México busca detener una nueva subasta de piezas prehispánicas
Hace un mes el gobierno federal, con todo y sus protestas diplomáticas, no pudo evitar que la parisina casa subastadora Millon vendiera alrededor de 95 objetos prehispánicos de gran valor cultural, pero de dudosa procedencia, lo cual abrió también el debate en torno al tráfico ilícito de arte.
Sotheby’s ofrece ahora, al mejor postor, por lo menos 57 piezas olmecas, mayas, zapotecas, mexicas y teotihuacanas procedentes de varias regiones del país.
Denuncia del INAH ante la FGR
El INAH informó a La Jornada que interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) y dio aviso a la consultoría jurídica de la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Dirección General de Asuntos Policiales Internacionales e Interpol ‘‘con la finalidad de que se implementen las acciones legales y diplomáticas necesarias, para lograr la suspensión de la mencionada subasta y la repatriación de los bienes culturales”.
Fue el 8 de octubre cuando el INAH se enteró de la subasta que Sotheby’s tituló Le Soleil de Nuit Pre-Columbian Treasures from an Important French Collection, en la que se ofertan bienes de origen mexicano que son ‘‘un testimonio del gusto refinado de un coleccionista francés cuya vida se definió por la pasión por la estética y la integridad del arte de muchas culturas”, se explica en el anuncio de la venta.
El instituto también elaboró un dictamen arqueológico el pasado 16 de octubre, suscrito por los arqueólogos Jaime Alejandro Bautista Valdespino y Omar Silis García, ‘‘donde se concluye que de las 57 piezas anunciadas como procedentes de México, 35 piezas son bienes arqueológicos procedentes de nuestro país, los restantes 22 son bienes de reciente manufactura que no forman parte del patrimonio cultural de la nación”.
En total serán subastados 74 objetos precolombinos del patrimonio arqueológico de siete países latinoamericanos (México, Ecuador, Honduras, Perú, Bolivia, Panamá y Costa Rica), la mayoría tiene un origen ‘‘vago e impreciso”, sostiene el arqueólogo Daniel Salinas Córdova, quien en sus redes sociales explicó a detalle las características de varias de las piezas incuidas en esa puja.
Por ejemplo, se rematará un ‘‘excéntrico maya de sílex (pedernal), el cual data del clásico tardío (550-950 dC). Sobre su procedencia sólo se dice que fue vendido por una galería en Nueva York para formar parte de la colección de Carol Meyer en 1985 y posteriormente ser subastado por Sotheby’s NY en 2005”, apunta Salinas Córdova.
El especialista pone otros ejemplos: ‘‘escultura mexica en piedra de un personaje con atributos del dios Ehécatl, de entre 1300-1521 dC. Fue vendida por Stendhal Galleries en Los Ángeles en junio de 1942 a la Pierre Matisse Gallery de Nueva York, pero, ¿de dónde la sacó Stendhal?
‘Impresionante máscara de terracota, atribuida a la ‘cultura Veracruz, región de Puebla’, 700-1200 dC. Perteneció a la colección del banquero estadunidense Jay C. Leff y subastada en dos ocasiones desde 1975. Pero la incógnita es la misma: ¿cómo llegó a manos de Leff?
‘‘De la urna funeraria zapoteca se dice claramente que proviene de Monte Albán (Oaxaca); sin embargo, respecto de su procedencia sólo se menciona que perteneció a una colección privada de Bruselas y vendida a su actual dueño en 2007 en París. ¿Así o más sombría la cosa?”
¿Por qué un reclamo de Guatemala sí fructificó?
El arqueólogo e historiador Salinas Córdova narra en su blog que Guatemala sí logró retirar una pieza del catálogo de la subastadora Millon en septiembre, perteneciente a su patrimonio, luego de reclamarla públicamente el 27 de agosto. Se trata del fragmento central de la estela 9 del sitio maya de Piedras Negras.
‘‘¿Por qué el reclamo de Guatemala resultó fructífero mientras el de México no? Primero que nada, las autoridades guatemaltecas comenzaron a gestionar la recuperación de la pieza desde principios de agosto, más de un mes y medio antes de la subasta. Pero más importante aún, la pieza en cuestión contaba con una amplia documentación que la identifica sin lugar a dudas como un fragmento de la estela 9 de Piedras Negras, la cual fue excavada y registrada en 1899 por el arqueólogo alemán Teobert Maler. El fragmento de la estela que estaba en venta, un tocado de búho, fue sustraído ilegalmente en la década de 1960 y desapareció hasta aparecer en venta en el catálogo de la subasta de Millon.
‘‘Desgraciadamente, las piezas mexicanas no cuentan con registros o documentación que las identifiquen y vinculen a un sitio, excavación o colección específica, determinando así si su exportación fue ilegal o no. Debido a la falta de rastros documentales, no hay realmente forma de saber de dónde son y cuándo fueron excavadas, así como cuándo, cómo y en qué circunstancias salieron de México. Un reclamo sobre bienes culturales como el interpuesto por México ante Francia y la casa de subastas Millon se debilita enormemente si no se cuenta con la procedencia de los bienes, esto es, con una detalladay bien documentada cronología de la propiedad, custodia o ubicación de ellos a través de los años”, lamenta el especialista en su blog elcaminosehacealandar.wordpress.com/.
El arqueólogo considera que los datos de procedencia de los objetos proporcionados por Sotheby’s son incompletos y grises; ‘‘este tipo de subastas que comercializan el patrimonio no son éticas ni morales y deben detenerse”.
Al respecto, su colega sueca Paloma Berggren opinó: ‘‘Uno de los aspectos más problemáticos de estas casas de subastas es que legitiman la violencia, el saqueo y el abuso de poder mediante la venta, evaluación y licitación de artículos arqueológicos. Esto es parte de la llamada cultura global del tráfico”.