Permanente (Parte 1)
Por Irasel Negrete Ronzón*
“El emprendedor siempre busca el cambio,
responde a él y lo utiliza como oportunidad”.
-Peter Drucker.
Un docente que queda grabado en la memoria de sus alumnos es aquel que posee ciertas cualidades específicas que lo hacen único y que le dotan de una esencia atemporal cuyas enseñanzas permanecen con quienes le rodean y dichas enseñanzas no sólo se refieren a lo académico sino también a lo que como ser humano transmite.
Éste artículo está basado en mi experiencia con aquellos maestros a quienes recuerdo con mucho cariño, respeto y admiración, quienes tomaban en serio su función como guías y se interesaban realmente por sus alumnos, quienes día a día daban lo mejor de sí para que aprendiéramos; con base en ello compartiré las características que encontré como común denominador y que me han servido como guía para la formación de mi identidad docente.
Para comenzar, un profesor excelente es aquel que tiene metas claras, que distingue, selecciona y aplica las estrategias idóneas para lograrlas en los tiempos justos y determinados, y que por supuesto, sabe conducir al grupo al logro de las mismas a través de la convicción de sus integrantes en el cumplimiento de dichas metas, es decir, actúa como un coach que motiva a sus educandos a sacar lo mejor de ellos para el logro de los objetivos tanto individuales como compartidos, para esto, el docente debe salir de su zona de confort, entendida ésta como los comportamientos que se utilizan con un nivel constante de rendimiento sin sentido de riesgo para poder proponer, crear, innovar, pero sobre todo para encaminar a sus alumnos y retarse; sin lugar a dudas, salir de la zona de confort es una pieza clave para el logro del éxito puesto que arriesgarse y asumir retos forjan el carácter y determinan la personalidad de un líder que se llena de experiencias para después enseñar a partir de la experiencia.
Aunada a las características anteriores, una persona que sale de su zona de confort es un sujeto que tiene apertura a lo nuevo y no sólo a las nuevas experiencias sino también a las nuevas ideas, a escuchar a los demás (colegas, alumnos, padres de familia, etc.), a poner en duda lo que sabe para generar nuevos conocimientos, lo que me lleva al siguiente punto, un maestro con apertura es un maestro que escucha a sus estudiantes, que es empático y trata de ser uno más de ellos sin perder de vista su rol, que entiende que ser profesor es una tarea compleja en la que no se trata de ejercer el control sino de convertirse en un líder que comprende que su papel es de guía y de impulsor, que sabe que actualizarse es primordial y que elige las mejores opciones para hacerlo y que demás de actualizarse en contenidos reconoce también que el tiempo avanza y las generaciones evolucionan por lo que debe mantenerse actualizado en los gustos, pasatiempos, avances tecnológicos, formas de integración y lenguaje de sus alumnos entre otros aspectos, es decir, busca la identificación ya que cuando se logra la identificación con los estudiantes todo fluye, nos volvemos uno con ellos, el trabajo en equipo se da naturalmente porque hay un sentido de pertenencia que refuerza los lazos y solidifica al grupo.
Un punto importante que tengo muy grabado de mis maestros-ejemplo es el que conozcan y desarrollen su rol de manera eficiente y auténtica ya que si bien tuve profesores que nos dejaban hacer lo que queríamos para estar tranquilos y de cierta manera evitar problemas con nosotros, dichos docentes no son bien recordados y por supuesto, si se llegan a recordar no es en un buen sentido ya que el primero en dignificar su labor debe ser el educador y esto se logra a partir de que reconoces y valoras la relevancia de tu profesión, de tu papel como responsable de un grupo, defines tu postura, estrategias y personalidad, cuando sabes poner límites pero comprendes que en todo hay flexibilidad, cuando se posee la experiencia y carácter necesario para estar al frente de un grupo trabajando a partir de argumentos válidos que proponen formas emocionantes y atractivas para alentar a sus estudiantes a aprender por el simple hecho de disfrutarlo.
*Colaboración.