La nueva rica

Por: Armando Hernández*

 

Eran las cuatro de la tarde y ya estaban cansados Liliana, Ramón y Arturo, eran tres excursionistas entusiasmados en busca de un tesoro, los tres estaban seguros que no era un mito, sabían que en ese lugar se encontraba un tesoro oculto, era el oro que le causó la muerte al General Rodolfo Fierro, mano derecha del General Francisco Villa el 13 de octubre de 1915, Los tres sabían que el General Fierro fue un hombre muy aguerrido pero también muy sanguinario, fue de los más temidos de la División del Norte de la Revolución Mexicana, estaban a punto de llegar a aquella laguna artificial del mismo nombre del General, la laguna Rodolfo Fierro que se encontraba en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, cuenta la historia que el General Fierro junto con su tropa habían asaltado el tren que llevaba ese oro mal habido para los federales y lo llevaba a su General Francisco Villa, y por no rodear aquella laguna al General se le hizo fácil atravesar la laguna por dos razones, una era no dejar rastro alguno para los federales y la segunda ganar tiempo para entregar el botín a su General Villa, se dice que los hombres del General Fierro le advertían que era mejor rodear aquella laguna a lo que el General les contestó – Los caballos andan mejor en el agua que en la nieve, este es el camino para los hombres que sean hombres y que traigan caballos que sean caballos—Y se aventuró a cruzar aquella laguna que no era muy profunda pero el fondo era muy fangoso, y conforme más se adentraba en la laguna más le costaba a su caballo avanzar ya que aquel hombre traía las botas llenas de oro, los bolsillos llenos de oro, y traía bolsas de oro en la parte trasera y delantera del caballo, cuentan algunos historiadores que traía un promedio de entre 70 y 100 kg de oro, más el peso del General, se dice que el General fierro fue un hombre de 1.70 cms. Y de unos 90 kg. Y era demasiado peso para su caballo, que conforme iba avanzando se iban enterrando cada vez más los cascos de sus patas hasta que llegó el momento en que el animal ya no pudo avanzar, y el General al bajar de su caballo se le hundieron las piernas hasta la cintura, y entre más trataba de salir con el movimiento de él y de su caballo más se movía el fango hasta que se lo tragó por completo.

Ya casi no había luz de día y los tres excursionistas decidieron descansar y levantar su campamento para que al día siguiente reanudar su caminata temprano.

A la mañana siguiente se levantaron los tres excursionistas y después de desayunar emprendieron la marcha, estaban a unas tres horas de la laguna, y al llegar los tres quedaron atónitos ante la inmensidad de aquella laguna, Ramón les comentó que estaban muy cerca de aquel paso que había hecho el General.

Se cuenta que ese oro estaba maldito y que ya había acabado con la vida de varios buscadores de tesoros, cualquiera imaginaría que murieron ahogados, pero no, contrario a eso, todos habían muerto de maneras muy extrañas, pero eso no espantaba a los tres excursionistas, los tres tenían ya sus planes para invertir aquel tesoro.

Los tres ya se habían preparado para entrar a aquella laguna, cada uno tenía una parte por explorar y así lo hicieron, traían el equipo necesario para llevar a cabo sus planes con éxito, luego de varias horas de estar buscando les llegó la tarde cuando se escuchó la voz de Arturo diciendo que había encontrado algo, y en efecto, había encontrado las bolsas de aquel oro, los tres entusiasmados sacaron aquellos bultos a la orilla, Liliana era la encargada de ir contabilizando cuantas monedas estaban rescatando de aquel fondo fangoso, hasta que ya no había nada en aquella laguna, ya alistándose para salir de la laguna Ramón sintió un piquete bastante fuerte en una pierna que le
paralizó del dolor, sus dos amigos le ayudaron a salir, Ramón no aguantaba aquel dolor, dentro de todo lo que llevaban Arturo sacó varias pastillas y aparte sacó un carrujo de marihuana y sin pensarlo dos veces se lo ofreció a su amigo para calmar un poco el dolor, cuando de pronto, Ramón quedo dormido, Arturo y Liliana no sabían si había sido el efecto de la marihuana o le hicieron efecto los medicamentos para el dolor.

