Investigar
POR: Irasel Negrete Ronzón
La investigación es la curiosidad formalizada.
Empuja y hace palanca con un propósito. –
Zora Neale Hurston.
Todos poseemos ese potencial de investigadores, solamente que no lo hemos sistematizado, considero que hacernos conscientes de esa habilidad nos sería de gran utilidad, no solamente porque estimula el pensamiento crítico y la creatividad sino que nos permitiría solucionar problemas de una manera más práctica y construir conocimientos con mayor facilidad.
La investigación como lo mencionaba en las líneas anteriores resulta relevante en la vida personal y profesional y su impacto en la sociedad es evidente; cuando somos individuos que investigamos podemos volvernos amantes de la innovación y de la superación personal a partir de la curiosidad por lo nuevo o desconocido, sin embargo la investigación no es una actividad que se realice de manera espontánea o aislada, para que ésta dé los resultados esperados requiere de un proceso razonado compuesto de etapas que son interdependientes entre sí para obtener buenos frutos.
Debido a que la investigación puede parecernos compleja, complicada, difícil e incluso extraña, será importante cultivarla en edades tempranas porque en realidad es una actividad que realizamos desde que somos niños, probablemente no nos damos cuenta, pero siempre estamos preguntando, indagando o averiguando algunos temas, sólo es cuestión de sistematizarla y darle un propósito que nos permita actuar con un criterio definido y con enfoque hacia la búsqueda de una mejor calidad de vida tanto en lo individual como en lo social debido a que la investigación no solo nos ayuda a incrementar el conocimiento y a obtener conclusiones sobre la realidad, los fenómenos y los hechos que observamos, sino que también nos ayuda a tomar decisiones sobre cómo intervenir en las diversas situaciones que vivimos.
Ahora la duda sería ¿cómo enseñar a investigar? La respuesta exacta obedece a varios factores, uno de ellos es la edad, dependiendo de esta, la complejidad de la misma irá cambiando, pero siempre será una excelente opción ayudarles a reconocer que la investigación siempre está presente desde una simple pregunta que se hagan y la manera en que le dan respuesta, por supuesto que invitarlos a leer investigaciones de diversas índoles para encontrar las características en común será un ejercicio que les permitirá ir reconociendo las partes de un proceso investigativo, para después ir haciendo prácticas de investigación siguiendo los pasos en común encontrados en las investigaciones analizadas, aunado a todo lo anterior, los docentes podemos ser ejemplos de seres que indagan cuando compartimos con los estudiantes nuestros temas de investigación así como nuestros procesos y resultados analizando con los alumnos las ideas construidas.
Ya que hayamos sembrado la semilla de la curiosidad, podremos empezar a darle un enfoque más formal para que los estudiantes se hagan conscientes de los pasos que lleva la investigación: lo primero es definir un tema después de haber identificado un problema y justificar la elección del mismo, para de ahí seleccionar las herramientas, recursos y fuentes confiables que serán fundamentales para encontrar y recopilar información sobre el tema (entre ellos ver qué se ha escrito sobre el mismo para poder así darle un planteamiento y delimitación al nuestro con base en un objetivo), posterior a ello será crucial leer y comparar la información que encontremos para organizar y analizarla y plasmar los resultados que vamos a presentar eligiendo el medio para ello.
Recordemos que no todas las investigaciones tendrán una cualidad de científicas, eso dependerá de quien esté al frente de la misma, sin embargo, el que estén enfocadas en la realidad, el contexto cultural, social y/o politico les darán un toque esencial para que resulten significativas, lo más importante será la generación de conocimientos nuevos y sobre todo el desarrollo de la curiosidad mientras se disfruta el camino. ¡Manos a la obra y a investigar!