Equilibrio
Mtra. Irasel Negrete Ronzón
Cuando todo tiene su lugar en nuestra mente,
podemos mantenernos en equilibrio con el resto del mundo.
Henri Frederic Amiel
Iniciamos el 2023, y como es tradición para muchas personas, pensar en nuevos propósitos es ingrediente de los rituales del nuevo año que recibimos y es que si bien el tiempo nunca para, considerar que un nuevo ciclo inicia es una gran oportunidad para dar la bienvenida a los cambios. En la columna de este mes me enfoco en el equilibrio debido a que en ocasiones pareciera que vivimos en una bola de nieve que nos lleva rápidamente a través de los días rodeados de estrés y pendientes interminables que no nos ayudan a pensar con claridad y reconocer la importancia de una vida con balance para una existencia sana, pacífica, armónica y feliz.
Ahora bien, si nos preguntamos qué es lo que debe estar bien para poder existir de una manera equilibridada debemos saber que debe partir del balance entre la mente, el cuerpo y el espíritu y para lograrlo hay que ponderar si estamos si jerarquizando correctamente nuestras actividades, si estamos realizando aquello que nos acerca a nuestros propósitos personales, si estamos gestionando el tiempo de manera adecuada y si nos sentimos a gusto con lo que hacemos y la manera en que resulta, este análisis es recomensable llevarlo a cabo de manera periódica para notar aquellos aspectos que son necesarios modificar porque no suman a nuestra tranquilidad y/o consolidación del proyecto de vida.
Como docentes, experimentar la vida a través de la energía, del amor, del entendimiento, el respeto, desde el agradecimiento y de las virtudes lo considero primordial ya que al estar bien, esto se refleja y podemos ser aún mejores modelos para los estudiantes, podremos pensar con mayor claridad y podremos apoyar a nuestros alumnos a su vez a saber cómo encontrar el balance y equilibrio entre sus necesidades y sus actividades.
Cuando llevamos una vida desequilibrada (entendida como aquella en donde no hay límites claros en lo que hacemos y no hay prioridades en nuestras labores) no sólo nos sentimos estresados sino que podemos sentirnos deprimidos, insatisfechos, con fatiga crónica, irritables y con insomnio,por lo que al detectar algunas de estas señales es aconsejable hacer una autoevaluación de qué área de nuestra vida no está funcionando idóneamente y por qué motivo.
“Vivir en equilibrio” no es algo fácil ya que como seres humanos es común que nos vayamos a los extremos por esa falta de visualización de lo importante al vivir en la vertiginosidad o porque no estemos aplicando hábilmente los límites que deben definir los alcances de lo que conlleva cada parte de nuestra vida, la buena noticia es que nosotros tenemos el control para realizar los ajustes necesarios.
Tengamos presente que antes de ser docentes somos personas y que vivir en un estado de equilibrio nos ayudará a conservarnos saludables y felices y eso se transmitirá inmediatamente a quienes nos rodeen y notaremos un mejor rendimiento en nuestro trabajo y mejores relaciones interpersonales.