A México se lo está llevando el carajo
El expresidente de México propone sumar a todos los partidos de oposición en un Gobierno de coalición para hacer frente a Morena de cara a las próximas elecciones
Unos niños corren, otros están en sillas de ruedas. Al fondo se observan puentes, presas y el logo del Seguro Popular. En primer plano, ataviado con un traje azul y una corbata a rayas, la figura del expresidente de México, Vicente Fox. Este es uno de los tantos cuadros que adornan los muros del Centro Fox en el municipio San Francisco del Rincón, en el Estado de Guanajuato. El recinto, construido en 2007, bajo la dirección del arquitecto Francisco Serrano, se ha convertido en el refugio del legado del primer Gobierno panista (2000-2006) tras más de 70 años de gobiernos del PRI en México. El lugar alberga una biblioteca-museo con todas las piezas icónicas del exmandatario, desde el traje que utilizó en la ceremonia de investidura presidencial hasta las botas de charol que llevó a la cena de gala con los reyes Juan Carlos y Sofía de España, en 2001.
Entre los pasillos de esta hacienda, recinto ferial y hotel asoman los afectos más íntimos del expresidente panista: las fotografía de un Vicente Fox joven a los pies de un árbol, el vestido de novia de su madre, Mercedes Quesada, las imágenes que reseñan su historia de amor con su esposa Martha Sahagún y un puñado de instantáneas con sus hijos. En esta tierra sagrada del foxismo también existe un espacio para guardar el recuerdo de aquellos huéspedes distinguidos que han pisado el rancho de los Fox, desde el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, hasta líderes espirituales como el Dalai Lama o el cantante Juan Gabriel. El recinto ferial, con auditorios, biblioteca y museo, no ha olvidado las sillas de montar más queridas del mandatario y una réplica exacta de la que fuese su oficina presidencial en la residencia de Los Pinos.
En este espacio familiar, arropado por los suyos, Fox (Ciudad de México, 79 años) ha vuelto a los micrófonos tras el frenazo que supuso la pandemia e incluso haber padecido la covid-19, en agosto pasado. El martes inauguró el foro Liderazgo Sin Fronteras, organizado por el Centro Fox en alianza con varias universidades de California. El expresidente panista, próximo a cumplir 80 años, habló con la franqueza que lo caracteriza sobre los retos de la migración y los nuevos liderazgos frente a un centenar de jóvenes universitarios mexicanos y estadounidenses con raíces mexicanas. Tras su participación, ha recibido a EL PAÍS para hacer un balance de los principales problemas que encara México.
Pregunta. ¿Cuál ha sido el mayor fallo que ha tenido el Gobierno de López Obrador para encarar el problema de la migración?
Respuesta. El mayor fallo es la cero importancia viendo por los intereses de México y sometimiento total a los intereses de Estados Unidos, no hay una política migratoria mexicana en esta Administración del señor López, sino lo que hay es una política de migración americana impuesta al señor López y que tratan de imponer a México y Centroamérica.
P. ¿Cuál es la alternativa que usted plantea para encarar el fenómeno migratorio?
R. Mi propuesta es muy clara, primero es México y los mexicanos, eso es lo primero que hay que ver en este tema. Ver por los mexicanos en el exterior, que son millones y millones, y ver por los mexicanos que aspiran a irse de migrantes, atenderlos para que los tengamos aquí en el país y tercero, una política clara de migración hacia Centroamérica y sudamericanos que entran por la puerta de Guatemala. Una política que no sea discriminatoria ni violenta, sino que sea humana y compasiva para darle el mejor trato que se pueda, pero a la vez, encontrar la manera de que se queden en sus propios países haciendo la tarea correspondiente.
P. La opción que usted plantea se parece mucho a la narrativa del presidente, que ya ha hablado de buscar reactivar la economía local para frenar el éxodo migratorio, principalmente a EE UU…
R. No lo veo, ¿qué?, decir que metió el programa de ‘planta un árbol’ [Sembrando Vida] es una mamada eso. Para empezar, me gustaría ver las cifras reales de plantar un árbol aquí en México, porque yo creo que es un absoluto engaño, es una equivocación como lo están haciendo, no hay una política de fondo y completa. Pero más allá de eso, mi tema es más importante, sería hacer con Centroamérica un esfuerzo de desarrollo económico integral, formando un consejo o una comisión, como hicimos en aquel programa Puebla-Panamá, de manera sensata, de manera inteligente, si no convocar al mercado común centroamericano, que sí existió uno y poco se sabe de él, hacer una asociación exitosa con el sureste mexicano de Puebla hacia el sur, eso sería una política de desarrollo regional bien estructurada.
P. Usted ha sido un acérrimo crítico de la estrategia de seguridad de esta Administración, ¿por qué reprueba con tanta dureza el planteamiento de este Gobierno?
