Las Vanguardias del Siglo XX

POR: Renatta Vega Arias*

Primera parte

Mientras tenga algo que decir, el artista buscará la forma de manifestarlo, desde su personal sentido de expresión. Así, vemos a los artistas de ayer o de hoy, buscando sus fundamentos, fuentes, técnicas y materiales. A mi parecer el arte ha ganado muchas batallas frente a “lo aceptable social y políticamente”, ha ganado frente a “lo moral”, ha ganado también con tantas nuevas técnicas en las que hoy se puede recrear lúdicamente la creación.

En palabras de Picasso, el arte es “una mentira que nos hace ver la verdad” y cada artista debe asumir su responsabilidad en relación con la obra que realiza, debe estar consciente de ella, de su fuerza, de su lenguaje. Entendemos la necesidad de que el arte busque producir una obra con el sello inconfundible de la personalidad del artista, sin aceptar dogmas, sino aprehendiéndolo todo, incluso aceptándolo, si así lo ha decidido el pintor ,pues, hasta para ponerse cadenas se debe ser libre si lo desea y tendrá sin duda, para ello, la filosofía necesaria para fundamentarlo.

Podemos dejarnos guiar con naturalidad en el recorrido por el arte y simplemente deleitarnos, permitiendo que nuestra mente reciba el mensaje dado y, en la medida de nuestras posibilidades, hacer o no un análisis crítico formal y conceptual. Finalmente, cuando la obra llegue al espectador, él podrá o no, aprovechar el mensaje, pero la experiencia de la realización del trabajo plástico, esa es solo del artista y es ya invaluable por sí misma.

Y es por la búsqueda de expresión de los artistas, por su necesidad interna, nacida de lo que ha vivido y desde qué lugar lo ha vivido, tanto como de sus influencias, que nacieron las que se conocen como corrientes artísticas y, aunque en algunos casos fueron los propios artistas quienes dieron nombre a los movimientos generados por ellos, muchas veces han sido “bautizados” por quienes han tenido en sus manos el estudio del arte y sus procesos históricos, es decir, los críticos e historiadores.

Siguiendo la línea de estos artículos, retomaré el tema de la anterior entrega, para continuar hablando de les Vanguardias del Siglo XX. Para ponernos en contexto, recordemos que, al finalizar la Gran Guerra     ( manera como se nombraba a la que conocemos como Primera Guerra Mundial, puesto que no se esperaba que hubiese una segunda), los artistas, junto con toda la sociedad, fueron testigos de que el mundo, como lo conocían, se terminaba, y también empezaron a cuestionarse el para qué del arte.  Era como si terminara la edad de la inocencia del mundo y ahora, con todo ese dolor, tocaba reinventar el arte, porque una representación ya no era suficiente.

La expresión francesa “Avant Garde”, proviene de la jerga militar y se refiere al que va al frente y abre paso en la batalla. Para el arte, las vanguardias son estilos y movimientos innovadores, muchos de ellos de corta duración, la mayoría centrados en la búsqueda de nuevas direcciones y principios. Los pintores comenzaron a preocuparse por la propia naturaleza de la pintura y el para qué del arte.

Aunque es siempre válida, para el espectador, la premisa de hacer contacto con las obras a partir de las emociones que proyectan, para apreciar estas manifestaciones, es conveniente conocer la “filosofía personal del artista o movimiento”, es decir, contar con los elementos necesarios para decodificar el mensaje. En su momento, esto hizo herméticas a las vanguardias y alejó de ellas al público neófito, puesto que éstas exigen algo más que una actitud de apertura. En suma, se aprecia la obra de cada artista a través de conocer lo que es esencial para él, cuál es su búsqueda, cuál es su prioridad y qué desea hacer notar.

 

Empezaremos un recorrido muy breve por las principales vanguardias, para conocer lo esencial de sus propuestas.

Fauvusmo: De 1904 a 1910. Fauve, del francés, es en el sentido de “fiera” y fueron los críticos quienes encontraron este término para referirse a este grupo formado por André Derain, Henry Manguin, quienes deseaban expresar la alegría de la vida por medio del color. No se preocupaban mucho del dibujo y realizaron obras con formas poco precisas, muy libres, en sus paisajes, retratos y desnudos.

Cubismo: De 1907 a 1914. Se divide en cubismo analítico y cubismo sintético. En el primero, el objetivo es la descomposición de las formas y su recomposición a partir de la geometría. En el segundo, el color toma mayor importancia y se hace un intenso uso del collage. Sus principales obras fueron hechas por Pablo Ruiz Picasso, Juan Gris y George Braque y puede decirse que es una de las más conocidas. Incluso, el mexicano Diego Rivera, que por esos años se hallaba en París, engrosó las filas de los cubistas.

Futurismo: Nació en Italia en 1909, impulsado por la modernidad, muestra el interés de los artistas por la industrialización que estaba revolucionando la vida en el momento que les tocó vivir. La industrialización imprimió una velocidad nunca antes vista y los artistas quisieron reflejar ese movimiento mecanizado en sus obras. Sus representantes fueron Filippo Tommaso Marinetti, Giacomo Balla, Mario Jordano, Humberto Boccioni, Carlo Carrá y Luigui Russolo, quienes firmaron el Manifiesto Futurista, en el cual dieron a conocer las ideas que los unían, así como su gran entusiasmo por la guerra.

Es importante señalar que, en adelante, la mayoría de estos movimientos contarían con su propio MANIFIESTO, para dar a conocer lo que consideraban “su verdad en el arte”.

De estos movimientos participaron tanto pintores como escultores, grabadores; pero también escritores, músicos y creadores de otras disciplinas que compartían sus objetivos y su búsqueda.

 

*Renatta Vega Arias

renattavega.paginadearte.com

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