No es surrealismo, es capricho
Por: Felipe De Jesús Fernández Basilio
En muchos círculos sociales se comenta que en México actualmente estamos viviendo el surrealismo en toda su expresión, mas lo que realmente estamos padeciendo es el capricho como forma de gobierno.
Siendo esto así porque se dice que hay tantas acciones del gobierno que chocan frente a la dura y persistente realidad mientras son apoyadas por una especie de locura colectiva, la que por cierto cada vez más está disminuyendo en su intensidad y así se pretende justificar como surrealista lo que está aconteciendo.
Sin embargo, el uso de dicho término para referirse a la gran mayoría de las acciones del gobierno de López no es el adecuado ya que, si bien el surrealismo es una corriente artística que pretende ir más allá de la realidad en sus expresiones, apoyando la fantasía y sobretodo desafiando las normas y conceptos de la realidad.
Más políticamente algunos pretenden siguiendo las máximas de ese movimiento artístico dar cierta voz a los desfavorecidos, fomentando sueños que desde luego nunca serán materializados, lo cierto es que por su naturaleza este concepto solo existe en el arte.
Y en efecto así fue como López llegó al poder predicando la honestidad como bandera, el final de la corrupción endémica que azota a México, acabar con la pobreza de la población, perseguir a quienes según él saquearon al país, recuperar la soberanía energética, tener un gobierno austero, entre otras muchas cosas que suenan bonito pero que saben que no se van a cumplir, ya sea porque no se quiere o porque no se puede hacerlo sin embargo lo que importa es hacer que la gente sueñe.
Hasta ahí, efectivamente hay cierto surrealismo en su versión política pero el mismo se convierte en caprichos cuando vemos la forma en que se conduce al país y es que todo lo que dicen y hacen en la actual administración son eso, puros caprichos que se tienen que llevar a cabo, aunque la realidad los desenmascare ya que a fin de cuentas el 2024 no está tan lejos y ya serán otros los que tengan que levantar el tiradero dejado.
Y así tenemos que al momento de escribir estas líneas nos enteramos que el Instituto Mexicano del Petróleo está encargando la elaboración de un diagnóstico relacionado con la ejecución del proyecto de la refinería de Dos Bocas para determinar el estado que guarda dicho proyecto, así como proponer estrategias y acciones para mitigar los riesgos y presentar ese estudio a Pemex y esto es porque el proyecto está costando un dineral y no presenta ningún avance de fondo, ya que sin esta vez entrar en detalles de si es o no necesaria una refinería, para el tiempo que lleva construyéndose y el dinero invertido en esa construcción es para que ya hubiera un avance notorio en la elaboración de la maquinaria necesaria para que opere, sin embargo no hay nada de nada; pero a pesar de todas las inconsistencias la obra se llevará a cabo cueste lo que cueste solo porque es un capricho y ante este no hay razón por muy clara que sea que valga para detenerla.
También tenemos que, en este septiembre a pesar de por cuestiones sanitarias fue imposible reunir a la multitud que año con año abarrota la otrora Plaza de Armas de la Ciudad de México, la ceremonia conmemorativa del inicio de la independencia se llevó a cabo sin público, pero gastando tanto dinero o más que en cualquier otro año, a pesar de que haberlo llevado a cabo así va en contra de la tan cacareada austeridad republicana, ya que bastaba con hacer la ceremonia sin pirotecnia y por esta vez no hacer el desfile ya que no había público que lo disfrutara pero el capricho y el lucimiento prevalecieron.
Otra de las perlas que llenaron este septiembre fue la rifa del avión presidencial sin el avión presidencial como premio y que además nadie se sacó el premio por la sencilla razón de que la inmensa mayoría de los números sorteados fueron comprados por el mismo gobierno y por lo mismo los premios si es que los entregan quedaron en entes públicos; sin embargo esta rifa es algo más compleja que un simple capricho, ya que su origen se remonta a una serie de mentiras dichas por el presidente de la república que lo fueron enredando de tal manera que tuvo que salir con este entuerto.
Lo mismo se puede decir de la consulta popular que quieren llevar a cabo para que el pueblo decida si se debe de investigar y enjuiciar a los últimos expresidentes de la república, ya que más allá de que es ilegal que el pueblo decida si las instituciones procuradoras e impartidoras de justicia hagan su trabajo, simplemente lo tienen que hacer, el caso es que como no completaron las firmas necesarias para que dicha consulta fuera propuesta, para cumplir con el capricho por una parte inflaron el número de firmas y por la otra el presidente mandó unilateralmente la propuesta.
Y así podemos enumerar muchas más acciones de este gobierno que de igual manera nos demuestran que lo que prevalece en la conducción del país es el capricho y esto de ninguna manera puede llamarse surrealismo, porque el uso de ese término es válido para la expresión artística en donde la imaginación y los sueños son una forma válida de expresión más en las ciencias sociales y en las políticas este término es inexistente, ya que en ellas lo único que existe es la realidad y en todo caso lo que vemos son simples caprichos que se quieren imponer a toda costa pero como siempre hemos dicho en este espacio la dura y terca realidad siempre acaba imponiéndose, lo malo es que a veces tarda en hacerlo y el costo es mayor.
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