R. Él mismo [López Obrador] la resumió en su frase “abrazos, no balazos”, es decir, ausentarse del tema, rehuir el tema y dejar que los criminales hagan lo que les guste en el país, esto lleva consecuencias, una de ellas es para los migrantes. Se ha criminalizado más la frontera, como vemos en Matamoros, pero además, se ha criminalizado el tema de los migrantes y el tema del empleo, porque yo calculo que hoy hay cerca de 100.000 jóvenes que están trabajando para los cárteles y que los cárteles cuando les dejan paso libre y actuar libre en el territorio se han convertido en un nuevo Estado mexicano. El Estado de los cárteles mexicanos en comparación con el Estado mexicano ya no sabe uno cuál es cuál. Tenemos en el Gobierno de López Obrador un Estado fallido, totalmente fallido en materia de seguridad, cero resultados, pero además agravada la situación por esa permisividad que ha dejado a los cárteles.
P. ¿Cómo percibe la relación binacional entre México y Estados Unidos?
R. De Estados Unidos me sorprende su silencio, me sorprende la cautela o la inocencia de Biden y de Kerry que vienen a México a sentarse con López Obrador y no se habla claro, se les engaña con las mismas mentiras con la que nos engañan en las mañaneras y hoy, por lo que veo, tiene engañados a Biden con mentiras que les creen.
P. A la distancia y en un ejercicio de autocrítica, ¿qué hubiera hecho usted mejor como presidente de México?
R. Yo hubiera hecho más o menos lo mismo que hice en su tiempo, crear una política nacional verdadera, crear y fortalecer policías municipales que no existen hoy en día, porque López Obrador ni las ha equipado, ni les da recursos, ni mucho menos les reconoce su autoridad. Es terrible lo que ha pasado en el país, ponerlo en manos del Ejército, un Ejército que parece estar aliado con los criminales y también les da total permisividad por instrucciones de López.
P. ¿Extraña la política?
R. No, pero me veo obligado a estar en política porque al país se lo está llevando el carajo.
P. ¿Participará de alguna forma en las próximas elecciones presidenciales de 2024?
R. Entre bambalinas y atrás, ciertamente, estoy participando y trabajando fuerte para que se mantengan fuertes y unidos los partidos políticos, para que sume el Movimiento Ciudadano y esos cuatro (partidos de oposición: PAN, PRI, PRD) con una estrategia y como consecuencia con un Gobierno de coalición va a ser la manera de echar a López y encausar de nuevo al país.
P. De los candidatos que se barajan en Morena, ¿hay alguno que le parezca mejor contendiente rumbo a las presidenciales de 2024?
R. ‘Uta madre’, ya te contesté.
Marta Sahagún: “El tema de la presidencia no es un tema de género”
Aunque el expresidente de México está arropado por cientos de jóvenes universitarios que han acudido esta semana al foro sobre liderazgo y migración, a su lado está su misma compañera de siempre: Marta Sahagún de Fox. Sahagún habla con avidez de los planes y proyectos de las distintas asociaciones civiles que coordinan desde el rancho. Con elocuencia aborda desde los temas de liderazgo binacionales, hasta el programa de orquestas para niños y jóvenes de 16 comunidades. Y aunque no entra al detalle de los presupuestos, la ex primera dama refiere que todas estas iniciativas provienen de donantes, patrocinadores y recursos propios, sin apoyo del Gobierno. “Nuestro foco es muy claro, abrir posibilidades a niños que no tienen recursos. Nuestro foco son los pobres”, insiste.
A pesar de la energía que desborda al hablar sobre las iniciativas de Vamos México y Centro Fox, afirma que no tiene intención de volver a esa vida pública que la sometió a un intenso escrutinio público y a uno que otro pleito legal. “Todo son etapas en la vida y hay que tenerlo muy claro. Vicente hizo una gran presidencia, pero teníamos muy claro los dos, que eran seis años y como llegas te vas, se acabó el tema y ahí tiene que entrar lo mejor de ti, porque se abren las puertas, pero a los seis años cogimos nuestras cositas y llegamos a este rancho, yo llegué feliz a vivir aquí”, señala en su oficina repleta de las fotos de sus seres queridos: sus padres, sus hijos y las cenas y galas que compartió durante el mandato de su esposo.
Cuestionada sobre si México está listo para tener una presidenta, Sahagún zanja contundente que la presidencia no es una cuestión de género. “La presidencia es un tema de deseo, de voluntad, de talento, de preparación, de pasión y de compasión, porque hay que trabajar intensamente, porque todo mundo merece una mejor calidad de vida y eso cuando se hace con convicción, sin ninguno otro interés, tiene tanta capacidad tanto un hombre como una mujer”, concluye.
(El pais)