Teutli Colorado: el ser docente y el normalismo
Por Luis Gerardo Martínez García*
Ya jubilado, J. Delfino Teutli Colorado habla del ser docente. Egresó de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana en 1973 y trabajó en el medio rural. La particularidad del plan de estudios que estaba vigente consistía en una formación humanista y comprometida con la sociedad, “Mi formación fue más antropológica, más sociológica, pero obviamente cargada de didáctica; no solamente teníamos la idea de ir a servir en el aula, sino también en la comunidad, compartiendo la pobreza y las condiciones en que se vivían,” señala.
Su primer trabajo como docente (desde el 16 de octubre de 1973), fue en la comunidad de Santa María Tatetla, del Municipio de Jalcomulco. Escuela rural bidocente. Esa escuela, después supo, había sido cuartel de Úrsulo Galván. Coincidió con su compañero profesor en la idea de transformación escolar y comunitaria. En dos años y medio aproximadamente, ambos trabajaron intensamente para que la comunidad tuviera una escuela digna, y lo lograron. Después de casi 20 años como profesor de primaria, se incorporó a trabajar como docente a la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” y desde ahí consolidó su trayectoria profesional como un docente líder con perfil académico.
Teutli Colorado tiene claro que la formación recibida en la Escuela Normal Veracruzana le hizo trabajar la docencia desde una perspectiva diferente, comprometida siempre: “Sigo considerando que la gente que vive en condiciones de pobreza y marginación, merece una buena educación. En mi paso por la normal, tuve la oportunidad de formar en mis alumnos (ahora ya maestros) esa mirada que les permitiera ver más allá del aula.”
Ser docente (dice) es “Ser educador. No enseñante de contenidos, sino que forme a los seres que están bajo su responsabilidad escolar, pero también un educador de la ciudadanía. Que con su labor permita el que la gente aprenda a trabajar por su entorno, luchando por mejoras y por el respeto a sus derechos.” Esa mirada de un docente abarcante, a veces no es bien vista por aquel enfoque que visualiza al docente en su aula únicamente. Sólo que el docente debe estar comprometido moralmente con la sociedad. Una mirada socio antropológica que busque una mejor vida.”
¿Por qué ha sido cuestionada la figura del docente? Porque se la ha asignado un rol distinto al de formador de ciudadanos, “Ahora es formador de mano de obra (preparada), sólo que ajena a aquellos programas humanísticos; más, buscando la eficiencia, el cumplimiento, la disciplina. Esto es, al docente se le vienen atribuyendo roles distintos, dependiendo de quien ejerza el poder en el Estado. Tiene mucho que ver el enfoque educativo con el interés y el enfoque de quienes gobiernen. Eso quiere decir que la crítica no debería ser al docente, sino al propio Estado que forma ese tipo de maestros. El Estado se contradice al momento en que critica a sus docentes o los desvalora, ya que es el responsable de la formación de los maestros.”
En este mismo sentido, el reto de las normales es mantener los principios que les dieron origen y que tienen que ver con la formación de maestros y contribución a una mejora social, además de educar. Principios que tienen que ver con la justicia, la equidad y la educación. Ante eso, las normales deben luchar ante un proyecto que prioriza la instrucción, la mecanización. “Las normales tienen el reto de una formación integral; tienen que acatar los planes y programas de estudio que el Estado propone, ya que las normales no tienen autonomía; pero sí tienen la facultad de atender lo que el curriculum oficial desatienda, pensando filosóficamente en una mejor vida de las personas. No para entrenar para el trabajo.”
En cuanto a las recientes transformaciones vivenciadas, afirma el maestro Teutli Colorado: “Las escuelas normales no están en riesgo, más bien fueron enfrentadas a una prueba muy grande. Fueron incorporadas al nivel de educación superior con grandes desventajas: sin apoyo financiero, sin autonomía, y con el condicionamiento de hacer lo mismo que las universidades (que obviamente tienen oportunidades de desarrollo distinto y autonomía); aunque las normales sí son capaces de trascender la prueba, porque ahora tienen que desarrollar la investigación y la difusión sin tener cuadros formados para ellos. Su atención se centró siempre en la docencia.” El riesgo es que algunas normales no logren alcanzar los niveles de exigencia que especifica la Secretaría de Educación Pública.
Ahora las normales (específicamente la BENV) tiene el reto de incursionar en estudios de posgrado que seguramente serán la posibilidad de formar sus propios cuadros en las funciones sustantivas de la educación superior: docencia, investigación y difusión, y ofrecer estudios de posgrado; además, eso le ayudará a enriquecer su función escolar y social. Con ello se cumpliría el sueño de los fundadores de las Normales: tener académicos científicamente preparados, pero sin olvidar su posible contribución a la sociedad. Como autor del libro El Normalismo, un modelo en cuestión señala: “Sí. Al normalismo se le ha cuestionado, atribuyéndole directa o indirectamente el fracaso en educación. Pero es un cuestionamiento injusto.”
- Delfino Teutli Colorado, también miembro de número de la Academia Mexicana de la Educación, se identifica con el liberalismo juarista; pero también con aquellos pensadores que defienden los principios de libertad, justicia y democracia, fuentes inspiradoras que luchan por una educación auténtica.
En su situación de casi jubilado, se le pregunta ¿al jubilarse se deja de ser docente? Nunca se deja de ser docente. “Siento que mi tarea no ha terminado; considero que desde donde me desempeñe podré contribuir a conformar una sociedad mejor. El sentido de la docencia nos permite esa vitalidad más allá del ejercicio profesional institucional. Tener otro ritmo de vida, ya como jubilado, me permitirá reflexionar más sobre la docencia, y que pueda ser útil a quienes están iniciándose en ese ejercicio profesional.”
Me atrevo a firmar que Teutli Colorado seguirá en el mundo de la educación, de la escritura, de la defensa de la escuela pública y, sobre todo, en defensa de sus principios y su propia forma de pensar. Seguirá siendo nuestro maestro.
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