¿Quién vive del Arte?

Por: Renatta Vega Arias

(Primera parte)
Hace unos días me entrevistaron y respondí una pregunta que múltiples veces he contestado, pero nunca como hoy. La cuestión es ¿puede el artista vivir del arte? Pues sí, pero le aseguro que no en pocas ocasiones dan ganas de tirar la toalla, o el pincel, en este caso.
¿Una de las pintoras más famosas, si no es que la más famosa de nuestro país, es…? Sí, adivinó: Frida Kahlo. Y no vendía su obra. Sencillamente nadie compraba sus cuadros mientras vivió.

En 2001, CONACULTA y la UNAM, publicaron el número 13 de la colección Diversa con el título“Escrituras” Frida Kahlo, con selección, proemio y notas de Raquel Tibol que recopila muchas de las cartas que escribió la pintora a diversas personas. Me llamó la atención una que redactó para su entonces ex esposo, el también famoso pintor Diego Rivera cuando éste viajó a Nueva York a pintar un mural (por cierto, el sí vendía muy bien su trabajo) donde le habla sobre la venta de su obra y cómo se sentía al respecto. Transcribo aquí un fragmento de esta carta, tal como ella la escribió:

“…Cuando supe que tú tenías en tu poder el primer auto retrato que pinté este año, o el pasado, no recuerdo, y que ingenuamente llevé a la casa de Mirsachi (1) para que se lo mandaran a la compradora…habiéndome engañado Misrachi y tú, con un engaño dulce y caritativo, y cuando vi que ni siquiera estaba desenvuelto, cosa que hubiera disculpado en parte el engaño, pues según tus palabras los cambiaste por una pintura tuya para no quedarte sin mi retrato, me di cuenta de muchas cosas. El retrato de los pelos, el retrato de las mariposas y ése, y tu cuadro maravilloso de la niña dormida que yo quería tanto, y se lo vendiste a Kaufmann para que me diera el dinero, ha sido todo lo que me ha mantenido el año pasado y éste. Es decir, tu dinero. He seguido viviendo de ti, haciéndome las ilusiones de otras cosas.

En conclusión, he sacado que no he hecho nada más que fracasar. De escuincla pensaba ser médico y me apachurró un camión, viví contigo diez años no haciendo en resumidas cuentas más que darte la lata y fastidiarte, me puse a pintar y no sopla mi pintura mas que para mí misma y para que me la compres tú, sabiendo que nadie más me la compra. Ahora que hubiera dado la vida por ayudarte, resulta que son otras las verdaderas “salvadoras”.

Quizás todo esto lo pienso ahora, que me encuentro jodida y sola, y sobre todo agotada de cansancio interior. Creo que ningún sol, tragazón apropiada o medicinas me curen; pero esperaré más tiempo hasta ver de qué depende este estado de ánimo; lo malo es que yo creo que ya lo sé y no hay ningún remedio. Ya no me interesa New York, mucho menos ahora con las Irenes, etc, (2) allí. No tengo las menores ganas de trabajar con la ambición que quisiera tener.

Seguiré pintando nada más para que tú veas mis cosas. No quiero ni exposiciones ni nada. Pagaré lo que debo con pintura, y después, aunque trague yo caca, haré exactamente lo que me dé la gana y a la hora que quiera. Ya lo único que me queda es tener tus cosas cerca de mí, y la esperanza de volver a verte, es suficiente para seguir viviendo.

Lo único que te pido es que no me engañes en nada, ya no hay razón, escríbeme cada vez que puedas, procura no trabajar demasiado ahora que comiences el fresco, cuídate muchísimo tus ojitos, no vivas solito para que haya alguien que te cuide, y hagas lo que hagas, pase lo que pase, siempre te adorará tu
Frida”.

Pues bien, la famosísima Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nombre completo de Frida Kahlo, nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México, cuya obra “Raíces”, se vendió en 5 millones, 616 mil dólares, o lo que equivale a 111 millones, 245 mil 97 pesos mexicanos, no disfrutó del producto de esa venta. Yo me vuelvo a preguntar ¿Quién vive del arte?

Sin ir más lejos, aquí, ahora ¿De qué vive el artista? No, no es verdad que el artista se muere de hambre, o no siempre. Pero hay que diversificarse y renunciar a muchas cosas y sí, es verdad que la continuidad de la vida no se puede establecer fácilmente. ¿Oyó usted el refrán “Hay veces que nada el pato y veces que ni agua bebe”? Pues yo creo que este pato debió ser artista.

Pero la sociedad necesita arte, se rodea de arte y el artista, como parte de una sociedad, lleva a cabo en ella una función valiosa. O ¿Se imagina la vida si no existiera el arte? Llega usted a su casa y no hay ni un cuadro, ni un dibujo, ni una ilustración. Su calendario es una tabla con números. Solo puede leer libros científicos, o de historia y sin ilustraciones. Prende la televisión y encuentra deportes, noticias, documentales, todo sin música. No hay cine ni teatro, no existe el baile, ni ninguna otra manifestación artística, ¡ninguna! ¿Qué le parece?

(1) Refiriéndose a la Galería Misrachi.
(2) En referencia a un grupo de mujeres con las que ella sabía que él se estaba relacionando socialmente, e insinuando algo más.

Renatta Vega Arias

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