La locura de la nueva rica

Por: Armando Hernandez

Justo cuando se abría la puerta del comedor, Doña Liliana que se encontraba desayunando, sola como de costumbre, se rompió el silencio con el ir y venir de una de las señoras del servicio, a lo que replicó que guardaran silencio, tenía una fuerte jaqueca que no podía soportar, cuando de pronto se apareció Ivonne, su prima, confidente y compañera para conducirla a los jardines de la hacienda que había adquirido hace un par de años después de aquel legendario hallazgo del tesoro del oro perdido del General Fierro, del cual que nadie sabía excepto Doña Liliana, con el cual decidió adquirir una hacienda alejada de la ciudad, ésta se situaba justo en el estado de Puebla, en el municipio de San Salvador el Verde, muy cerca de San Martín Texmelucan, se decidió a adquirirla por la riqueza del valle, y por su localización estratégica.

Cuenta la historia que en esa zona se propició el establecimiento de varias haciendas que, junto con la ex hacienda de Chautla, tuvieron un papel importante en la economía de la región en aquellos tiempos, motivo principal de Doña Liliana por adquirir esa hacienda.

El atractivo principal que vio Doña Liliana de esa hacienda fueron sus suelos fértiles para el cultivo de distintos tipos de grano y la diversidad de recursos acuíferos para la siembra de cereales y así poder dar trabajo a la gente que habitaba en aquella zona y generar fuentes de empleo, de alguna manera quería darle algún sentido a las muertes de sus amigos en la búsqueda de aquel tesoro maldito donde perdieron la vida y a la misma Doña Liliana le causó tremendo shock en donde a la fecha hay noches en las cuales no puede conciliar el sueño.

Un par de semanas antes Ivonne le había entregado a Doña Liliana un extraño hallazgo, era una muñeca que había encontrado en el hueco de un árbol, el cual se dice se formó por la caída de un rayo durante una tormenta, lo curioso de éste objeto es que la muñeca pesaba como un bebé de verdad, ignorando que se trataba de la Anabel poblana, cuenta la leyenda que se trata de una muñeca maldita y que pertenecía a un integrante de la familia de la Marquesa Josefa Zavala y Gutiérrez, última heredera de aquella hacienda en los años de 1800 y 1830.

Cada noche Doña Liliana sentía una extraña sensación, una sensación de que alguien la estaba observando, lo que ella ignoraba es que aquella muñeca la seguía con esos ojos con movimiento, y cada vez que alguien se le aproximaba la muñeca adquiría distintas muecas en su rostro, cosa que ella ignoraba.

Esa noche, ya preparándose para dormir se escuchó un grito desgarrador, era el grito de su prima Ivonne, que dormía en la habitación de junto, Doña Liliana salió corriendo para ver qué era lo que sucedía, y al llegar a aquella habitación su prima estaba sin habla, Doña Liliana la abrazó para tranquilizarla y luego de un rato le preguntó qué era lo que pasaba e Ivonne entre sollozos le empezó a decir que en el rincón de su habitación se apareció un sacerdote advirtiéndole que se enfrentaban a un gran peligro, primero pensó que era un sueño, pero después de un momento se dio cuenta que estaba despierta y fue entonces cuando reaccionó con ése grito; la realidad es que ese sacerdote que vio era el espíritu del Arzobispo Eulogio Gillow, hijo de la Marquesa Josefa Zavala y Gutiérrez; a lo que Doña Liliana le dijo que se tranquilizara, que todo eso era producto de un mal sueño e Ivonne le dijo que no, todo lo que le había dicho era real, con todo ese escándalo el personal de servicio ya estaba en aquella habitación y de inmediato Doña Liliana pidió una botella de merlot para que se tranquilizaran y pudieran conciliar el sueño, al poco tiempo Ivonne ya tenía serias consecuencias a causa de aquella botella de vino que se habían tomado ella y su prima, y las dos cayeron en un sueño profundo debido a los efectos del exceso de merlot.

