SNTE: elecciones anticipadas

Por Wenceslao Vargas Márquez*

Para sorpresa de tirios y troyanos el SNTE adelanta elecciones nacionales.

Si alguien nos hubiese preguntado, desde aquí habríamos supuesto una posposición de las elecciones sindicales nacionales del SNTE de octubre de 2018 para febrero del 2019, para dejar pasar el vórtice de las elecciones presidenciales y la toma de posesión del nuevo presidente de la república. No fue así. Las elecciones nacionales del SNTE se adelantan ocho meses.

Veamos: El periodo sexenal de mando nacional le tomó a nuestro país un largo periodo de luchas y vidas. Hubo un breve periodo, nunca cumplido, de gobiernos presidenciales de ocho años (¿octenios?) a mediados del siglo XIX, bajo la república centralista. Nuestro país no tuvo su primer mando sexenal bajo Lázaro Cárdenas a como dicen los expertos. Lo tuvo bajo Porfirio Díaz en el sexenio 1904-1910. Llama la atención que sean los gobiernos de la república centralista (1836-46) y Porfirio Díaz quienes tomaron para sus gobiernos los periodos más largos de gobierno nacional: ocho y seis años. Lo de Lázaro Cárdenas no fue novedad.

Mientras a la república le tomó varias décadas llegar al sexenio, al SNTE le tomó 10 minutos, en octubre de 2012, resolver que a partir de ese momento los períodos de mando sindicales nacionales serían también sexenios, sexenios en más de tres cuartos de siglo de existencia del SNTE. El actual mando sindical nacional debería cumplir su mandato en octubre de 2018 pero, sorpresa, las elecciones del sindicato más numeroso de México se adelantan. ¿Razones? Las ignoramos pero hay, por supuesto, varias posibilidades. ¿Respeto al estatuto? Este…

Una posibilidad de este adelanto es la seria y muy firme posibilidad de que el único nuevo senador 2018-2024 del partido Nueva Alianza sea el líder nacional saliente y que urgen acomodos previos a ello en el contexto del acercamiento, no sabemos si fracasado o exitoso, de Nueva Alianza al Frente Ciudadano PAN-PR-MC. Todo parece apuntar a que el acercamiento, por intervención de los que mandan, no fue exitoso, y que una renovación magisterial tersa, antes de las elecciones presidenciales, garantiza una senaduría (es unipersonal), garantiza también que el líder nacional saliente imponga sucesor, y garantiza que haya un nuevo (cuarto) liderazgo moral histórico después de Jesús Robles Martínez, Jonguitud y Gordillo.

 Apostaría mi quincena (pero no puedo porque hace más de ocho meses que no tengo) de que el nuevo líder nacional será un miembro del Comité Nacional del SNTE, de Jalisco (o sea paisano), militante de Nueva Alianza, actualmente diputado estatal turquesa, maduro y claro, de probada experiencia en el contexto sindical oficialista, de frecuente aparición en las fotografías con las autoridades educativas nacionales, conocedor profundo de la actualidad del SNTE. Él, de Educación Básica, es el bueno. En otro momento trataremos de argumentar por qué él es, o debería ser, el candidato ortodoxo más firme para suceder a Juan Díaz de la Torre.

La vocación íntima del SNTE no es la transparencia. De las cuotas sindicales quincenales que aporta el administrativo común o el docente de banquillo nada se sabe. Nótese lo que dice un boletín de las actividades realizadas el 9 de noviembre 2017 en cierta sesión nacional: “Alfonso Cepeda Salas, rindió el informe correspondiente a las finanzas del organismo, en el que afirmó que el Sindicato está al corriente en el cumplimiento de las normas establecidas para la comprobación de recursos públicos entregados por la SEP”. Ojo, recursos entregados por la SEP, pero nada se sabe de las cuotas sindicales.

Nótese otra actitud. El mismo comunicado 51-2017 del 9 de noviembre en curso narra las actividades de la XLIV Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional. Hay todo un discurso informativo respecto de las actividades del SNTE entre el primero de mayo y el 31 de octubre 2017 (bit.ly/2zvxP3d) a lo largo de veintitantos párrafos: ninguno habla de que se ha convocado a elecciones nacionales. Sólo el lector empecinado (como el que suscribe estos párrafos) logra hallar enseguida el hiperenlace que dice ‘Consulta la convocatoria VII Congreso Nacional Extraordinario’. ¿Por qué no hay una indicación expresa en el boletín de que vamos a elecciones nacionales?

Un dato adicional del comunicado 51 es que “se estableció la ruta estratégica nacional de la negociación salarial y servicio profesional docente. Se incluyó la integración, aprobación y entrega del Pliego Nacional de Demandas 2018 antes de febrero próximo”. Sería de grave importancia el dato si no se tiene en cuenta que el índice de aumento salarial magisterial para el 2018 estará en 3.4%, que es el que logró el sindicato de la UNAM (Stunam) el último día del reciente octubre.

El congreso nacional de elecciones anticipadas del SNTE se realizará el día del amor, el 14 de febrero de 2018, durante los duros fragores iniciales de la batalla por la presidencia de la república, cuando se esperaba, estatutariamente, para octubre de 2018. Ya Nueva Alianza comenzó a explicar que en el frente PAN-PRD-MC no lo quieren y no lo aceptan mucho. Estas justificaciones iniciales son de esta segunda semana de noviembre, lo que apura a sostener las torpes apreciaciones que pergeñamos desde estas líneas. Por ejemplo, Luis Castro, líder nacional, aceptó que hay resistencias bajo el pretexto del Frente de que “entre menos burros, más olotes”. Si el lector no captó, los olotes son las candidaturas a lo que sea (bit.ly/2hfV2OC). La comparación ya indica lo suficiente, que es bastante.

Vienen días interesantes para quienes nos interesa observar. En uno de los párrafos del boletín 51 del 9 de noviembre (boletín que no anuncia las elecciones) el maestro Juan Díaz de la Torre expresó que en el SNTE hay capacidad para atender todos los temas laborales del magisterio. Excelente. Desde estos párrafos llevo ya un año pidiéndole al maestro Díaz que atienda el mío. Respetuosamente, maestro Juan Díaz, se lo vuelvo a solicitar.

*Twitter @WenceslaoXalapa