¿Las dietas ayudan a eliminar la obesidad?
POR: Alejandra Leyva Rojas*
La obesidad es considerada una enfermedad según la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante un largo tiempo se ha considerado que es un problema de estética y no de salud, por esta razón diversas personas dan consejos con desconocimiento para bajar de peso con intenciones de ayudar; algunas personas recomiendan dejar el pan, las tortillas, el arroz, el azúcar, la fruta, algunas otras consideran que comer grasas es casi un “pecado” y otros más piensan que solo comiendo pollo hervido sin aceite y ensaladas es la solución.
Debido a que es mal visto tener obesidad las dietas han estado la gran parte del tiempo en auge, ya que sirven para bajar de peso, aunque no evitan que se vuelvan a subir los kilos perdidos cuando se retoman los hábitos anteriores al dejar la dieta.
Actualmente se sabe que las dietas no sirven para combatir el sobrepeso o la obesidad, dejar de comer o tener restricción por un alimento genera alteraciones como la ansiedad, estrés, más hambre y lejos de poder llevar una dieta estricta terminan por abandonarla. La mayoría de las personas suelen recuperar el peso por estas alteraciones generadas por las restricciones de alimentos. Para librarse del exceso de peso se requiere de paciencia y sobre todo de la creación de nuevos hábitos alimentarios, no de pastillas, dietas muy restrictivas o productos milagro que terminan por empeorar el problema.
Crear nuevos hábitos consiste en saber elegir en cantidad y calidad de alimentos, es entender que es indispensable una alimentación balanceada, equilibrada, abundante y bien diseñada que cubra las necesidades básicas del organismo, que sea tan placentera que permita sentirse satisfecho y que dé la oportunidad de socializar, esto hará que los nuevos hábitos sean sostenibles en el tiempo siendo más factible la perdida de peso sin recuperarlo.
Como conclusión los pacientes con dietas restrictivas con muy pocas calorías o que limitan el consumo de un alimento, generan pérdida de músculo, agua, y a la vez la persona pierde la paciencia aumentando su ansiedad, sintiendo frustración, regresando a su mala alimentación y recuperando los kilos perdidos, por esta razón es preferible modificar hábitos y elegir una alimentación consiente que permita la sostenibilidad de estos, y así enfocarse más en la salud que solo en lo físico.
*Lic. en Nutrición.