No es solamente una silla…
Por Carlos Cabrera Hernández*
Nuestro país es muy peculiar en muchos aspectos, algunos de ellos de Peña ajena (¡¡Oooops!!, juro que esta vez es culpa del corrector porque yo quise escribir «de pena ajena»!! En fin…). Uno de estos contextos es la política, tan concurrida por gente que, la más de las veces, sólo la toma como una manera de asegurar su estado financiero y el de muchas de sus generaciones venideras. Y en tiempos electorales la «política a la mexicana» se disfraza de buena persona y sale, de la mano de los no menos «sui generis» políticos, a recorrer calles, colonias, ¡¡incluso las que ni siquiera sabían que existían!! Qué importa que estén llenas de gente «humilde» si es a esa gente a la que quieren abrazar, a la que quieren llenarle los oídos con sus «promesas (que no propuestas) de campaña»… Es esa gente de la que quieren el voto, ¡y nada más!
Leo algunas notas periodísticas que se ocupan de uno y de otro candidato, unas se inclinan por uno y, obviamente, tratan de mover a la gente para que vote por él. ¿Y cómo lo hacen? No analizando lo que éste propone, sino más bien tratando de minimizar y descalificar lo que proponen sus adversarios, sobre todo los que están en la pelea y representan un problema para su candidato.
Pero, seamos honestos, puede la gente ser simpatizante de uno u otro, lo que no puede es cerrar los ojos y dejar de ver que lo que «su gallo» propone tampoco es viable, ¡¡Por favor!! No se puede becar a todos los estudiantes, ni se puede hacer que los que robaron devuelvan lo que se «echaron a la bolsa», ni mucho menos es posible prometer ¡¡que se aplastará a la delincuencia!! (tan sólo por citar tres propuestas, de tres candidatos diferentes, ¡que conste!). Habrá gente que sí lo crea, ¡¡pero la gente pensante?? No se apasionen por «su partido» y analicen, piensen, mucho de lo que dicen es poco factible.
Ahora, la «guerra sucia», ahí sí ni cómo ayudar a algunos. Pues le han rascado y le han rascado para armar sus ofensivas, ¡muchas de verdadera risa! Y conste que aquí citaré a dos, porque son los que se han encerrado en este oscuro pasaje electorero, aunque sé que habrá quien saque conclusiones erróneas. Veamos… Como esa en donde el PRI dice que no puede ser candidato alguien que le ha robado tanto al erario o en donde habla de que los veracruzanos no queremos un candidato violento… ¡¡Vaya cinismo!! El PRI se ha pasado la vida poniendo candidatos de muy dudosa reputación y que se han llenado los bolsillos porque van de «hueso en hueso», además con qué calidad moral piden que no haya aspirantes violentos si muchos de sus gobiernos (¿hace falta un ejemplo?) han generado, y utilizado, tanta violencia ¡que ya nuestro estado está dentro de los más inseguros del país!
Otro, para ganar votantes, promete que meterá a la cárcel a todo el que haya robado dinero del pueblo, siendo que sobre su cabeza anda todo el día la nube más negra de la duda acerca de los malos manejos que hizo cuando fue servidor público en el gobierno federal, sin contar todas las acusaciones, grabaciones, imágenes y videos que lo señalan como un tipo que ha amasado una enorme fortuna en su paso por los puestos políticos y de gobierno…
Lo dicho, puede alguien ser simpatizante de tal o cual candidato, lo que no puede es dejar que una venda (no importa el motivo por el que la porte) le cubra no sólo la vista sino también… la razón y la inteligencia. El tiempo se agota y la fecha marcada está al doblar la esquina, no sólo es una silla lo que está en juego…
*Colaborador.