Los niños de la plataforma 3/10
Por: Armando H. Noriega
Alguna vez te has preguntado ¿cuantas veces puedes ver a un desconocido en toda tu vida?, si, incluso cuando te preguntas ¿a esta persona la conozco de algún lado?; generalmente suelen ser coincidencias, pero cuando no, te has puesto a pensar ¿Cuántas personas que pasan afuera de tu casa son entes atrapadas en esta dimensión por no poder cruzar por algúna circunstancia?; imagínate que en tu trabajo comienzas a ver cosas raras que nadie más puede ver, incluso cosas raras que pueden llevarte hasta la muerte.
Bajó Luis de su camión de carga para entregar los papeles al área de recibo, era una entrega especial ya que el producto que iba a entregar salía en esos días de promoción en las tiendas, era urgente la entrega; ya estaba oscureciendo, a lo lejos en el patio de maniobras alcanzó a ver a un niño y a una niña jugando, se estaban pasando por debajo de las cajas de los camiones que estaban en las rampas de carga, a lo lejos la niña se paró y miró fijamente a Luis, no le dio importancia y siguió su camino, le urgía entregar los papeles para que le dieran acceso a la plataforma, lo único que pensó es que a quién se le ocurría dejar a esos niños jugar en un patio de maniobras, las dos criaturas echaron a correr justo a donde estaba Luis y al pasar junto a él lo rodearon y siguieron su camino corriendo, Luis simplemente los observó, y a escasos metros de distancia los dos infantes se pararon viéndolo directamente a los ojos y lo señalaron, Luis simplemente les sonrió.
Ya en la ventanilla de recepción de papeles el encargado le pidió los documentos haciéndole la indicación de que metiera su unidad y esperara indicaciones para ver en que rampa lo estacionaba, Luis le preguntó ¿por qué dejaban jugar a niños en el patio de maniobras?, el encargado se le quedó viendo y le preguntó ¿cuáles niños?, los niños no podían entrar a la plataforma y mucho menos estar jugando en el patio, Luis los señaló, el encargado simplemente le dijo que él no veía nada, que no le estuviera quitando el tiempo con bromas absurdas y cerró la ventanilla.
Momentos más tarde ya estaba el camión en el interior del patio de maniobras, Luis le advirtió al chofer que tuviera cuidado ya que habían dos niños jugando en el patio de maniobras, el chofer simplemente asintió con la cabeza, estaba concentrado maniobrando su unidad.
Se acercó uno de los guardias de seguridad para tomar los datos de la caja, los candados, los nombres, en fin para hacer el registro de rutina de acceso de la unidad, fue entonces que Luis interrumpió al guardia para preguntarle de los niños, por qué estaban jugando entre los camiones, el guardia lo miró fijamente y le preguntó por los niños, ¿en dónde estaban?, Luis le indicó que se acababan de meter entre dos camiones, el guardia dio informe por el radio de lo que estaba sucediendo y fue a donde le indicaron para investigar en donde estaban esos niños.
Momentos más tarde el guardia le comentó a Luis que no había nada, le pidió que los describiera, y al hacerlo el guardia le comentó sobre la leyenda de los dos niños que habían muerto en las instalaciones, que seguramente lo que había visto eran los espíritus de los niños, Luis interrumpió al guardia de seguridad con risas burlonas, le decía que no le viera la cara, él sabía lo que había visto, el guardia continuó su relato contándole de lo que había sucedido con su compañero al que le decían la muñeca y de su compañera de intendencia, que no estaba jugando y que es real lo que estaba sucediendo, Luis lo volvió a interrumpir diciéndole que no le creía una sola palabra de lo que le estaba contando; fue en eso que el encargado llamó a Luis para hacer aclaraciones sobre los documentos que había entregado para poder recibir la mercancía, le dio la indicación que pasara por el acceso de personal al interior de la plataforma y revisar los documentos.
Ya en el interior de la plataforma a lo lejos Luis volvió a ver a los dos niños, esta vez por los pasillos de la bodega, donde acomodaban las tarimas con productos.
Luis estaba haciendo las aclaraciones correspondientes cuando le volvió a preguntar al encargado por ésos niños, el encargado le volvió a preguntar que en dónde estaban esos niños, Luis le señaló en ésta ocasión que los vio por los pasillos de estiba de mercancía, el encargado simplemente le dijo que iba a pasar el reporte.
