El hombre de las 3 Bs, bueno y Bonilla Bonilla: Quintín Antar Dovarganes, Consejero del OPLE-VER
Palabras del Consejero del OPLE-VER, Quintín Antar Dovarganes Escandón, en el marco de la despedida del Consejero Presidente José Alejandro Bonilla Bonilla quien termina su ciclo al frente de tal responsabilidad tras siete años de trabajo.
TEXTO ÍNTEGRO:
Siempre dije que Usted era el hombre de las 3 Bs, porque es bueno, y Bonilla Bonilla
He pasado mucho tiempo escribiendo este discurso, tecleando en mi memoria los recuerdos de un gran hombre. Aún recuerdo el 1o de Noviembre de 2018, el día en que llegué a este organismo. Casi 4 años de conocerte, 250 sesiones después. Para algunas personas, el gran ejecutor de nuestros tiempos en el campo electoral, para otras, el mejor simplificador de los problemas, para algunas más el hombre más práctico y generoso, para mí, todo ello resumido en dos palabras: mi amigo.
Lo que no le dijeron cuando lo nombraron, cuando protestó guardar y hacer guardar la Constitución, es que este sería un gran trabajo, uno de retos sin precedentes, uno de raíces amargas, pero de frutos muy dulces, un camino de lucha y esfuerzo, con un destino lleno de satisfacciones.
Hoy no quisiera hacerle solo homenaje al funcionario, sino al hombre que le encarna. No es momento del aplauso profesional solamente, sino de la ovación para la persona, de sus valores, sus decisiones y del puerto en el que nos encalla, tan sólo para que este barco y su capitán, ahora por caminos separados, vuelvan a zarpar.
Cuando al tiempo vivido, a los retos superados, a las batallas victoriosas y las metas conquistadas se les añora en el ocaso de sus tiempos, hay que reconocer la magnífica permanencia de sus efectos. ¿Quién le puede cuestionar, señor presidente, la andanza que ha hecho de sus años al frente de este órgano electoral?
Profesionalmente impecable, es debido reconocer al monumento vivo, pero insisto, no al funcionario, que estoy seguro mis colegas han dado y darán un recuento brillante de sus aciertos, sino a la persona que los encarnó.
“Tempus Ineffabilis”, tiempo inefable. Inefable es aquello que resulta imposible describir con palabras, por su calidad, su hechura y talla. Injusto para su amistad buscar las conjunciones de letras que retraten lo que ha hecho en este organismo, es más, no es fácil resumir en un párrafo los hitos de 7 años de aciertos, ni es mi pretensión, pero permítanme enlistar algunos.
Dos transiciones en nuestra máxima elección: la de la gubernatura. Incontables transiciones en los gobiernos municipales y un pluralismo exquisito a nivel legislativo, son las cuentas que entrega al pueblo veracruzano. Un respeto absoluto por la voluntad de la democracia, por la elección de un pueblo altamente político y de actores y actoras altamente competitivos. El primer conteo rápido en nuestro Estado, certificaciones de calidad logradas y en proceso, Programas de Resultados Electorales Preliminares funcionales y confiables, y en el tema de paridad, habiéndolo convertido en un hecho mucho antes que nuestra propia Constitución. Un órgano electoral perfectible, claro, pero sólido y eficiente, una institución confiable para las y los veracruzanos, con capacidades técnicas eficaces, personal altamente probado y, por si fuera poco, con finanzas sanas.
“El mejor líder es aquel que sabe elegir a los mejores para hacer las cosas, y tiene la templanza suficiente para no entrometerse mientras lo hacen” Theodore Roosevelt.
Intervención con motivo de la despedida del Consejero Presidente José Alejandro Bonilla Bonilla. 30|08|2022 : 13:00 hrs.
Fácil se dice transitar por este mundo político sin mancharse el plumaje. Fácil se dice enarbolar la estrategia para permanecer invicto en las batallas legales, en las disputas políticas, y en escenarios que en más de una ocasión, estoy seguro, parecían fatales. Pero ése es el arte del genio, es el talento del artista hacer ver fácil a la maniobra más compleja, y común al camino correcto.
Trescientos trabajadores, le agradecemos su calidad como líder. Incontables candidatas y candidatos, le agradecen su calidad como árbitro. Y miles de personas le agradecemos su calidad humana. Tal vez sólo unos pocos -seguramente más de los que imagina-, al final de este camino, le agradecemos además, la oportunidad de llamarnos sus amigos.
Y al final de su obra, puede estar seguro de una cosa: sabemos que el camino no termina aquí.
“Todo tiempo pasado fue mejor”, dice un dicho, un mito de las costumbres populares, que atesoran los recuerdos como si fueran escritos por la tinta de la historia, como si estuvieran entre caricias de añoranzas, de momentos que han pasado por nuestro presente y se han convertido en una magnífica leyenda qué contar.
De frente hacia el futuro, lo que queda no es melancolía. El legado de su vida, señor presidente, no es el triunfo del pasado, sino la confianza en resolver los retos por delante, y esa confianza, es poderosa, y se contagia.
A donde quiera que su aventura personal le lleve, estoy seguro de que conseguirá iguales y mayores triunfos en su vida profesional, creo que le aguardan nuevas estaciones en el tren de su vida, nuevos puertos donde tirar anclas y elevarlas solamente como sabe hacerlo: con la conquista de los sueños que ese lugar le depare. Allá, donde esté, en la administración pública, en la iniciativa privada e inclusive construyendo desde el altruismo del servicio a otras y otros, tendrá éxito y fortuna, como ha sido en mi opinión en cada paso personal y profesional que ha dado en su trayectoria.
Aquí, el legado más grande que deja, es su ejemplo, ha sido y seguirá siendo en donde la vida le lleve, predicar con él; el legado más grande que deja es su visión, el ver castillos donde otros vieron campos de arena, oportunidades donde otros vieron problemas; el legado más grande que deja es su amistad, sembrar amigos donde se resolvieron conflictos, amigos donde se dieron resultados, amigos, donde se libraron batallas, pero siempre se respetó a los vencedores.
“Porque ¿qué es un hombre?, ¿qué es lo que tiene? Si no se tiene a sí mismo, no tiene nada. Decir las cosas que realmente siente, y no las palabras de aquel que se arrodilla, lo enfrenté todo, y me mantuve firme, y lo hice a mi manera”. Paul Anka en la voz de Frank Sinatra.
Si es difícil decir adiós, o hasta luego, es que valió la pena. Felicidades por su manera, por hacerlo a su manera, y que la vida a donde quiera que lo lleve, lo lleve siempre con una sonrisa generosa, a la altura de su historia.
Muchas gracias.