¿Soy yo el que debería tener sentimientos?

Por: Mireya Hernández

Muchos juzgan lo que hago, porque dicen que no pienso en las consecuencias, ¿pero en esta época quién piensa en los demás? Si dejo que el corazón haga todo por su cuenta, no estaría siendo justo, y yo no nací para eso.

Dentro de un par de horas voy a hacerlo nuevamente, y con el tiempo, ya he eliminado de mi memoria aquellos rostros en sus últimos momentos, para poder dejar de pensar en lo que sucede con sus familias cuando ellos cierran sus ojos para siempre.

¿Está bien lo que hago? La pregunta correcta sería ¿está bien lo que ellos hacen? En la vida a veces hacemos cosas que nunca hubiésemos imaginado que haríamos algún día, solo por tratar de conseguir un objetivo, ¿encaminado hacia dónde? Eso es algo muy complicado de decir.

¿Qué he visto en los años que me he dedicado a esto? Rostros que han perdido la esperanza, rostros que me miran suplicantes, rostros que esperan que eso sea solo un sueño, rostros que me miran con rabia, como si yo los hubiese llevado a esa situación, rostros que con su mirada me preguntan si estoy seguro de lo que hago, rostros que me dicen que cargaré con su muerte por el resto de mis días, y otros, que aún en esos momentos tienen una mirada limpia, una mirada que anhela apagarse, que no piensan en su pasado, que no se preocupan por su futuro, futuro que nunca llegará, solo observan lo que les rodea, expectantes, como hace un niño, y existen otros, que me miran con arrepentimiento, y que les pesa incluso hasta el aire que respiran.

Si alguien me preguntara ¿para mí, qué es lo correcto?, sinceramente no lo sé, ponerse de acuerdo, es lo más complicado a lo que me he enfrentado.

¿Que si ya lo he visto todo?, no, nunca estaré listo para convertir en hielo a mi corazón, porque se derrite cuando pienso en mi trabajo, y al menos alguien que se dedica a lo mismo que yo debería aprender a controlarlo.

¿Me arrepiento?, cuando pienso en lo que ellos han hecho, y que esto es su castigo, puedo decir que no y que soy afortunado por tener la oportunidad de hacer justicia, pero cuando recuerdo que cada persona tiene una historia, una vida que yo voy a apagar, ya no estoy tan seguro.

¿En qué pienso cuando hago esto? No lo sé, no sé en qué voy a pensar cuando lo haga nuevamente, no sé cuál es la mejor técnica, para convencerme que estoy en el lugar correcto, no sé a qué me voy a enfrentar ahora.

No me preguntes si estoy listo, porque dudarlo, ya es demasiado, y que alguien más lo sepa, no es una buena señal.

II

Siento que tengo las manos manchadas, y no precisamente porque estén llenas de sangre, sino porque se ha agregado uno más a la lista, y su rastro jamás se borrará, aunque su cuerpo se consuma hasta desaparecer.

¿Me gustaría saber qué sucede después de que ellos mueren? No, porque aunque para sus familias la pesadilla apenas empieza, y yo soy el villano de la historia, para mí todo termina, porque al menos por algún tiempo, ya no haré aquello.

¿El tiempo es mi mejor amigo? Depende, porque justo ahora, me estoy sintiendo culpable, quizás después podré sentirme satisfecho, y si todo marcha bien, podré sentirme en paz.

III

No miraré al pasado, no recordaré que nunca tendré la certeza de con quien voy a enfrentarme, no recordaré que tu muerte me está transformando, que quizás dentro de algún tiempo, ya nada hará derretir mi corazón, no recordaré que ya no me reconozco, no pensaré en lo que era antes de llegar hasta este punto, no pensaré en que tuve una historia, de que tuve una vida, todo aquello, pronto, lo olvidaré, así como seguramente muchos se olvidarán de mí…

Fin.