Los Evangelios y la política
Héctor M. Magaña
Fabrizio Mejía Madrid nos habla ahora desde un punto de vista que parece radical. Para su colaboración en Sin embargo estamos viendo una reflexión política sobre la Semana Santa, algo así como una lectura política de los Evangelios.
Sin necesidad de caer en controversias religiosas, Mejía Madrid trae a colación una reflexión sobre los eventos que marcaron la historia del Nazareno. ¿Qué podemos decir que sea relevante con respecto a las múltiples lecturas de juegos de poder que se dan entre Jesús y el poder del Imperio Romano? ¿Cómo podemos nosotros, como sujetos políticos, extraer lecciones de aquel que se levantó contra los sacerdotes judíos fariseos y contra el Imperio?
A continuación, extraigo tres puntos esenciales que destaca Mejía Madrid y que ilustran sus reflexiones sobre el tema:
- “Jesús representa un culto que no es institucional y que es aprobado antes por los sabios paganos —los reyes magos— que por los sacerdotes del Templo. En este punto es donde se da la novedad del liderazgo de Jesús.” Primera visión: un Jesús outsider de lo institucional.
- “Cuando Jesús habla de contra los padres lo hace contra el Estado romano que los somete. Cuando habla de los niños también habla de quienes son menores de edad, los colonizados. Invoca a la mostaza, una planta que crece sin control en los sembradíos y que, con su olor, atrae a los pájaros que arrasan las cosechas. Se ve a sí mismo sembrando esta planta que atrae la destrucción del Imperio romano.” Segunda visión: Jesús destructor del colonialismo, destructor del Imperio.
- “Los abraza, los invita a partir el pan y a beber el vino en una mesa tan larga que no rechace a nadie. Por eso es perseguido. Porque su idea de la vida trastoca completamente las injusticias sociales. ‘Los últimos serán los primeros’”. Última visión: Jesús con consciencia social.
Estas son las tres tesis que se manejan en la columna de Fabrizio Mejía Madrid. Su propuesta de retomar la historia contada por los Evangelios merece, por lo menos, tenerse en cuenta.
No cabe duda, de que los eventos religiosos vienen ligados a desarrollos políticos importantes: Buda contra la vida en la corte, Confucio buscando ordenar el Imperio Chino frente al caos social, Mahoma con su ejército llegando a la Meca, y por supuesto, Moisés liberando al pueblo hebreo de la esclavitud del faraón. El caso cristiano no es aislado. La religión, más allá de su aspecto trascendente, requiere una profunda reflexión sobre los eventos sociales que la hicieron posible.
Así, la reflexión para Semana Santa, según Fabrizio Mejía Madrid, es la siguiente: “Desde un punto de vista exclusivamente político, Jesús es quien, desde su origen humilde, reivindica a los discriminados, descartados, sobrantes.”