Los niños de la plataforma 2/10
Por: Armando H. Noriega
Los entes tienen distintas formas de manifestarse, el problema es que nunca se sabe si son buenos o malos, si te quieren dañar o te van a ayudar o simplemente son ellos los que te están pidiendo ayuda, la cosa es que siempre van a causar miedo a cualquier persona que se les presente, claro, si es que uno se da cuenta que está frente a alguna de estas manifestaciones; Rosita, que es la persona que vivió este acontecimiento nunca se enteró que estaba frente a éstos entes, se dejó guiar por la inocencia, ternura y caritas angelicales de estas criaturas sin sospechar siquiera lo que se le iba a presentar momentos después, es por eso que pasó lo que a continuación les voy a narrar, espero puedan dormir después de leer lo que sucedió.
Era un jueves, le tocó el turno de la tarde, su hora de entrada era a las dos de la tarde, Rosita era muy puntual, ese día llegó treinta minutos antes de su hora de entrada, justo en la puerta de entrada a la plataforma un niño y una niña la saludaron con mucho entusiasmo con sus manitas, ella pensó que se trataba de los hijos de algún trabajador de la plataforma así que no les prestó importancia y también los saludó con su mano y una sonrisa, se fue directo al reloj checador y de ahí al área de casilleros para cambiarse.
Momentos más tarde estaba ella con sus compañeros y su supervisor para que les asignaran el área de trabajo que les iba a tocar; ellos eran del departamento de intendencia, ese día le tocó el área de recibo de Cross dock, esa era un área un poco complicada por todo el movimiento de tarimas con mercancía recién llegada en el turno de la mañana, también incluía los baños, éstos últimos se tenían que asear cada hora por protocolo de higiene de la empresa, de hecho lo primero que tenía que limpiar eran justamente los sanitarios, por seguridad, inmediatamente después el área de entrada a esa zona; el área de entrada era un pasillo de unos seis metros aproximadamente, y bueno por el radio la llamaban si en el área del almacén había algún escurrimiento de algún líquido que había que limpiar, cosa que sucedió cuando iba a la mitad de la limpieza de los baños, un montacarguista había dañado una caja de leche y se había derramado, de inmediato se dirigió por los conos para limitar tanto el paso peatonal como de los montacargas, justo cuando iba saliendo con los conos en la mano la niña que la había saludado cuando llegó la volvió a saludar, la niña estaba en el pasillo de entrada, Rosita le correspondió el saludo con una sonrisa, no se podía distraer, ella sabía que se tenía que apurar a limpiar la leche derramada.
Ya había terminado de limpiar el líquido derramado y se fue directamente al baño para terminar de asearlo, fue entonces cuando en la parte de atrás de uno de los montacargas vio al niño que iba sentado, le pareció algo extraño ya que no estaba permitido el acceso a menores de edad al interior de la plataforma, de nueva cuenta no le dio importancia, cuando iba a entrar al baño salió corriendo la niña que la había saludado, la reacción de Rosita fue llamarle a la niña para decirle que no podía estar ahí, la niña volteo muy seria, simplemente le enseñó la lengua, Rosita se rio y continuó su trabajo en el interior de los sanitarios, cuando estaba a punto de terminar y después de pensarlo mucho decidió no reportar el incidente de la niña, Rosita sacó su propia conclusión, la niña tenía la necesidad de usar el baño, fue entonces cuando tomó la decisión de no reportarla, salió del área de sanitarios, se dirigió al cuarto de limpieza para cambiar los artículos que estaba ocupando para comenzar con el piso del almacén, justo cuando estaba saliendo con lo necesario para hacer su trabajo de atrás de la puerta se le presentaron los dos niños, la reacción normal de Rosita fue saludarlos, esta vez los niños no hicieron nada, ni un gesto, nada, a Rosita le pareció extraño ya que ellos fueron los que la habían saludado cuando llegó; Rosita definitivamente no sabía lo que estaba a punto de vivir, ignoraba por completo del peligro en el que se encontraba, comenzó a caminar hacia el área de la plataforma que le tocaba limpiar dejando a los niños justo donde los encontró.
Un rato después, justo antes de su hora de comida se le presentó de la nada el niño, la criatura había salido de un costado de una tarima con producto, Rosita se espantó y gritó, llamando la atención de un guardia de seguridad que de inmediato fue a verla para ver qué era lo que le había pasado, Rosita le comentó al guardia que el niño había salido de entre las tarimas y la había asustado, el guardia al escuchar lo que Rosita le estaba diciendo se le quedó viendo con cara de asombro, Rosita le preguntó qué es lo que estaba pasando, el guardia le dijo que no había niños en el interior de la plataforma, comenzó a reír un poco nervioso el guardia, y le hizo énfasis que no jugara con eso, Rosita le respondió que no estaba jugando, era lo que realmente había sucedido, ella no se esperaba que el niño de pronto le saliera de una de las tarimas, el guardia ya con mucha seriedad le dijo que se dejara de juegos y que se pusiera a trabajar, eso sí, que tuviera cuidado, ya que lo de los niños no podía ser cierto, no estaba permitido el acceso a niños a la plataforma, todo lo de los niños es algo de cuidado, varios compañeros de distintas áreas ya se han accidentado al ver a esos niños, se dio media vuelta y se retiró.
