Morena y su propuesta educativa
Por Wenceslao Vargas Márquez*
El 20 de noviembre reciente (el día en que se recuerda a la fallecida revolución mexicana) el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) delineó una actualización de un posible plan de trabajo en el caso de ganar las elecciones presidenciales de 2018. Trataremos en estas líneas de recuperar los pocos párrafos (de un total de 50) que se ocupan en el documento del tema educativo.
Entiendo que la primera declaración de fe de Morena (en el primer párrafo) tiene todo el sentido de lo que realmente ocurre: México está efectivamente secuestrado por una minoría. Cierto. El punto es cómo desatar el nudo de ese secuestro. Cuando en 1821 Iturbide y O’Donojú se reunieron para plantear los Tratados de Córdoba, Iturbide dijo al español que debían buscar cómo desatar el nudo sin romperlo. Hoy, dos siglos después, Amlo debe hacer clara su postura: desatar el nudo o romperlo. Ha ofrecido un nuevo régimen. Debe puntualizar a qué se refiere exactamente con esa frase para no generar expectativas falsas.
Hemos revisados con acuciosidad los 50 párrafos, varios son imprecisos en la puntualización de los medios para lograr el objetivo que se propone. Dice Amlo que, a título personal, se inclina por revertir las reformas estructurales lanzadas por el Pacto por México pero que esto no se hará sino mediante una consulta. No dice bajo qué condiciones el resultado será vinculante ni cómo será la consulta ni quien interpretará su resultado. Entre paréntesis menciona la reforma educativa. Dice en el texto número 11 que no habrá impunidad; la palabra ‘amnistía’, que tantos dolores de cabeza le causó pronunciarla a mediados de agosto en favor de la mafia en el poder y los delincuentes de cuello blanco ya no aparece ni una sola vez en el texto publicado ahora. ¿Olvido o corrección?
La nota 38 aterriza temas educativos y salariales pero domina en el texto la imprecisión. Dice: “Se mejorará el salario por principio de justicia y para fomentar el consumo y el mercado interno. Considero que es económica, social y moralmente imprescindible aumentar el devaluado salario mínimo y estoy seguro que lograremos el consenso entre la representación obrera y empresarial del país. Pero, convencimiento y negociación aparte, sostengo que es posible, desde ahora, hacer el compromiso de que a principios del 2019 mejorarán los sueldos de los trabajadores al servicio del Estado. Estos aumentos incluirán a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos. Adicionalmente, es factible agregar al salario de los trabajadores del gobierno federal, cuando menos otros tres puntos, si prestaciones, como vales de fin de año, de alimentación, vestuario y otras se entregan en dinero y no en especie”. ¿Lo sueldos mejorarán cómo? ¿Con respecto a qué, respecto a la inflación? Los aumentos que habrá incluirán a maestros. ¿Habrá aumento salarial en 2019? Pero todos los años ha habido. ¿Qué quiere decir exactamente?
Por el punto 39 los jóvenes mexicanos (2 millones 600 mil) tendrán derecho al estudio y al trabajo y a beca. Derecho tienen desde ahora pero nada pasa. Por los puntos 43, 44 y 45 “emprenderemos un amplio programa de alimentación en las escuelas, (además de salones de clases, las aulas serán comedores); habrá becas y se hará entrega gratuita de útiles y uniformes escolares. 44.- Todos los estudiantes de nivel medio superior contarán con una beca mensual equivalente a medio salario mínimo. 45.- Ningún joven será rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas, es decir, habrá 100% de inscripción. Dejarán de ser obligatorios los exámenes de admisión que sólo han servido para justificar la política neoliberal privatizadora que excluye a los jóvenes pobres y que ha convertido a la educación en un privilegio, cuando es un entrañable derecho”.
Ya no habrá examen de admisión obligatorio. ¿Significa que los habrá optativos? ¿O que no los habrá bajo ninguna circunstancia? ¿Habrá 100 por ciento de inscripción? Necesitaremos personal, salarios, edificios. ¿Se puede todo realmente? Sentimos que López Obrador es el hombre que capitaliza el sentimiento de frustración frente a una clase política que categóricamente no quiere rehacerse, reinventarse, en un marco de honestidad. Si el principal problema de México es la corrupción y la impunidad, Amlo se presenta como la opción distinta y ha sido exitoso en ello. Le hace falta precisar sus ofertas y mantenerse lejos de lo que sus críticos le señalan: la demagogia.
Amlo está consciente de esto y en el punto 18 de su temario lo reconoce claramente: “En el terreno de lo programático, actuaremos con el mayor realismo político. Nada de ocurrencias o engaños; habrá claridad de propósitos, estrategias bien definidas, prioridades y metas de corto, mediano y largo plazo. Un gobierno debe convocar a la esperanza, pero sin caer en falsas promesas, porque perdería autoridad moral y terminaría enredado en su propia demagogia”. No puntualiza tampoco cuántos y cuáles de estos 50 compromisos le competen al ejecutivo que estaría a su cargo y cuáles le corresponderán al legislativo si Morena tiene mayoría o si no la llegara a tener en 2018-2021.
Amlo no ha tomado posición precisa y puntual respecto de la reforma educativa. El 14 de julio dijo en la Ciudad de México que la apoya (bit.ly/2gtBHXY). El 20 de noviembre dijo que prefiere una consulta. El 24 de noviembre (Apro) en Jalisco dijo que la rechaza. ¿Doble juego? Asistí a mi segunda evaluación docente (si no voy me cesan según la ley) y me encontré en la esquina de Rébsamen e Hidalgo con un bloqueo encabezado por un diputado local. ¿Cómo se explica que las entradas de Alvarado y Basurto en sus esquinas con Hidalgo estuvieran despejadas? ¿Era un bloqueo para la foto? Entré por Alvarado sin problemas ni manifestantes que impidieran el paso. Cuando ingresé al gimnasio había unas 300 personas ya instaladas para la evaluación. ¿Doble juego cerrar una calle y dejar abiertas otras? Quizá sí, de parte de los agentes políticos que aprobaron un exhorto en el congreso local para cancelar la evaluación y no lo hicieron valer o que crean sindicatos que lo primero que declaran es que apoyan la reforma educativa y la evaluación.
Morena y Amlo quizá deban ser más cuidadosos en sus ofertas y precisar su postura en torno al nudo de la reforma educativa. Representarán en 2018 (muy probablemente) la opción que hace falta ensayar una vez que el PRI ha tenido varias oportunidades, el PAN desaprovechó dos y el PRD se deshizo. Algo debe dejar claro el líder nacional y seguro candidato presidencial López Obrador a sus probables electores además de las puntualizaciones en la agenda educativa: de qué habla cuando ofrece un cambio de régimen donde habrá felicidad terrenal para todos.
Es decir, si está decidido a definitivamente romper el nudo del secuestro nacional que denuncia o si, con discurso contradictorio o impreciso, está decidido sólo a –parsimoniosamente- desatarlo.
@WenceslaoXalapa