Arrojar la piedra
POR: Héctor M. Magaña
Cada tanto hay un libro, un ensayo, o un artículo, que saca a colación el mensaje social de los Evangelios. Que expone la actualidad y la urgencia del mensaje de Cristo para obrar de forma ética y moral. Independientemente de que dicho discurso pretenda ser una apología hacia organizaciones cristianas o religiosas, lo que pretendo en este espacio es, no hacer una apología de nada, sino mostrar como algunos mensajes del Evangelio se asemejan a las tesis que se barajan en la filosofía del derecho.
Para el filósofo del derecho boloñés Giorgio del Vecchio (1878-1970), el principio universal del derecho es anterior a toda experiencia o fenómeno del derecho. Así, concluyó que ese principio básico se puede reducir a un “obrar” y aun “actuar”. A partir de estos elementos, se manifiestan dos estructuras; una extrínseca, de manifestación objetiva, otra, intrínseca, que aborda la intención y la voluntad.
Retomando la reflexión sobre el Evangelio, específicamente, sobre Jesús de Nazareth, ¿no podemos decir acaso que en diversos episodios de los Evangelios hay obras y acciones que se reflejan tanto en experiencias extrínsecas como intrínsecas? En el episodio de la mujer adultera lo vemos claramente. Es un evento o caso que posibilita el obrar, la acción: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio.” Jesús responde (como la mayoría sabe): “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.” Con estas palabras vemos claramente una acción extrínseca (las palabras de Jesús que evitan que se lancen piedras contra la mujer) y un obrar intrínseco (la reflexión sobre la naturaleza de la ley que permite ese acto, y como se pueden mostrar las inconsistencias en el obrar de los grupos sociales). Finalmente, usando las reflexiones Del Vecchio, podemos decir que esto es una referencia intersubjetiva: “lo que un sujeto puede jurídicamente lo puede frente a los demás” (V. R. Rodriguez).
Claramente, detrás de este ejemplo existe una larga historia de reflexiones y hechos históricos que remontan a la historia del judaísmo y el helenismo grecorromano. No obstante, quiero reflexionar sobre tres puntos en particular. (1) ¿No son los pequeños actos (micro-acciones) éticas y morales las que hacen posible el fortalecimiento o debilitamiento de las leyes? (2) ¿No acacaso toda acción jurídca y ética se mueve entre un vaivén de fuerzas extrínsecas e intrínsecas en el actuar cotidiano? Finalmente, (3) ¿no deberíamos hacer una auténtica introspección sobre la naturaleza de nuestras acciones e intenciones para saber como se reflejan en la sociedad, todo eso, antes de arrojar la piedra?