Rosita se quedó asombrada con el comentario del guardia, no sabía si se lo había dicho en serio o si la estaba bromeando, la joven mujer se encogió de hombros y continuó con su trabajo, estaba algo molesta por la actitud del guardia, ella sintió que el guardia, o le estaba diciendo loca o le quería jugar una broma de mal gusto.
Al otro lado de la plataforma alcanzó a ver a los niños que estaban agachados viendo una tarima de juguetes y la muchacha no lo pensó dos veces, le llamó al guardia, le señaló a aquel par de criaturas que estaba viendo, el guardia le respondió que él no veía nada, que ya se dejara de juegos absurdos o que la iba a tener que reportar.
Rosita no lo podía creer, se los había señalado, cómo es posible que no los haya visto, la molestia de la mujer seguía creciendo, ella pensó, quién se creía él para hablarle de ése modo, vio el reloj y ya era la hora de su comida, la mujer molesta se fue a dejar sus cosas para irse a comer, justo estaba cerrando la puerta del cuarto de limpieza cuando de la nada se le aparecieron los dos niños, la mujer les dijo que quienes eran, que estaban haciendo ahí, los niños sin hacer ningún gesto simplemente se dieron la vuelta, se fueron caminando entre los pasillos de la plataforma, ella se enojó aún más y se dirigió a los casilleros para sacar su comida.
Ya en el comedor estaba ella sola en una mesa, estaba comiendo pero sin dejar de pensar en lo que le había advertido el guardia, estaba molesta, fue entonces que se le acercó el jefe de turno de seguridad para preguntarle qué era lo que había sucedido en el almacén con el guardia, ella, lo primero que pensó es que aquel guardia la había reportado; lo que Rosita no sabía es que semanas antes el jefe de turno y el guardia de seguridad habían presenciado lo que le había sucedido a la Muñeca, el guardia que terminó en el hospital por haber visto a los dos niños en una de las oficinas, obviamente esa historia no la sabía Rosita, el jefe de turno estaba preocupado por los comentarios que le había hecho el guardia.
Rosita comenzó a relatarle con molestia la actitud del guardia, el jefe de turno lo primero que le dijo fue que se calmara, él no estaba ahí para llamarle la atención, al contrario estaba ahí para protegerla, Rosita se quedó seria ante las palabras del jefe de turno, pensó que se habían puesto de acuerdo para jugarle una broma entre los dos, su reacción inmediata fue el reclamo por querer jugarle una broma de tan mal gusto a ella, finalmente ella ni los conocía, porque se estaban llevando así con ella, el jefe de turno se puso serio y le dijo que no se trataba de una broma, al contrario, le repitió que estaba ahí para cuidarla y ponerla sobre aviso, Rosita en ése momento explotó de furia y le comenzó a reclamar, el jefe de turno luego de un instante logró tranquilizarla y se dispuso a contarle lo sucedido con la Muñeca semanas antes; Rosita no podía creerlo, ella conocía de vista al guardia que le llamaban la Muñeca, no se le había hecho raro que no lo hubiera visto ya que constantemente los cambiaban de turno al igual que ellos, muchas veces podían pasar meses sin que coincidieran, estaba escuchando con mucha atención el relato del jefe de turno, ella no podía creerlo, su molestia comenzó a transformarse en miedo, a cada momento la piel se le tornaba chinita del miedo que comenzaba a experimentar, el jefe de turno le comentó que le había dado la orden a su guardia para que estuviera cerca de ella para poder cuidarla, la persona de monitoreo de igual manera la iba a estar siguiendo con las cámaras de seguridad, que ella no se preocupara, ellos iban a estar al pendiente de ella, que si volvía a ver a los niños que avisara por el radio para ver si los podían grabar en los monitores para poder entregar pruebas contundentes de la existencia de esos entes a la dirección de la empresa.
Rosita se quedó atónita ante el relato del jefe de turno, ya no quería regresar, estaba llena de miedo, fue a buscar a su supervisor para pedirle un cambio de zona, todo esto fue inútil, su supervisor ya se había retirado, lo vería hasta el día siguiente, no le quedó de otra que regresar a la zona que le habían asignado.
Salió del área del comedor para dirigirse a su zona de trabajo, ya era tarde, estaba oscuro, por un lado Rosita sintió más miedo, pero por otro sintió calma, sabía que la hora de salida se aproximaba, decidió apurarse y mantener su mente ocupada en otras cosas, sacó sus productos de trabajo para limpiar parte de la bodega, por ningún motivo quería estar donde no hubiera gente, pensó para sus adentros, entre más gente haya menos riesgos correría ella, lo único malo es que su área ya estaba prácticamente desocupada y casi no había personal a esas horas ahí, la mayoría de las personas estaban en el área de embarques que era del otro lado de la bodega.
