Rutina
Por: Mtra. Irasel Negrete Ronzón
“El poder no está en los hábitos,
sino en cuánto tiempo se mantienen estos”
Raimon Samsó
Algo que he notado en mis años de servicio es que a mis alumnos les hace bien tener rutinas a lo largo del día y la semana, en mi salón iniciamos la jornada con la lectura y reflexión de una frase motivacional, para continuar con la lectura de nuestra bitácora COL, de ahí dependiendo del número de tareas son los estudiantes voluntarios que las recogen, posteriormente empezamos las clases, ellos ya saben que cada actividad tiene un tiempo específico para ser entregada con fecha, título y encabezado y que cuando las concluyen las deben poner en mi escritorio, cuando yo acabo de calificar yo las paso a la barra de mi gaveta y algunos de ellos (de forma voluntaria nuevamente) regresan las libretas o libros a sus dueños, además de esta rutina diaria y tratando de enriquecer nuestro horario semanal, tenemos actividades extra como son preguntas de repaso, revisión de la presentación personal, actividades de lectura de comprensión, día de lectores invitados y meditación, por mencionar algunas; estos alumnos en particular han significado un reto para mí, pues a diferencia de otras generaciones donde el trabajo grupal ha fluido sin complicaciones, a ellos en un principio les costó ser disciplinados, organizados y responsables por lo que el hecho de generar esta rutina formativa creándoles hábitos ha sido benéfico debido a que les ha ayudado a enfocarse durante las clases, comprender su rol de estudiantes y a mostrar mejor conducta.
Como menciona la frase con la que doy inicio a mi columna, no se trata sólo de intentar crear hábitos sino de verdaderamente buscar que se consoliden, y esto se logra con la repetición, por ello la importancia de tener rutinas; en el aula ayudan a que los estudiantes sean más organizados, de acuerdo con Raquel Pastor terapeuta ocupacional, la falta de rutinas puede llevar a problemas conductuales o de mal comportamiento, afirma que no se trata de tener rutinas inflexibles que notamos que no funcionan sólo por el hecho de querer implementarlas, en cambio, se trata de considerar las características del grupo: edades, contexto, hábitos que ya tienen y objetivos a lograr con ellos para que estas puedan ser eficaces.
De acuerdo con la RAE, una rutina es la costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática, así que se trata de realizar de forma regular y periódica las actividades que queremos establecer como rutinas, de ser constantes y enfocados, y por si existiera la preocupación acerca de que las rutinas no permiten la expresión de la individualidad o que limitan la creatividad, debemos saber que las rutinas son positivas para el cerebro ya que le aportan atención y concentración. Algunos otros beneficios de las rutinas son los siguientes: mayor eficiencia en la realización de las actividades lo que se traduce en mayor tiempo libre, buena salud mental porque debido a que estaremos dando a nuestra vida orden y organización no nos sentiremos estresados viviendo en el caos, lo que repercutirá positivamente en una mejor calidad de sueño y mayor tiempo para relajarse, mayor número de tareas realizadas (eficiencia), algo que me gusta mucho de las rutinas que se vuelven hábitos es que nuestro cerebro guarda esta información como una enseñanza y experiencia que se volverá una herramienta posterior para ser perseverantes y determinados en diversas áreas de la vida, asimismo, las rutinas nos ayudan a elevar la autoestima.
Es importante que las rutinas no sólo se apliquen en el aula sino que invitemos a los tutores a que en casa también hayan rutinas como pueden ser los horarios para comer, para jugar, para estudiar, rol de deberes establecidos en el hogar, entre otros, nuevamente hago en hincapié en que lo importante de dichas rutinas estribará en la secuencia lógica y la repetición de las mismas.
¿Y tu tienes rutinas en tu vida diaria?