Planificar para enseñar
Por Irasel Negrete Ronzón*
Así como los grandes empresarios, jefes de Estado y líderes del mundo, es necesario que los docentes seamos grandes estrategas y la herramienta para esto es la planificación.
Si logramos entender a la planificación como nuestra aliada para ofrecer una educación adecuada a las necesidades de la época y sobre todo a las de nuestros estudiantes, podremos sacarle mucho provecho para lograr los aprendizajes esperados y poner en práctica nuestra creatividad e imaginación.
Planificar, además de ser una tarea medular del quehacer docente, es una habilidad que debemos poseer todos los profesores y si aún no la hemos desarrollado, debemos de empezar a practicar para que se vuelva parte de nuestra cotidianeidad y nos facilite nuestra labor.
Pero, ¿por qué es tan importante planificar? Porque a partir de ésta actividad, podemos conjuntar la teoría con la práctica; aterrizar nuestro enfoque educativo a partir del modelo que estamos trabajando para proponer una serie de actividades que posibiliten a todos los alumnos el aprender, tomando en cuenta los conocimientos previos de los mismos, el tiempo, los materiales, los estilos de aprendizaje y los objetivos que queremos lograr, entre otros aspectos, así como plasmar nuestro estilo de docencia.
Para lograr una planificación adecuada que nos ayude a alcanzar los objetivos y metas planteados, es necesario identificar los resultados de aprendizaje (aprendizajes esperados marcados en el programa de estudios), determinar la evidencia aceptable (proyecto a evaluar) y las experiencias de aprendizaje que se requerirán para el logro de lo anterior; además de ello, durante todo el diseño de la planeación, debemos tener en mente al proponer nuestras actividades, la interacción de 3 elementos: estudiante, área de conocimiento y el contexto, debido a que debemos considerar que todo lo que se vea en el aula deberá tener una aplicación en la vida cotidiana para que lo aprendido se vuelva significativo y perdurable.
Es muy importante que como docentes entendamos que el que una planificación no se cumpla al pie de la letra no quiere decir que no haya sido buena, simplemente que muchas veces lo que proponemos de manera escrita en ocasiones no se puede implementar al pie de la letra porque en el aula intervienen otros factores que no habíamos considerado y que nos hacen realizar modificaciones que la enriquecen sin que esto signifique que se demerite, es decir, la planeación es nuestra guía pero es flexible y debe responder a las necesidades que aparecen durante su aplicación así como también permitir el liderazgo compartido con los estudiantes para que ellos puedan construir sus aprendizajes, ésta última idea refuerza algo más de lo que yo pienso, la planificación de nuestras clases debe modificarse año con año ya que debe orientarse a las características de nuestros grupos, algunos años nos tocan alumnos mayormente visuales, otros kinestésicos y algunos más auditivos por lo que nuestra planeación debe estar enmarcada en nuestra realidad teniendo como centro de nuestra atención al estudiante, reflexionando e incluyendo en ella aspectos como: duración, modalidades de participación, responsabilidades de los participantes, fuentes a consultar y usar, formas de acompañamiento y seguimiento que daremos, características de los resultados y productos obtenidos así como los criterios de evaluación a usar sin dejar de lado a las tecnologías de la información y comunicación como parte de nuestras clases ya que nuestros alumnos se desarrollan en una sociedad digital.
Nuestro rol como docentes debe estar direccionado en la adaptación, formación, actualización de nuestra metodología didáctica y desarrollo de conocimientos, de forma que se genere un ciudadano idóneo para la sociedad actual.
Otro punto sumamente importante para la planificación de la enseñanza es el contemplar y visualizar el ambiente de aprendizaje que debe permanecer a lo largo de toda la unidad de aprendizaje, en lo personal, considero que los ambientes ideales de aprendizaje deben ser activos, colaborativos, reflexivos, empáticos, contextualizados, constructivos, intencionales y prácticos, orientados a la generación de aprendizajes significativos teniendo siempre presentes a los valores que se ven reflejados en las actitudes esperadas en la socialización.
En conclusión, el contar con una planificación de nuestras clases, nos permite tener una guía de actuación enfocada en la innovación buscando el desarrollo de las competencias, incluir diversas fuentes bibliográficas que enriquezcan a los estudiantes y los motiven a gestionar su propio aprendizaje. Contar con una planificación siempre nos dará la seguridad necesaria para llevar a cabo una clase y tener la confianza de que nuestros alumnos aprendieron.