La noche de la enfermedad
Por: FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
Desgraciada e inevitablemente nos encontramos en el inicio de un periodo de propagación de uno de tantos virus que van apareciendo o mutando y que puede llegar a causar graves problemas en la salud, pudiendo llegar a ser mortal.
Según los datos disponibles por fortuna no se trata de una enfermedad tan mortal como aquellas que en la antigüedad diezmaban poblaciones enteras mas no por ello debemos de ignorarla, ya que posiblemente debido a las extremas medidas sanitarias que se han impuesto en muchos lugares del mundo es que tanto sus tasas de contagio como de mortandad no son tan altas.
Sin embargo queridos lectores la noche de la enfermedad en México apenas está iniciando, vaya nos encontramos apenas en el crepúsculo y como nos hemos podido dar cuenta vienen varios meses en los que nuestra vida va a cambiar, ya que por lo menos se estima que la etapa crítica dure por lo menos 12 semanas, que es lo que duró en China el país en donde el mal empezó y apenas ahora están pudiendo empezar a controlarla y en Europa se estima que para la segunda quincena de mayo, si es que todo sale bien, se pueda volver a la vida normal.
Así que aquí vamos empezando y para la otra semana es posible que las medidas de contingencia sean más contundentes que las que hasta ahora se han desplegado y la duración de las mismas probablemente sea hasta verano, porque reitero es lo que se está viendo que se sucede en otros países que previamente han sido azotados por esta enfermedad.
Obviamente las medidas adoptadas para mitigar posibilidades de contagio consisten principalmente en el aislamiento de la población y ello conlleva a la necesaria interrupción de todas las actividades sociales incluyendo la económica, ya que al no salir a la calle, se desploman prácticamente todas las actividades industriales, turísticas y de prestación de servicios entre otras.
Muchos países que siempre han tenido un sistema económico liberal o que recientemente lo adquirieron como la propia China, cuentan con los recursos necesarios para responder ante este tipo de crisis y pueden construir hospitales y laboratorios en un tiempo récord o destinar partidas millonarias para investigar el virus y encontrar una cura lo más rápido posible, caso de Estados Unidos o incluso sus Estados pueden asumir las pérdidas de los microempresarios o de las personas que se vean afectadas tanto por la enfermedad como por la cuarentena, tal y como lo están haciendo en Italia, Francia y se prevé que en poco tiempo también en España, países en los que sus gobiernos van a pagar hasta las hipotecas de la población afectada.
Pero lo anterior se da porque esos sistemas de economía de libre mercado o liberal favorecen la creación de la riqueza entre la población y consecuentemente su recaudación tributaria es muy elevada, teniendo reservas para hacer frente a cualquier situación, cosa que nunca va a ocurrir en aquellos en los que el Estado controla toda la actividad económica y que además es asistencialista con lo que se inhibe la creación de riqueza, ya que las subvenciones gubernamentales hechas de forma regular inhiben la creación de riqueza, es decir para qué trabajo o emprendo si el Estado me mantiene.
Y ante este escenario, la gran pregunta es ¿Cómo se encuentra México?, pues me temo que la respuesta es mal y peor.
Mal, porque nadie de los que gobierna el país se ha preocupado por fomentar una política económica que realmente fomente la productividad, ya que salvo pequeños intentos que con el tiempo se han desvanecido, la característica ha sido la de tener un Estado benefactor que recauda poco y solo se preocupa por crear programas de apoyo social o emplear a la mayor parte de la población, lo cual tiene como consecuencia que el Estado dependa de ventas como la de petróleo para mantener su nómina y sus programas sociales, sin tener ni el interés ni los recursos en invertir en investigaciones médicas de alto nivel, ya que en el mejor de los casos los medicamentos se adquieren de aquellos países que los producen.
Y peor, porque el actual gobierno se encuentra totalmente rebasado por la contingencia y prefiere hacer oídos sordos ante los múltiples llamados de atención que ha recibido del exterior, es decir la actual administración vive en un mundo paralelo continuando con sus actividades normalmente y sin preocuparse por la enfermedad que cada vez viene avanzando con mayor rapidez y es que actúa así porque sabe que no tiene los recursos para afrontar una epidemia ni mucho menos para hacer frente a las implicaciones económicas que la necesaria suspensión de actividades por meses va a traer aparejada.
Ya que simplemente les da terror el tener que conceder una moratoria fiscal a la población afectada y más aún el dejar de cobrar por servicios públicos básicos, porque no tienen reservas financieras para hacerlo y en caso de que la enfermedad se propague de una manera muy fuerte no cuentan con los recursos para hospitalizar y curar a los enfermos y mucho menos para investigar una vacuna.
Aunado a lo anterior no pueden dejar de pagar a su burocracia ni mucho menos suspender o recortar sus programas asistencialistas, por ello es que mejor fingen que no pasa nada y continúan con las actividades normales como el show de Nahle y su refinería o las conmemoraciones del 18 y 21 de marzo y evitan declarar la emergencia nacional que la situación amerita.
Ya del Presidente y sus actuaciones ya mejor ni hablamos, cada vez me convenzo más de que enloqueció, basta con ver su mirada extraviada en la conferencia en la que mostró sus “santitos” para ver que requiere de atención especializada.
Lo que sí es un hecho es que el gobierno federal se encuentra sin conducción y totalmente rebasado por la situación, ya que no coordina nada y lo peor nadie le hace caso y ya tanto poderes autónomos como empresas privadas están llevando a cabo medidas sanitarias sin importar lo que el gobierno federal diga o haga y eso sí es muy serio, porque demuestra que en esta administración el liderazgo solo sirve para destruir como cáncer las instituciones y programas que funcionan pero ante las verdaderas crisis no tenemos gobierno.
En fin, la noche de la enfermedad apenas cae en México y cae encontrándonos en un caos, espero que salgamos bien librados y que cuando llegue el amanecer estemos más fuertes para enfrentar la reconstrucción, que va a ser otra tarea titánica.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio