Universidad y legislación
Jorge Manzo Denes
En textos anteriores he afirmado que en la Universidad Veracruzana (UV) consolidaremos una ruta de transparencia y autonomía mediante un manejo diáfano de las finanzas y una rendición de cuentas clara. Para reforzar esta ruta es fundamental que nos apeguemos a la normativa que la institución está obligada a seguir, ya que el progreso de una universidad como la nuestra requiere de un estatuto completo y transparente que impulse su desarrollo y periódicamente se ajuste a la evolución de los tiempos.
La necesidad de un marco legal educativo en el estado de Veracruz es anterior a la fundación misma de nuestra querida UV. La Constitución Estatal de 1917 propuso atribuciones a lo que en ese entonces llamó Universidad del Estado. El programa se consolidó el 28 de agosto de 1944 en el Primer Estatuto Orgánico que, días después, el 11 de septiembre, dio origen formalmente a la Universidad Veracruzana. Tal documento estableció la dependencia de la Universidad del Gobierno del Estado, y la atribución del ejecutivo estatal para nombrar al Rector en turno; también estableció su autonomía en términos de administración del patrimonio de la enseñanza, la investigación, las artes y la cultura en general.
La primera reforma al Estatuto Orgánico se hizo un año después, en 1945, cuando se integraron temas relacionados con la autonomía económica y los subsidios estatal y federal. Este fue el principio de un largo camino de reformas. La siguiente fue en 1958 cuando el documento pasó de Estatuto Orgánico a Ley Orgánica. Dicha Ley ha sido sometida a reformas en 1968, 1975, 1980, 1983, 1992-1993 y 1996.
La reforma de 1992-1993 incluyó un episodio fundamental en la vida de la UV. Por primera vez, la discusión para actualizar la Ley Orgánica se sometió al consenso de la comunidad universitaria. El ejercicio mostró un resultado digno de una institución como la nuestra. Hubo múltiples aportaciones y propuestas, en algunos casos antagónicas, que reflejaron la rica diversidad de ideas y de posiciones que enriquecen a nuestra comunidad. La madurez que aquí se alcanzó generó nuevas inquietudes, que analizaron a profundidad principalmente el concepto de autonomía.
Así llegamos a la reforma de 1996, en que la Universidad Veracruzana completó dos leyes que hoy rigen nuestro marco legal: la Ley Orgánica reformada y la Ley de Autonomía. En ellas han quedado plasmadas las atribuciones institucionales de autogobernarnos y de nombrar a nuestras autoridades. Se creó la Junta de Gobierno, que tiene dos funciones fundamentales: designar a la persona que ocupe la Rectoría de la UV, así como de la Contraloría y demás funcionarios que dependen de este órgano de gobierno universitario.
Un aspecto importante de nuestras dos leyes es que aprobar cualquier modificación sigue siendo una atribución de la Legislatura del Estado. En el periodo 2018-2019 la institución organizó una Comisión Transitoria para la Integración del Anteproyecto de Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana, con el fin de elaborar una iniciativa de reforma para, entre otras cosas, fusionar nuestras dos leyes en una sola.
Al igual que en el ejercicio de 1992, se contó con múltiples aportaciones y con muchos desacuerdos, que culminaron en una iniciativa que encontró mayoría, pero no unanimidad, para su aceptación dentro del Consejo Universitario General. Esta reforma se presentó en mayo de 2019 a la Legislatura del Estado para el correspondiente proceso, aunque aún no ha sido aprobada.
Esta breve historia da cuenta de la importancia que la comunidad académica le da a la normativa que rige el destino de nuestra institución, y no es para menos. En el proyecto que conjuntamente construimos con la comunidad para conducir a la Universidad Veracruzana, continuaré estando muy atento a la presión de los tiempos para que se realicen con oportunidad las reformas que requieran nuestras leyes, bajo el estricto consenso de todos los universitarios.
Sabemos que ahora, con la pandemia, las formas de la educación superior han sido impactadas violentamente y que todas las enseñanzas que este año nos ha dejado lo harán también a nuestra normatividad. Expreso mi disposición a trabajar con toda la comunidad y con absoluta responsabilidad para que nuestra Legislación Universitaria sea siempre un documento institucional acorde a los nuevos rumbos que la educación superior deba tomar.
* Es científico de la Universidad Veracruzana en el campo de las neurociencias, con especialidad en el autismo; docente del Doctorado en Investigaciones Cerebrales; profesor con perfil PRODEP; miembro del Sistema Nacional de Investigadores y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Fue Coordinador de la Maestría y Doctorado en Neuroetología, así como fundador y director del ahora Instituto de Investigaciones Cerebrales, y ha sido organizador de múltiples actividades docentes, así como conferencista en diversas instituciones. Es evaluador de proyectos Conacyt y revisor de manuscritos científicos en diversas revistas especializadas. Autor de numerosos artículos científicos nacionales e internacionales.