Debido a ese accidente decidieron acampar ese día ahí y partir al día siguiente temprano, decidieron destapar una botella de vino para empezar a festejar ese monumental hallazgo, ya entrada la noche Ramón despertó con mucha hambre y los tres se dispusieron a preparar algo para cenar, Ramón se había despertado más hambriento de lo habitual, no sabía si era por lo que le picó en aquella laguna o era el efecto del carrujo de marihuana que Arturo le había ofrecido para dejar de sentir dolor, el caso es que los tres estaban cenando cuando en eso Ramón se empezó a sentir mal, y decidió irse a dormir, cuando en eso los tres viajeros escucharon a lo lejos el retumbar de cascos de caballos y varias detonaciones, los tres se quedaron paralizados de miedo, decidieron apagar la fogata para evitar ser vistos, Ramón apenas se podía mover debido al dolor, tenía paralizada toda la pierna, pero estaba ya hinchado de la cara, ya pasado un rato y llegada la calma Ramón empezó a tener fiebre y para esas alturas empezaba a sentir paralizado más de la mitad del cuerpo, y no obstante con eso empezó a sacar espuma por la boca, Arturo y Liliana no sabían que hacer para ayudar a su amigo, Ramón en medio de la desesperación de aquel dolor tomó un machete y decidió cortarse la pierna, al dar el primer machetazo salpicó de sangre a sus amigos que estaban atónitos ante aquella acción de su amigo, Ramón empezó a sangrar mucho por la herida que se había ocasionado y empezó a decirles a sus amigos que tuvieran cuidado, hay una persona que los estaba espiando y que él creía que era el espíritu del General Fierro, lo sabía porque había visto a un revolucionario pasar entre los árboles que estaban a su alrededor, cuando estaba mencionando eso los ojos se le habían tornado de un color rojo intenso, y al mismo tiempo seguía sacando mucha espuma por la boca, cuando de pronto se hizo un silencio muy espectral y empezó a bajar la temperatura, Liliana y Arturo no sabían que hacer, estaban viendo morir a su amigo que estaba cayendo en la desesperación de querer ponerse de pie, Arturo, al querer ayudarlo resbaló y lo empujó, Ramón al caer quedó atravesado por aquél machete que aún traía en la mano, en ese momento gritó Liliana en medio del llanto, Arturo le dijo que iba a buscar ayuda, a lo que Liliana le dijo que no la dejara sola, y en eso se empezaron a escuchar galopes de varios caballos y nuevamente detonaciones, pero esta vez los escucharon más cerca, los dos amigos quedaron atónitos ante aquellos ruidos, no sabían que hacer, estaban en shock por la muerte tan repentina de su amigo, era tal su miedo que decidieron echarlo a la laguna para que no los acusaran de haberlo matado por la codicia del millonario hallazgo, y cada uno empezó a jalarlo de cada mano, el campamento estaba a unos 100 metros de la laguna, El cuerpo sin vida de Ramón y aún tibio por el poco tiempo que llevaba muerto se iba ensuciando cada vez más de lodo conforme se iban acercando a la laguna, cuando de pronto se escuchó nuevamente el azote de los cascos de los caballos más cerca aún, Liliana y Arturo no sabían que hacer, estaban temblando de miedo, cuando Liliana de un grito a su amigo advirtiéndole que había algo atrás de él y al voltear Arturo recibió un impacto en el rostro que al caer al piso lo único que se pudo ver en su cara era la marca de una herradura, El cuerpo de Arturo cayó al piso ya sin vida, Liliana toda salpicada de sangre no podía dar crédito a lo que estaba viendo, no sabía que era lo que estaba pasando, se quedó paralizada, y después de un rato y ya entrada más de media noche se dispuso a meter los cuerpos de sus amigos a aquella laguna, cuando al fin regresó al campamento cayó rendida en sueño, al despertar a la mañana siguiente toda manchada de sangre y lodo de pies a cabeza no podía dar crédito a lo que había sucedido la noche anterior, no podía creer que sus amigos habían partido al más allá, y lo más inaudito era la manera tan extraña que habían muerto, no encontraba una explicación lógica a los hechos del día anterior, se dispuso a empacar todas las cosas para irse cuando de pronto una voz fuerte y áspera detrás de ella le dijo que sería mejor que se fuera y dejara todo como estaba, que tenía que devolver lo que no era de ella, que aquel botín no le pertenecía, o que si estaba dispuesta a asumir las consecuencias que se llevara el oro, Liliana se quedó muda, no podía hablar, no podía moverse, no sabía qué hacer, el miedo la había dejado paralizada, no podía creer lo que estaba viendo, al voltear a ver aquella laguna se dio cuenta que en donde había dejado a sus amigos había un remolino, y de pronto de entre los árboles vio a sus dos amigos vestidos de revolucionarios caminando dispuestos a subirse a unos caballos, caballos que a la vez que bufaban sacaban vapor por las fosas nasales, Liliana no podía creerlo, el miedo se acrecentó aún más y cayó desmayada, cuando al fin recobró el conocimiento se dispuso a caminar sin rumbo alguno, iba caminando sin zapatos, toda desaliñada, despeinada, con el rostro lleno de sangre y con la mirada perdida se adentró en las llanuras de aquel espeso bosque.
Fin

*Colaborador de www.revistasinrecreo.com