Pensar críticamente
POR: Mtra. Irasel Negrete Ronzón
«No leas para contradecir y refutar;
ni para creer y dar por sentado;
ni para encontrar charlas y discursos;
sino para sopesar y considerar».-Francis Bacon
Aunque esta columna de opinión está dirigida a personas inmersas en el campo educativo, considero que muchos de los temas abordados aquí pueden ser de gran utilidad para todos, como es el caso del tema de este mes, el pensamiento crítico, el cual de acuerdo a al Instituto LISA, es la capacidad del ser humano para analizar una información existente, ya sea supuestamente verdadera o falsa, con el objetivo de esclarecer su veracidad y alcanzar una idea justificada al respecto, lo que significa que pensar críticamente es dudar de las afirmaciones hasta que nosotros podamos comprobarlas y determinar si son veraces, en otras palabras, el pensamiento crítico es analizar desde nuestra propia ideología para seguir construyendo nuestra identidad.
De manera natural la mayoría de los pensamientos que vienen a nuestra mente son automáticos, es por ello que en muchas ocasiones nos gana la impulsividad y hasta nos dejamos llevar por el criterio de alguien más y lo copiamos y no es sino hasta que nos damos tiempo de pensar de manera clara, que nos damos cuenta si era acertada o no dicha idea, sin embargo aunque pensar y actuar automáticamente no son un problema porque es así como se da el pensamiento de forma innata en nuestras actividades cotidianas, el conflicto aparece cuando debemos tomar decisiones relevantes en nuestra vida que no fueron correctamente examinadas.
El pensamiento crítico es un proceso intelectual que se puede mejorar con la práctica y el entrenamiento, que nos sirve para identificar y clasificar la veracidad de la falsedad, discernir lo mediocre de lo sobresaliente y sobre todo a no generar prejuicios, es decir, a tener una postura fundamentada, lógica y basada en la reflexión. ¿Por qué es importante trabajar el pensamiento crítico? Definitivamente una persona que tiene un pensamiento crítico es un individuo que tendrá la facilidad de desenvolverse en cualquier ámbito ya que sus habilidades intelectuales serán flexibles y siempre estará abierto a la construcción de nuevo conocimiento; pensar de forma clara y sistemática también ayuda a la exposición de las ideas propias y la comprensión de las ajenas y algo muy destacado es que al pensar críticamente se promueve nuestra creatividad generando soluciones, ideas innovadoras y permitiéndonos renovarnos. En todas las edades es necesario actuar con base en un pensamiento crítico, sin embargo, en edades escolares (3 a 17 años), una educación enfocada en el pensamiento crítico es básica porque además de los beneficios anteriormente mencionados, ayudará a tener una vida estructurada, con objetivos que se vean reforzados por valores y decisiones meditadas, asimismo, un pensamiento crítico permitirá que como sociedad podamos resolver los problemas sociales viéndolos desde diferentes perspectivas para poder superarlos.
Para trabajar en pensamiento crítico Halpern (2006) plantea cinco habilidades para desarrollarlo: análisis de argumentos, comprobación de hipótesis, razonamiento verbal, probabilidad e incertidumbre y, toma de decisiones y resolución de problemas. Para entrenarlas en el aula podemos iniciar nuestras clases con preguntas que inviten a la reflexión, especialmente enfocadas en el: ¿qué? ¿cómo? ¿por qué? ¿para qué?, de esta manera las respuestas irán encontrando su argumento, otra estrategia es desmenuzar un problema en sus causas y consecuencias y después razonarlo de las consecuencias a las causas, aunado a esto investigar y reflexionar sobre lo que se investiga cuestionando la fuente y su veracidad será de gran relevancia, algo necesario para trabajar el pensamiento crítico es ser honesto y pensar por uno mismo, ya que al indagar en nuestra mente para poder dar una opinión nos mantenemos fieles a nuestros valores, ideales y creencias dándonos tiempo para analizar y evaluar lo que se nos presente.
Ahora que sabemos qué es, para qué sirve y cómo podemos mejorar el pensamiento crítico, es importante tener en cuenta que hay diversos niveles del mismo, los psicólogos Linda Elder y Richard Paul proponen una clasificación de 6 niveles siendo del más bajo al más alto: pensador reflexivo (no usan datos relevantes), pensador cuestionado (no buscan explicaciones), pensador principiante (el ego influye en sus decisiones), pensador en prácticas (analiza sus procesos de pensamiento), pensador avanzado (es autocrítico, utiliza la empatía intelectual y genera nuevos y mejores hábitos intelectuales), por último está el pensador maestro (comprende los niveles mentales más profundos y está dispuesto a reconocer su propia ineptutid), así que aunque el camino es largo, el tiempo para llegar de un nivel a otro dependerá de nosotros así como la manera en que cultivemos nuestro pensamiento; en el caso de estar frente a grupo, deberemos poner atención a las estrategias que seleccionemos para trabajar este proceso intelectual de forma eficaz. ¡ Manos a la obra!