Espíritu Deportivo
Por: Mtra. Irasel Negrete Ronzón
“El espíritu olímpico es el símbolo más importante de la paz en el mundo de hoy. Permite a las personas de todo el planeta estar juntas y respetarse mutuamente, afirmando los valores de tolerancia y compresión mutua”. António Guterres (Secretario General de la ONU)
Estamos en una de mis épocas favoritas, la de las olimpiadas, esta se atrasó un año debido a la pandemia, pero ahora está llevándose a cabo lo que nos permite a todos vivir por unos días muchas emociones y sentimientos al ver a los deportistas y sus proezas; en lo personal me encantan todos aquellos momentos donde la fraternidad, la perseverancia, el respeto y la solidaridad son los protagonistas; hasta este día, una de las imágenes que me ponen “chinita” la piel es cuando los atletas Gianmarco Tamberi y Mutaz Essa Barshim se abrazan después de decidir compartir el oro en la prueba de salto de altura lo que demuestra que la competencia siempre debe ser sana y orientada a superarnos a nosotros mismos y a sentirnos orgullosos de nuestro desempeño, de igual manera hay muchos atletas que me recuerdan la importancia de creer en uno mismo y de confiar en lo que se hace como la
gimnasta Alexa Moreno quien demostró ser un ejemplo de tenacidad, en fin, no me dedicaré a hablar de cada deportista porque sería un artículo interminable debido a cada uno es único y especial por lo que me enfocaré en lo que todos los deportistas coinciden que es en el “espíritu deportivo”.
Para empezar hablemos qué es el espíritu deportivo, este concepto tan importante implica tratar a los otros como quisieras ser tratado, lo que incluye ser justo, respetuoso y honesto. El espíritu deportivo es un rasgo importante para la convivencia armónica y pacífica debido a que nos enseña a actuar y a vivir a través de los valores, además de que nos educa, nos ayuda a autorregularnos, a respetar y a ser conscientes de todos los factores implicados en un evento para reaccionar de forma madura.
Como su nombre lo indica, para lograr el espíritu deportivo, lo ideal sería practicar un deporte pues de esa manera ideales como jugar limpio, ser honesto, seguir las reglas del juego, ser humilde ante triunfos o derrotas y respetuoso (a) con los demás, se interiorizarían y volverían un hábito en el
comportamiento, sin embargo, cuando nuestro papel es de público espectador también podemos desarrollarlos y ponerlos en práctica, debido a que al observar algún encuentro deportivo además de sentimientos de fascinación, responsabilidad, confianza o admiración, también podemos sentir vergüenza o desilusión por una actuación no esperada de nuestro ídolo deportivo motivo por el cual la autorregulación y autoeducación serán relevantes ya que demostrarían nuestra cultura conductual reflejada en la cultura deportiva.
Ahora bien, ¿cómo fomentar el espíritu deportivo? En primer lugar, los que somos adultos debemos poner el ejemplo a los niños y niñas por lo que esta primera sugerencia nos invita a mejorar aquellos aspectos que no nos dejan ser buenos espectadores que demuestren el espíritu deportivo, y en segundo
lugar, trabajar desde casa o en la escuela actividades que tengan un enfoque formativo en donde se motive a mantener siempre una actitud positiva, hacer el mejor esfuerzo, apoyarse entre compañeros y compañeras del equipo, aceptar llamadas de atención, no discutir con quienes hacen cumplir las reglas,
tratar a los contrincantes con respeto,no criticar a los compañeros de equipo sino ser asertivos al hacerles un comentario, ser conscientes de su desempeño, sentir orgullo de los logros sin menospreciar a los contrarios, aceptar responsabilidades y derrotas sin culpar a los demás así como estrechar la mano de los integrantes del otro equipo antes y después del partido, serán primordiales para conseguir el objetivo de forjar dicho espíritu de competencia sana en las generaciones más jóvenes.
Tanto en la escuela como en el hogar practicar deportes como básquetbol, fútbol, atletismo, béisbol, softbol, voleibol son una excelente opción que no sólo ayudarán a la formación en el espíritu deportivo sino que también aportarán al crecimiento físico, intelectual y emocional de los niños, niñas y adolescentes; menciono estos deportes porque son más accesibles de ser practicados en espacios noprofesionales pero por supuesto que cuando existe la posibilidad de practicar más deportes, hay 36 opciones para escoger de los que son olímpicos además de los 37 que no lo son.
Hacer del espíritu deportivo parte de nuestro actuar cotidiano siempre será una carácterística que nos apoye en nuestro transitar por la vida con una visión madura, solidaria, compartida, respetuosa y de éxito que nos hará sentirnos plenos y realizados ya que siempre sacaremos lo mejor de cada situación.