Por saquear fundación giran órdenes de aprehensión contra la familia Jenkins
De acuerdo con Guillermo Jenkins de Landa, actualmente sus familiares se encuentran en Los Ángeles, California, a donde huyeron para evitar su aprehensión.
Un juez del Estado de México giró órdenes de aprehensión en contra de integrantes de la familia Jenkins por el presunto lavado de 14 mil millones de pesos que formaban parte del patrimonio de la fundación creada en 1954 por el filántropo William O. Jenkins, para obras de beneficencia en Puebla.
Las órdenes, emitidas desde hace cinco meses contra Roberto, María Elodia, Margarita y Juan Carlos Jenkins de Landa, y contra Elodia Sofía de Landa Irizar de Jenkins, responden a una demanda que inició Guillermo Jenkins de Landa, hijo primogénito de la misma familia.
De acuerdo con Guillermo Jenkins de Landa, actualmente sus familiares se encuentran en Los Ángeles, California, a donde huyeron para evitar su aprehensión.
Desde hace más de ocho años, el hijo del matrimonio formado por Guillermo Jenkins Anstead y Elodia Sofia de Landa denunció que sus padres y hermanos habían iniciado una serie de maniobras para apropiarse del patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins creada por su abuelo.
Al morir, en 1963, el empresario Willam O. Jenkins nombró como su heredera universal a la fundación, que realizaría obras en apoyo a la educación, la cultura, la salud y el deporte de México y en particular de Puebla.
En su testamento, Jenkins dejó en claro que no contemplaba a sus descendientes en la herencia porque consideraba que los hijos tenían que trabajar y formar su propia fortuna. Así lo dejó escrito:
“…que siempre he tenido la firme convicción de que, en bien de sus hijos, los padres no deben dejarles grandes fortunas como herencia, sino más bien enseñarlos y ayudarlos a trabajar para que ellos mismos ganen lo que necesiten, teniendo la creencia del propio señor testador, que nadie con capacidad de trabajar debe gastar dinero que no haya ganado por su propio esfuerzo…”.
Desde 1996, Manuel Espinosa Yglesias, quien en vida fue socio y amigo de O. Jenkins, denunció que William Jenkins Anstead y su esposa Elodia de Landa pretendían adueñarse del patrimonio de la fundación y recobrar lo que a su juicio les correspondía en herencia.
Guillermo Jenkins de Landa logró desentrañar la maniobra que ejecutaron sus parientes para llevarse esta fundación a Panamá, donde elaboraron un reglamento en el que se declararon beneficiarios del patrimonio. El primogénito de la familia llamó a esta operación “la mayor defraudación filantrópica de la historia”.
En las denuncias presentadas ante la Procuraduría General de la República (PGR) y el Sistema de Administración Tributaria (SAT), quedó establecida la ruta que siguieron los descendientes de Jenkins para saquear a la fundación y gozar del dinero que el abuelo había dejado para obras de beneficencia.
En 2014 donaron el patrimonio de la Fundación Jenkins a otra de nombre Bienestar de Filantropía, ubicada en Aguascalientes. Luego de esto se llevaron 720 millones de dólares a Barbados y en 2015 transfirieron el dinero a Panamá, donde cambiaron el nombre a Fundación para el Desarrollo Latinoamericano.
En Panamá, el 4 de agosto de 2016, el Consejo de dicha Fundación aprobó un reglamento en el que se establece que el “disfrute del patrimonio fundacional” y del producto del mismo le corresponde a Elodia Sofía de Landa Irizar, viuda de Guillermo Jenkins Anstead, y a cuatro de sus hijos de nombres Roberto, María Elodia, Margarita y Juan Carlos Jenkins Landa.
Además, dejaron por escrito que los hijos podrán dejar en herencia el derecho a ese “disfrute” a sus descendientes.
A Elodia de Landa, quien quedó viuda el 2 de diciembre de 2016, se le autorizó disponer hasta de 600 mil dólares anuales, además de gozar de una anualidad de 120 mil dólares, misma cantidad que recibirían cada uno de cuatro hijos, a excepción del primogénito, Guillermo.
La Fundación Mary Street Jenkins aporta recursos para instituciones como la Universidad de las Américas, el Colegio Americano, Club Alpha, Instituto Nacional de Cardiología e Instituto Nacional de Nutrición, además de financiar la restauración de templos y monumentos históricos, principalmente en la ciudad de Puebla.
Asimismo, patrocinó el equipamiento museográfico de la Sala Puebla de los Ángeles del Museo Internacional Barroco. Roberto Jenkins de Landa, miembro del patronato, entrevistado a principios de 2020, calificó de “chismes de unas personas” las acusaciones de que su familia había saqueado el patrimonio de la fundación.
*Información de Proceso