Rosita estaba apurada limpiando el piso con el mop, estaba concentrada y pensando en cosas agradables, quería evitar a toda costa el tema de los niños, pero como todos sabemos, luego nuestro peor enemigo es nuestra mente, no podía evitar pensar en esas dos criaturas, a paso veloz recorría de un lado al otro el área que le tocaba, de reojo a lo lejos alcanzaba a ver a los niños que no dejaban de observarla, ella por el miedo había olvidado la recomendación del jefe de turno de avisarle cuando viera a los niños, estaba nerviosa, no quería quitar la mirada del piso, no quería voltear a ningún otro lado, fue entonces cuando dio tremendo grito porque sonó su radio solicitando su presencia en otra zona de la plataforma para limpiar detergente en polvo que había en el piso, producto de un accidente con un montacargas que había roto una caja de ese producto y se estaba tirando, sintió un descanso al saber que iba a estar con más personas a su alrededor, se dirigió rápidamente a cambiar el mop por la escoba y recogedor para limpiar, con mucho miedo se acercó al cuarto de limpieza por sus instrumentos de trabajo, de reojo seguía viendo a los niños, no quería quitar la mirada del piso, tenía miedo que de pronto le brincaran y la espantaran, salió corriendo de esa zona y así sin siquiera cerrar la puerta fue rápidamente al pasillo donde tenía que limpiar.
Ya en el pasillo la estaban esperando un guardia de seguridad y el supervisor de embarques para levantar el reporte de lo que se había mermado, en cuanto Rosita llegó ambos se retiraron dejando a la mujer sola, Rosita le llamó al guardia para pedirle que no la dejara sola, el guardia se negó, le argumentó que tenía que seguir con su rondín, si se quedaba ahí le iban a llamar la atención.
Rosita se apuró a limpiar lo que estaba tirado, atrás de ella escuchaba ruidos extraños, como si la estuvieran llamando, ella por ningún motivo quería voltear, era tal su miedo que sentía que las piernas y las manos no le respondían, tenía los nervios a todo lo que daban, recogía el detergente derramado y se le caía del recogedor, ya estaba llorando de los nervios, las manos le temblaban, ella sabía que los entes ahí estaban, ella seguía escuchando que le llamaban, decidió ponerse a rezar, las oraciones no le salían, confundía una oración con otra, por atrás le seguían llamando, fue entonces cuando se apareció por atrás de ella el guardia de seguridad preguntándole si estaba bien, Rosita pegó un grito que se pudo escuchar dos o tres pasillos más allá de la bodega, el guardia la tranquilizó, le preguntó que estaba pasando, ella se tocaba el pecho, sentía cómo el corazón se le iba a salir, después de un rato logró calmarse y comenzaron a reír los dos.
Rosita al terminar y ya estar más tranquila fue al cuarto de limpieza a cambiar sus cosas, era hora de limpiar los sanitarios, como de costumbre cerró el paso a los baños en lo que los limpiaba, después de tremendo susto que le había dado el guardia momentos antes se estaba riendo sola de ella misma, estaba en uno de los gabinetes de W.C. limpiando cuando escuchó que alguien tocó a la puerta, ella simplemente contestó como siempre, “LIMPIEZA”, nadie le contestó, ella siguió en los suyo, instantes más tarde escuchó como se activó el secador de manos, se enderezó para pedir que salieran, pero al momento de asomarse no vio a nadie, le pareció muy extraño ya que los secadores son automáticos, salió para ver de qué se trataba, siguió sin ver nada, no había nadie, se puso nerviosa, fue justo cuando volteó al espejo que vio el reflejo de los niños, pero ésta vez los niños estaban llenos de sangre, todos deformes, los ojos negros sin vida, sus caras blancas, Rosita abrió los ojos y se tapó la boca al mismo tiempo, fue entonces que los niños hicieron un sonido ensordecedor muy agudo, Rosita pegó un grito que se escuchó hasta el último rincón de la plataforma y cayó al piso con los ojos abiertos, escurriendo espuma por la boca.
Es entonces cuando yo les pregunto, que harían ustedes al ver a dos criaturas “Inocentes” en algún lugar, ¿se fiarían de ellos?, les recuerdo que un ente maligno puede tomar la forma que quiera para poder lograr acercarse a ustedes ganando su confianza, pero en fin, puede ser que la mente a veces nos juegue bromas macabras, o no, por eso cuando escuchen en scht scht por detrás de ustedes no volteen, no saben con quién se pudieran encontrar…
Fin.
Queridos lectores les dejo el link de mi libro que pueden adquirir en formato digital o físico esperando que sea de su agrado. Gracias infinitas.