La vendetta en México

Héctor M. Magaña

Cuando la política se vuelve una vendetta estamos ante una crisis de un sistema que habíamos tolerado durante años: la crisis del nepotismo. Frente a la normalización de los “palancazos”, que todos hemos experimentado en la vida cotidiana, en las altas esferas del poder político estamos viendo el fin de ello. Ahora, tal como lo advirtió Hobbes, estamos en el estado natural: la guerra de todos contra todos.

¿Dónde hemos visto tal nivel de confrontación? ¿No será posible que en los estamentos de la oposición vemos un caos total en su lucha con Morena y su toma de decisiones? ¿Qué está sucediendo? ¿No fuimos testigos de la traición que sufrió Samuel García ante su negativa de unirse al PRIAN? ¿Podemos decir que incluso el caso Godoy es un síntoma de ello?

Los palancazos, los apoyos y las cofradías están siendo puestas a prueba por la antigua hegemonía política mexicana que se niega a ceder el paso, que en lugar de lanzar propuestas racionales y congruentes se lanzan a la traición, a la resistencia, a la negativa, la apatía y el clasismo. Hace tiempo leí en Sin embargo en la columna de Carlos A. Pérez Ricart que la campaña de Gálvez será histórica por perder incluso antes de las elecciones, y esto será el culmen de la guerra de todos contra todos. El fin de la vendetta. El clan PRIAN posiblemente se autodestruya.

No por nada en las elecciones de 2024 se vislumbra una crisis en el apacible trayecto histórico de la política mexicana. Esta crisis, no hay que dudarlo, se manifestará en casos de violencia e incluso se percibirá cierta inestabilidad. Los ataques del clan PRIAN se verán y notarán.