El arte de salir por la puerta de atrás

Héctor M. Magaña

 

Una fotografía: Xóchitl Gálvez sale como una “neoyorquina” moderna en su visita Estados Unidos, andando en bicicleta. Una imagen un poco hilarante. La intención es hacerse la “graciosa” y simpática. Sería una imagen intrascendente como la mayoría de las imágenes de la candidata por Frente Amplio de no haber sido por el hecho de que antes de dicha foto, ella fue recibida con protestas por varios inmigrantes en Nueva York. Ella salió por la puerta de atrás. Después de la foto en bicicleta.

 

¿Qué ocurre aquí? Para Xóchitl Gálvez, la respuesta es simple: los alborotadores de siempre que por “rencor” o “envidia” se encargan de difamarla. ¿Qué ocurre para Alejando Páez Varela? En su columna de Sin Embargo abordó el tema: “Vi el viernes a Xóchitl Gálvez salir por una puerta trasera de un evento en Nueva York. Me recordó todo aquello. Vi su burla, el señuelo para evadir a los que protestaban en la calle. Me regresó años atrás. Volví a Felipe Calderón y se me puso la piel chinita.”

 

Así las cosas. Tal parece que para la oposición se está cumpliendo ese diagnóstico que lanzó Karl Marx sobre la historia (aunque él se refería al régimen napoleónico). La historia se tiende a repetir dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa. He aquí la profecía hecha carne. La tragedia (Calderón) y la farsa (Gálvez). Casi suena a comedia de Molière.

 

“Xóchitl Gálvez salió en Nueva York por una puerta trasera y todavía no lo sabe, pero no se olvidará, se los aseguro. Y como ella es una copia de Calderón, mañana, si pudiera, apretaría el puño contra ellos para intentar destruirlos porque protestan, porque la rechazan. Si pudiera, como lo hizo Calderón, se lanzaría contra ésos otros que no son como ella, que no están junto a ella. Porque Calderón o Xóchitl son lo mismo.”

 

Al final, lo que no se ha perdido es el arte de salir por la puerta de atrás. Tanto metafóricamente como literalmente.