de que no cumplamos estaríamos dejando de recibir los beneficios del tratado”, dice Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.