Tandas del Bienestar: ¿Solidaridad?

Teresa Carbajal

¡Unidos para progresar!

En principio me pregunté por qué llamar “tanda” a un Programa del Gobierno Federal de microcréditos dirigido a la población que no se encuentra incluida en el sector financiero tradicional.

Sobre todo porque durante años y como parte de la temática de educación financiera en el rubro del ahorro, el propio gobierno se había esforzado en disuadirnos de participar en esta dinámica popular de ahorro/financiamiento que según el INEGI (cifra correspondiente al año 2017) practican 3 de cada 10 personas en México.

Las razones que despiertan desconfianza en el concepto se encuentran en su forma de operar, por ejemplo los participantes-beneficiarios no necesitan referencias, historial, ni están sujetos a la aprobación de crédito para recibir el dinero de la tanda, y ante el impago de alguien no hay forma de presionar o demandar para hacerlo responder, en pocas palabras: es un trato a “la palabra”. 

Recordé entonces que en los 80’s un personaje llamado Carlos Salinas de Gortari, ganó popularidad y el visto bueno de muchos con su programa Solidaridad, que algunos despectivamente llamaron “solo dar y dar”. A poco no se acuerda Usted de aquellos emotivos y patrióticos comerciales televisivos, como el de Manuel, quien hizo célebre la frase ¡la palabra es la palabra!, ah qué tiempos aquellos…

Solo no hay que olvidar lo que sucedió después, vivimos y no todos sobrevivimos una de las más terribles crisis económicas que han sacudido a nuestro país, precisamente por el mal uso que se dio a estos programas clientelares que procuraban votos y aseguraban la elección y permanencia del Revolucionario e Institucional partido que nos gobernó tantas décadas.

Es decir la idea no es mala, pero el uso dado a los créditos de la Solidaridad nos causó un grave e histórico perjuicio, por lo tanto no debemos caer en el mismo error, lo preocupante del caso es lo parecido de aquellos con los de ahora.

Si no me cree lo invito a leer el Diario Oficial de la Federación en su publicación fechada el día 28 de febrero del año 2019, ahí podrá observar como operará la “tanda” cuyo nombre legal y correcto es: “Programa de Microcréditos para el Bienestar”.

De entre lo preocupante resaltan los criterios de elegibilidad, pues los solicitantes no necesitan acreditar ser comerciantes, artesanos o microempresarios, basta con que manifiesten “bajo protesta de decir verdad” que cuentan con un micronegocio de más de seis meses de operación.

Los acreditados recibirán primero 6 mil pesos a pagar en 12 meses con un plazo de gracia de 3, después comenzarán sus pagos mensuales de 500 pesos hasta pagar, para después acceder a un segundo préstamo por 10 mil, y un tercero por 15 mil. 

No dudo de la responsabilidad financiera de quienes verdaderamente lo necesitan, pero hay aspectos que debemos conocer… continuará en la siguiente.

 

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