A la mañana siguiente Doña Liliana se levantó a bañarse muy temprano cuando de pronto en su mesita de noche vio que estaba aquella muñeca misteriosa de la cual sintió su mirada misma que le incomodó y mandó llamar a una de las chicas del servicio, en cuanto llegó le pidió que se llevara aquella muñeca cuando en eso entró en la habitación su prima, con una muy marcada resaca, minutos después y ya entradas en una conversación cotidiana Ivonne le dijo a su prima que lo que le había sucedido la noche anterior fue muy real, no había sido producto de un mal sueño, aquel sacerdote estaba en su habitación y le estaba advirtiendo de un gran peligro, pero debido a su grito se desapareció, y se sentía muy intranquila por ese acontecimiento en su habitación, a lo que Doña Liliana ya no quiso prestarle importancia y acto seguido las dos fueron al comedor para desayunar.
Ya entrada la tarde Ivonne se dirigía a la biblioteca de la hacienda y fue ahí donde volvió a entrar en shock al ver un cuadro con el retrato del Arzobispo Gillow y fue entonces cuando supo que lo que vio fue un espíritu, era el espíritu del Arzobispo, pero esta vez en lugar de sentir miedo, fue todo lo contrario, sintió una enorme paz interna y perdió su mirada en aquel cuadro, después de un momento al darse vuelta fue tal su sorpresa que no podía creer lo que estaba viendo, era el Arzobispo Gillow y se quedó inerte, sin poder gesticular ni movimiento ni voz, el Arzobispo le advirtió del peligro que corrían ella y su prima al conservar aquella muñeca misma que estaba maldita y tenía la mala fama de matar a los habitantes de esa hacienda, tenía que deshacerse de ella a como diera lugar.

Después de haber asimilado aquel mensaje del Arzobispo, salió de la biblioteca cuando al final del pasillo en una mesa vio postrada a aquella muñeca que a simple vista se veía insignificante pero en realidad no sabía al peligro que estaba a punto de enfrentar, y justo al llegar y tenerla de frente decidida la cargó, se dirigió hacia las escaleras para llevarla a un lugar seguro, y al estar a la mitad de ellas todo dio un giro inesperado, la muñeca volteo a verla como si tuviera vida propia, Ivonne no podía creer lo que estaba viendo y al momento de llegar al primer descanso decidió soltarla pero aquella muñeca gesticuló un sonido muy extraño, al voltearla perdió el equilibrio y se sujetó de lo primero que tuvo a su alcance, era un mueble con un quinqué antiguo mismo que la propia Ivonne tiró encima de ella y se llenó de petróleo todo el vientre, y con aquel movimiento jaló el cable de una lámpara causando un chispazo que le provocó que se empezara a incendiar, en la desesperación de sofocar todo ese fuego en su cuerpo cayó por el barandal de cabeza sobre la planta baja de aquella hacienda, todo el personal de limpieza al escuchar ese escándalo corrió a auxiliarla y a sofocar el fuego que empezaba a consumir gran parte de su cuerpo, Doña Liliana que en ese momento estaba entrando a la hacienda corrió también a auxiliar a su prima hasta que por fin lograron extinguir todo ese fuego.

Días después Doña Liliana iba entrando con una silla de ruedas para su prima que había quedado sin movimiento de la cintura para abajo con quemaduras en casi todo su cuerpo, y al empezar a subir las escaleras vio sin prestar atención en aquella mesa a la muñeca, llegando a la habitación de su prima se dio cuenta de que ya estaba despertando, Ivonne estaba devastada, no tenía ánimos de seguir viviendo, Doña Liliana no podía creer lo que estaba viviendo nuevamente, hace algunos años la pérdida de sus amigos en aquella laguna, y ahora este extraño accidente donde quedó lisiada su querida prima; Ivonne intentó incorporarse sobre su cama a lo que su prima le ayudó, ella le decía que ya no tenía ánimos para seguir viviendo, Doña Liliana trataba de darle ánimos diciéndole que ya había contactado a los mejores cirujanos para llevar su caso, cuando de debajo de la almohada Ivonne sacó un revólver, y sin mediar más lo colocó en su boca, jaló del gatillo quitándose la vida, Doña Liliana se quedó paralizada frente al cuerpo ya sin vida de su querida prima Ivonne, estaba toda salpicada de sangre nuevamente como hace algunos años atrás, mientras iba llegando todo el personal de limpieza de aquella hacienda no daban crédito a lo que estaba sucediendo, Doña Liliana salió de aquella habitación con la mirada perdida y como reflejo decidió abrazar a aquella muñeca sin saber lo que le esperaba, entre su llanto se escuchó una voz infantil que le decía que ella era la próxima a lo que le siguió un grito de ella, no podía creer lo que acababa de ver, la muñeca no sólo estaba hablando, la estaba amenazando.

Días después despertó Doña Liliana en una habitación con una sola cama con rejas en las ventanas, para su mala fortuna y debido a todos los acontecimientos que había vivido de unos años a la actualidad terminó encerrada en el hospital psiquiátrico de La Castañeda.

Fin