Servicio social de la UV en el DIF Xalapa

Por Ariel López Alvarez*

Domingo, 4 de marzo de 2018

Los jóvenes egresados de la Universidad Veracruzana, como de cualquier institución de educación superior, tienen como obligación realizar un servicio social para la comunidad, antes de titularse. En principio, es un requisito que se precisa en la Ley General de Educación, en virtud de haber sido beneficiarios de los servicios educativos. Por supuesto, es conveniente que su servicio social sea desarrollado en ambientes de seguridad, pues tener la condición de prestadores de servicio no los hace menores en ninguna de las garantías individuales consagradas por la Constitución.

Las clínicas del DIF municipal de Xalapa son un buen lugar para que los egresados del área de la salud realicen sus prácticas, aunque algunas se tornan peligrosas por las noches para los jóvenes. La asistencia social que realizan los módulos del DIF dan sentido a los ideales, filosofía democrática, solidaridad y tareas humanitarias que las instituciones buscan concretar en un servicio social, y los jóvenes pasantes deben sumarse con entusiasmo.

En el ejercicio del trabajo médico y odontológico, los jóvenes egresado palpan cómo su tarea diaria incide en la calidad de vida de la población. Lo que es teoría para muchos se vuelve praxis para los jóvenes: justicia social, responsabilidad médica y apoyo a la condición precaria de amplios sectores de nuestra sociedad.

Sin embargo, y aunque no es tan simple, da la impresión al leer los Estatutos de los alumnos de la UV que el egresado del servicio social se convierte únicamente en un sujeto de obligaciones, surgiendo la pregunta de los derechos que todavía le quedarían al joven; por ejemplo, acaso el joven tiene derecho o no a que la institución educativa revise previamente la seguridad del lugar donde cumplirá su responsabilidad del servicio, si así fuera necesario.

Figurativamente da también la impresión de que el joven egresado del área de la salud estuviera en la parte media de un sándwich: ya no es estudiante, aunque paga sus derechos como cuando cursaba un semestre regular, pero es considerado como un medio para fortalecer la vinculación de la UV con la sociedad; por el otro lado, tampoco ha alcanzado la calidad de profesional, pero debe ejercer la práctica profesional en un contexto real.

El Reglamento del Servicio Social de la UV data del 2013. Siendo un documento muy amplio, es paradójico que en ninguna de sus partes hable de la garantía de seguridad física que en primera instancia debería cuidarse. Quizá en sus actualizaciones deba generalizarse la idea contenida en el artículo referido al servicio social de los planes flexibles, que sí supone la supervisión en el lugar donde se realiza el servicio social. Esto permitiría a las autoridades universitarias poder constatar in situ las garantías mínimas de seguridad y condiciones de trabajo en que se desempeñan los jóvenes del servicio social.

Por lo pronto, a los ciudadanos no nos debe caber la menor duda de que tanto el DIF municipal de Xalapa como la UV deben estar atentos a las denuncias de inseguridad nocturna que presente cualquier joven del servicio social.

*Colaboración.