Después de un rato, esperando que le dieran acceso, Luis estaba parado frente a la ventana que daba al interior de la plataforma cuando vio de nuevo a los niños, le preguntó de inmediato a una capturista que si sabía quiénes eran esos niños, la capturista le preguntó ¿cuáles niños?, Luis se los señaló, la capturista le dijo que no veía a nadie, solamente veía a los trabajadores que estaban en ése turno, la chica lo ignoró y continuó con su trabajo, en ése momento Luis observó detenidamente a la capturista cuando se dirigía a su lugar, era una chica joven, de unos veintitrés o veinticuatro años, de tez morena clara, cabello rizado negro hasta los hombros con unos jeans entallados que mostraba unas piernas firmes bien torneadas, una blusa blanca con un escote pronunciado que le permitía ver las pecas que tenía en el pecho hasta ese pronunciado busto firme, era una chica hermosa que llamó en ese momento la atención de Luis que después de la respuesta que le dio simplemente se encogió de hombros y siguió observando, fue entonces cuando los niños volvieron a correr hacia donde estaba el y unos metros antes se pararon y lo volvieron a señalar, a Luis ya no le agradó tanto que lo volvieran a señalar, volteó para buscar a alguien y reportarlos, no vio a nadie, los niños sonrieron y echaron a correr, se fueron directo a los baños, Luis salió de la oficina y fue directamente a los baños, quería saber con quién venían esos niños, se metió al baño y se sorprendió al no ver a nadie, se empezó a preocupar, él los había visto meterse a los baños, no podía creer que no los encontrara, estaba buscando dentro de los gabinetes del W.C.cuando simplemente escuchó como se activaron los secadores de manos, en ése preciso momento su preocupación se empezó a transformar en miedo, los secadores se activaron solos uno a uno, pero no había nadie, Luis sintió como se le puso la piel chinita, comenzó a caminar lentamente hacia la salida y antes de poder salir escuchó cómo se azotaron las puertas de los gabinetes en distintas ocasiones, volteó intempestivamente a ver que sucedía, no vio a nadie, lo único que podía ver era cómo se azotaban las puertas una y otra y otra vez, el miedo se apoderaba de él cada vez más y justo cuando pretendía salir de los baños vio cómo se azotó la puerta de la entrada, Luis corriendo no podía abrir la puerta para poder salir, no entendía nada de lo que estaba sucediendo, fue entonces cuando vio la puerta del baño abrirse para que pudiera pasar un empleado de la bodega, fue entonces cuando el resto de las puertas dejaron de moverse y aprovechó para poder salir, Luis trataba de disimular el miedo que estaba experimentando, él sabía que si contaba a alguien lo sucedido nadie le iba a creer nada, ya cuando estaba a una distancia prudente de los baños volteó y lo único que vio fue a los niños riendo, era una sonrisa macabra, llena de maldad, siguió su camino hacia la oficina, entró y se sentó a esperar sus documentos, la capturista que estaba ahí momentos antes le preguntó que tenía, pareciera que acababa de ver un fantasma, Luis en tono sarcástico le contestó que acababa de ver dos, la capturista simplemente sonrió, le comentó que no confiara en sus ojos, es mucho mejor guiarse por sus instintos, ella sabía por qué se lo decía, él simplemente le contestó que seguiría su consejo, fue entonces cuando llegó el encargado de recibo con los papeles en la mano y le preguntó que si estaba diciendo algo, el solamente contestó que nada, el encargado le dio la indicación que fuera con el guardia para quitar los candados de seguridad y que metiera su camión a la rampla número seis.
Ya estando a punto de salir de la bodega la capturista lo alcanzó para reiterarle que siguiera sus instintos, que no confiara en sus ojos, tenía que estar totalmente alerta, Luis le preguntó nuevamente por los niños, la capturista simplemente le advirtió que tuviera cuidado, los niños no son de fiar, y le hizo énfasis en que estuviera alerta al mismo tiempo que le guiñaba un ojo con una sonrisa coqueta.
Ya en el patio de maniobras Luis estaba corroborando la información de los documentos de los guardias con los documentos de entrega, ya al final le dijo al chofer que se metiera a la rampa para que le comenzaran a descargar; con el pretexto de volver a ver a la capturista le indicó al chofer que le daría las indicaciones desde la rampa para que se estacionara bien.
Luis volvió a ingresar a la bodega, ya estaba un poco más tranquilo por qué ya no había visto a las dos criaturas que lo habían espantado en el baño, de hecho en esos momentos su mente se mantenía ocupada en aquella sensual capturista, fue justo cuando pasó frente a la oficina donde estaba la capturista cuando ella lo vio nuevamente, le guiñó el ojo otra vez, Luis simplemente le sonrió.
Ya en la rampa, Luis le hacía señas al chofer de cómo irse estacionando, tenía medio cuerpo fuera de la rampa para que por los espejos lo pudiera ver el chofer cuando de pronto vio al niño que iba a pasar por detrás de una de las llantas del camión, lo volteó a ver con esa sonrisa macabra de hace un momento, Luis se quedó paralizado de miedo, el camión seguía su marcha hacia atrás, el niño caminaba junto a la llanta del camión sin quitarle la vista de encima a Luis, en ese momento los ojos del niño se tornaron negros, sin vida, su piel pálida, ya no caminaba, estaba flotando, Luis no podía moverse ni articular movimiento alguno dejando la cabeza entre la caja del camión y la pared de la rampa donde estaba, el camión seguía su marcha hasta que por la presión que ejercía el camión en la cabeza de Luis con la pared salió disparado al interior de la bodega cayendo de espaldas sobre la rampa.
Luis estaba parado frente a su cuerpo sin vida, podía ver cómo por la boca salían borbotones de sangre, estaba observando cómo el personal de seguridad le daba primeros auxilios tratando de ayudarlo, Luis podía ver todo el movimiento de personal tratando de auxiliarlo, observó cómo llegó al poco tiempo la ambulancia, Luis no podía creer lo que estaba viendo, se estaba viendo a si mismo muerto en el piso, podía escuchar lo que decían todos a su alrededor, hasta que escuchó como el paramédico diagnosticó que no tenía signos vitales y que la hora de la muerte fue a las siete con diez minutos de la noche, Luis seguía ahí parado, no daba crédito a lo que estaba viendo, fue entonces cuando escuchó aquella voz sensual que le decía -te lo advertí, te dije que no confiaras en tus ojos, que confiaras más en tus instintos, ahora vas a estar aquí con nosotros-, Luis volteó y vio a la capturista, le preguntó, ¿me puedes ver?, yo sí, son los demás los que no nos pueden ver, llevo aquí más de cinco años, yo también fui víctima de esos niños que en realidad son entes malignos que buscan dañar a las personas, ahora ya no te podrán dañar, ya estás muerto, y aquí será tu nueva morada, junto a nosotros…
Por cierto, ¿ya viste al niño que está frente a ti?
Fin
Quiero agradecer infinitamente la aceptación de mi libro, si no lo han adquirido aquí les dejo el link.