Un valioso recorrido

Un valioso recorrido

Mtra. Irasel Negrete Ronzón

Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la
realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.- Paulo Freire
Con motivo del pasado “Día del maestro” el 15 de mayo y el 29 “Día del docente de Telesecundaria”
escribo este artículo el cual pretende brindar una perspectiva sensible del recorrido que hacemos los
docentes previo a nuestra llegada a laborar en escuelas ubicadas en la ciudad dotando a este análisis un
enfoque de valoración a la labor del profesor en las comunidades y dar relevancia a la reciprocidad y
mutualismo que se forja en ese transitar resaltando lo enriquecedor y hasta necesario que resulta a mi
perspectiva el hecho de realizar ese recorrido para forjarnos en experiencia que se traduzca en mayor
empatía, mejores estrategias y en una identidad firme.

En mi caso, como docente de Telesecundaria iniciar al sur del Estado laborando en una comunidad
indígena, luego en las faldas del Pico de Orizaba entre otras localidades fue algo que nutrió mi práctica
docente, sensibilizándome, volviéndome más creativa para usar los recursos a mi alrededor, desarrollando
habilidades sociales y comunicativas que permitieran la identificación con mis estudiantes y sus
familias, y es que como menciona Perrenoud (1994) “las competencias prácticas no están hechas solamente
de saberes formalizados y de técnicas elaboradas, sino también de esquemas de puesta en práctica de esos
saberes, esquemas de acción que resultan de la experiencia acumulada a lo largo del desempeño profesional”
(p.2).

Transitar por las comunidades fue un parteaguas que me hizo entender el concepto de maestra
desde otra perspectiva, esa relación tan estrecha que se da con la comunidad escolar es inigualable ya
que uno como docente tiene la oportunidad de descubrir nuevas formas de vivir, de convivir, de pensar,
así como de valorar la diversidad lingüística y cultural de cada región, además de ello, cuando
verdaderamente comprendes lo que necesita la comunidad para salir adelante y lo que puedes hacer para
su mejora a través de la educación que das a los alumnos todo cambia ya que hay un objetivo
compartido y no sólo eres una persona que está de paso sino te vuelves uno más que se suma al
trabajo de sacar adelante a los estudiantes para que puedan ser ciudadanos proactivos y personas con
un proyecto de vida que los haga sentirse felices y plenos, ya que como afirmó el filósofo español
Fernando Savater en una entrevista que le realizó la publicación colombiana Al tablero acerca del papel
del maestro en el siglo XXI, respondió que “es el soporte básico del cultivo de la humanidad y su labor

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está ligada al sentido humanista de la civilización”, lo que interpreto como que el hecho de la presencia
y permanencia de un docente en una escuela no sólo impacta en sus alumnos sino en toda la
comunidad dependiendo de qué tanto decida involucrarse y convertirse en agente de cambio positivo
de la misma y es que a lo largo de mi travesía entre las diferentes escuelas y localidades donde tuve
la fortuna de conocer a grandes maestros y maestras de diversos niveles comprometidos con su labor
que dedicaban más del tiempo de su horario de clases y que verdaderamente ponían a los estudiantes al
centro de todo, como el foco de todos los esfuerzos, muchas veces los docentes también se involucraban
en actividades de la comunidad y en varios casos decidían quedarse a vivir ahí por un tiempo
indefinido.

En conclusión y para no extenderme tanto, cuando llegas a la ciudad y has hecho este largo
recorrido no sólo llegas con un corazón de docente más grande sino también llegas más fortalecido en
cuanto a estrategias didácticas y de cierta manera te vuelves más práctico pues estás acostumbrado a
resolver situaciones donde no cuentas con los recursos para dar las clases o te volviste un experto en
enfrentar circunstancias inusuales pues viviste experiencias únicas que te hacen valorar el lugar donde
estás ahora ya que para llegar a tu centro de trabajo en la comunidad debías usar lancha, llegar a
caballo, caminar mucho, entre otras; en lo personal, al escribir este artículo no puedo mas que sonreír
porque me vienen a la mente tantos recuerdos bonitos de mis inicios como maestra que atesoro y
agradezco haber vivido.

Si quieres compartir conmigo tus experiencias puedes escribirme a mi correo, me encantará leerlas.