Los programas se quedan, pero… ¿los pobres?
Héctor M. Magaña
No cabe duda que para quien ha seguido el desarrollo de estas elecciones en 2024 lo que ha saltado a luz son las contradicciones entre Xóchitl Gálvez con respecto a los programas sociales del gobierno actual. En resumen: al inicio prometió retirar todos los programas, luego juró (con sangre en el dedo) conservarlos. Al inicio la postura era: los pobres son pobres porque quieren. La postura actual es: los programas se quedan, pero… ¿y los pobres?
Fabrizio Mejía Madrid en Sin embargo abordó estas contradicciones. “La pobreza y el sufrimiento son consecuencia del fracaso de los pobres en reconocer su propia libertad y de su equivocada dependencia del gobierno.” Esta es la tesis neoliberal. Una tesis sencilla pero persistente. “Creen que el destino de los recursos públicos hacia los más vulnerables y a la infraestructura es un robo a su dinero ganado con esfuerzo. Creen, por lo tanto, que cobrar impuestos y gastarlos en programas sociales es un desperdicio de recursos en quienes tienen un fallo de la voluntad.”
Parece que vivimos en esos tiempos del siglo XIX, una especie de darwinismo social que justifica el clasicismo. De ahí reside una postura que me parece preocupante: la de un individualismo que pretende imponerse frente al mundo y frente al grupo. Por eso mismo, no entienden muchos políticos conservadores el caso Morena. No entienden que la nueva directriz histórico-social ha perdurado más en los mexicanos que la ideología individualista, neoliberal y egoísta.
Fabrizio Mejía Madrid nos presenta algunos casos, como el de Salinas Pliego quien, además de tener grandes problemas con hacienda, lo tiene con los programas sociales, ya que deduce la existencia de robos, fraudes, etc. Con riesgo a sonar reduccionista diré que la base de la popularidad de Morena reside en esos programas.
Por último, hay que recordar una cosa: “La pensión de adultos mayores, la pensión universal para personas con discapacidad, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y las becas para estudiantes de bajos recursos no están en la Constitución como los propuso López Obrador el 5 de febrero pasado. Se trata de las reformas que se aprobarán sólo si funciona el Plan C, es decir, el de obtener las dos terceras partes de ambas Cámaras de representantes.”