Sindicato denuncia a empresa Chedraui
Por Por Daniela Barragán, Alejandra Padilla y Linaloe R. Flores*
El Sindicato de Trabajadores Unidos de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés) ha puesto en jaque a la empresa veracruzana al denunciar las precarias condiciones laborales que Chedraui, en su filial norteamericana El Súper, ha ofrecido a los trabajadores por años. La demanda, interpuesta ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se hizo bajo los esquemas de acuerdos de México y Estados Unidos en materia de comercio comercial, en específico del acuerdo laboral del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Durante los últimos dos años, trabajadores de las siete tiendas sindicalizadas de El Super, han exigido mejores condiciones laborales. Durante ese mismo tiempo, la empresa ha empantanado las mesas de negociación, a pesar de que la Corte Federal le ordenó retomar el diálogo y recontratar a líderes sindicales que había despedido.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno de Estados Unidos se han manifestado a favor de los trabajadores e incluso participarán como intermediarios en las mesas de discusión que la empresa se ha negado a reanudar.
“Compañías lucrativas que registran multimillonarias ganancias, como Chedraui, y que reciben exenciones de impuestos por parte del Gobierno federal tienen la obligación de tratar a sus empleados con dignidad y respeto”, expone Rigoberto Valdez, vicepresidente de UFCW.
Pero, ¿por qué Chedraui no tiene los mismos problemas en México? Enrique Larios Díaz, presidente del Colegio de Profesores de Derecho del Trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo explica.
“La realidad aquí es diferente. Las prácticas utilizadas por Chedraui son las generales en todas las empresas del sector”, dice el abogado. El especialista añade que Chedraui tiene una política cuyo objetivo es obtener más ganancias a costa de pagar menos salarios.
“En esta situación, se contratan trabajadores por honorarios, que no corresponde a la materia laboral sino a la materia civil y corresponde cuando un profesionista le presta servicios a otra persona, pero en ese caso el profesionista dicta las condiciones. Aquí se engaña a los trabajadores con contratos de honorarios, pero el trabajador tiene que estar subordinado a un patrón”, afirma.
Para Enrique Larios, Chedraui puede llamar colaboradores, visitantes o usar cualquier denominación, para referirse a sus trabajadores.
“La realidad es que prestan un trabajo de manera personal y subordinada a un patrón, que no paga impuestos ni salarios con la complacencia del Gobierno. Las autoridades no van a estas empresas a verificar quiénes están trabajando y quienes no y dejan simplemente que la vida transcurra y se hacen de la vista gorda”, explica.
Al 31 de diciembre de 2015, el 45.6 por ciento de los “colaboradores” estaban representados por sindicatos. En México están afiliados a 28 sindicatos separados y las relaciones laborales con cada uno de estos sindicatos se rigen por 243 contratos colectivos de trabajo, los cuales son negociados independientemente con cada sindicato.
Para Larios, en el número de sindicatos se debe observar la calidad de los dirigentes sindicales, que no son reconocidos y que manejan contratos de protección con sindicatos de papel, que no tienen ni una representación real. Muchos de ellos están adheridos a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y representan “la postración ante el Gobierno federal y los patrones”.
Mediante este método –el de tener muchos contratos colectivos y muchos sindicatos–, los trabajadores jamás son notificados a qué acuerdos llegan el sindicato y los patrones, y permanecen contratos colectivos que tienen los derechos mínimos de la Ley cuando, en teoría, éstos ofrecen aún más prestaciones, según el especialista.
En el informe financiero de Chedraui, que corresponde a 2015, se lee: “Nuestro éxito depende de nuestra capacidad de retener cierto personal clave, nuestra capacidad de contratar personal clave adicional y el mantenimiento de buenas relaciones laborales”.
Chedraui tiene contratados a 37 mil 716 “colaboradores” (44 por ciento mujeres y 56 por ciento hombres) y ocho mil tres empacadores voluntarios.
Al respecto presume en el mismo informe de la BMV: “Buscamos una buena calidad de vida para nuestros colaboradores y fomentamos la convivencia familiar, personal y laboral. En este sentido, nuestro plan de compensaciones es competitivo y equitativo; garantizamos igualdad de oportunidades para todos los colaboradores en materia de contratación, capacitación, desarrollo y promociones, todo ello de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo”.
En el caso de El Super, el UFCW representa a aproximadamente 600 empleados que laboran en siete tiendas. Esta tienda representa una cuarta parte de los ingresos netos de Chedraui y contribuye sustancialmente a la rentabilidad general de la empresa. Sin embargo, a pesar de su prosperidad, El Super se ha negado de manera consistente por tres años, a compartir esa bonanza con su planta laboral sindicalizada.
“Los trabajadores miembros del sindicato en El Super han venido luchando por más horas garantizadas para los empleados de tiempo completo, suficientes días por enfermedad pagados, un sistema justo de retiro y salarios dignos que les permitan sostener a sus familias. El Súper tiene toda la capacidad financiera para cumplir las demandas de los trabajadores pero la compañía, la cual opera bajo el control directo de Chedraui, no ha cumplido con esa responsabilidad. Chedraui no amerita las ventajas fiscales que el Gobierno de México le otorga”, comenta Rigoberto Valdez, líder del UFCW.
Rigoberto Valdez, vicepresidente del sindicato estadounidense UFCW, que ha denunciado las malas condiciones laborales en El Super, filial de Chedraui en ese país. Foto: Cuartoscuro. (Tomado de sinmebargo.com)