—No existe como tal una visión ideológica que remotamente pueda llamarse así. Yo creo que en muchos sentidos el más conservador en el país es el propio Presidente. Muchas de las decisiones que ha tomado, específicamente en la pandemia, se inscriben en las más ortodoxas recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Cuando uno revisa la forma tan severa con la cual ha apretado el presupuesto, cómo se ha logrado contratar deuda, cómo ha achicado el aparato del Estado, son las recetas ultraortodoxas que incluso personas que no nos ubican en la izquierda no nos atreveríamos a tomar así tan draconianamente. Yo me considero mucho más progresista que eso.Lo que rescato es que el Presidente se asume como el líder fundacional, y lo es, de un movimiento que tiene un proyecto político. El Presidente va a ser recordado en el paso de los años como el mejor líder opositor del país y el peor Presidente de la historia.

Porque ningún líder, ninguno, en el México contemporáneo ha tenido la capacidad de hacer un partido en cuatro años y hacerse de la Presidencia y de la mayoría en ambas cámaras. Así se le va a recordar: como un gran líder opositor y como un pésimo Presidente. Entonces dentro de su carácter de líder carismático es muy dado, y lo hace bien, a acuñar vocablos que sinteticen una visión, y este partido conservador, al menos para la gente de su generación le hace sentido: así estudió la primaria en ese tiempo, el partido liberal y el partido conservador, pero para los chavos que tienen 20 años eso debe significar casi nada.

—¿Se debe ir el Presidente antes de que concluya su sexenio, tal como él lo planteó? ¿Debe irse en 2022?

—Sin duda, absolutamente. Soy un convencido de que el texto constitucional en vigor, desde el 20 de diciembre del 2019, está publicada la reforma constitucional que crea la figura de la revocación de mandato. Soy un convencido de que ahora que ya no es una propuesta, sino que está en la ley, con la misma eficacia que está la elección del Presidente, México debe llevar a cabo un proceso de revocación de mandato en marzo del 2022, tal como ahora está plasmado en la Constitución.

—¿Y debe irse?

—Mi opinión personal y que creo que es la que se va a reflejar en marzo, cuando votemos los mexicanos, es que debe cesar su encargo, debe irse, no quiero decir a dónde porque no quiero ser dicharachero, pero sí creo que debe votarse por la cesación de su encargo.

*Información de Sin Embargo