Ódiame, por favor…
Hola, te voy a contar mi historia para que tú también me odies como todos los que me han conocido; bueno… la diferencia es que tal vez nunca tengas la desdicha de conocerme…
¿Qué es lo que me gusta hacer? Esa es una pregunta muy sencilla: mi único pasatiempo favorito es romper corazones.
Esta mañana apareció otro cadáver frente a la puerta de mi casa ; no me preguntes de quien es ni qué voy a hacer con él, y mejor aún, cómo llegó aquí porque no lo sé. Con éste ya son diez en menos de un mes. El diciembre pasado fueron cinco, pero algo está sucediendo que ha hecho que en estos últimos días la cifra aumente. Esta semana fueron cuatro.
Es un proceso divertido, sólo tengo que cortar y listo. El cuchillo se maneja solo. La ventaja es que ellos nunca me suplican que no lo haga, y entonces, supongo que lo puedo hacer…
Nunca había conocido un olor tan desagradable. Conforme pasan los días, el dolor de cabeza es más intenso. Quisiera salir huyendo… pero me tienen atrapado… y no soy dueño de mí.
Terminé de jugar con él, y ahora viene la parte creativa… encontrar un lugar donde colocarlo porque ya son muchos, y me estoy quedando sin espacio.
Solo … siempre he estado solo. No es ninguna novedad que mi única compañía son los perros de la calle, que sólo vienen a visitarme cuando tengo algo de comer que darles. Al menos hoy están felices porque todo está fresco.
Todo está limpio nuevamente, como si nada hubiese pasado. Ahora solo queda esperar… para que el proceso vuelva a empezar.
A nadie le he importado nunca. Estoy seguro que si me alejo un tiempo, nadie se dará cuenta, incluso puedo asegurar que les estaré haciendo un favor, pero te digo algo, sinceramente me da igual.
El día huele a gris, el clima está frío, para muchos puede ser desagradable, pero para mí es una señal… una señal de que ya se acerca… , y debo estar listo para recibirlo.
Estaba esperando que me llamaras, pero olvidé que no tienes mi número, así que tendré que pasar otro invierno solo… Sólo porque he desaparecido.
Cada vez que hago esto, la adrenalina es inexplicable. Mi mejor amigo es el silencio, porque no hay nadie que me juzgue por lo que hago, y aunque lo hubiese, yo me encargo de borrar sus palabras… Y porque no, borrarlo a él también…
Con el paso de los días el frío es más intenso, no encuentro algo para calmarlo, y empieza a carecer de importancia para mí. Mi cuerpo ya no quiere responderme. El color está desapareciendo de mis mejillas, y creo que después de todo, empiezo a sentirme en paz como no pensé que me sucedería en este estado.
Cada aventura es diferente, y el final es mi parte favorita, aunque no me gustan las huellas; las huellas que deja el olor… y la sangre.
Ya no tengo frío, para ser más exacto, ya no siento nada. Aún puedo ver el poco movimiento que hay en mi casa. La llegada y ausencia de los perros, ¡los puedo ver comer…! ¡Los puedo ver comer carne fresca! La carne de un cuerpo… de un cuerpo que se fue con el hielo del invierno…
Puedo verlo todo… y creo que lo seguiré viendo… lo seguiré viendo por la eternidad…
¿Me odias? Porque ahora que tengo tiempo, he estado buscando la respuesta, pero aunque la diga… tú… tú ya no podrás escucharla…
Fin.