El deporte de los golpes de Estado

Por: Wenceslao Vargas Márquez

Cierto autor (¿Fuentes Mares?) afirmó que el xalapeño Antonio López de Santa Anna, masón del rito escocés, fue el militar y político que inauguró en México el deporte nacional de los golpes de Estado. ¿Es cierto?, ¿qué es un golpe de Estado?

Wikipedia dice que la expresión golpe de Estado es un calco semántico del francés coup d’État. Es también, según la misma fuente, “la toma del poder político de un modo repentino por parte de un grupo de poder, vulnerando las normas legales de sucesión en el poder vigente con anterioridad. Se distingue de los conceptos de revuelta, motín, rebelión, putsch, revolución o guerra civil. Usualmente estos términos se utilizan con poca propiedad o con intenciones propagandísticas, y en el transcurso de los hechos y procesos históricos se suelen combinar entre sí”. Un golpe de Estado fallido corresponde a un putsch.

(En noviembre de 1923 Hitler cometió un putsch  en Munich, estuvo preso todo el año 1924 y salió de prisión para convertirse en el amo de Alemania. A fines de 1924 Plutarco Elías Calles, presidente electo, visitaba Alemania en los días previos a su toma de posesión el primero de diciembre. Doce años después, en abril de 1936, en el momento de ser expulsado de México por Cárdenas, su aprehensor, el general Rafael Navarro Cortina, atestiguó que Calles tenía en su poder un ejemplar del libro básico del nacionalsocialismo, Mi lucha, mismo que leía con atención. ¿Cuánto de las nociones conceptuales del corporativismo nacionalsocialista adoptó el PRI? Sigamos.)

Subordinado a la entrada ‘golpe’, la Real Academia de la Lengua dice que golpe de Estado es “la actuación violenta y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes”. Por separado, la misma RAE define al golpe de Estado como una “destitución repentina y sustitución, por la fuerza u otros medios inconstitucionales, de quien ostenta el poder público”. En una segunda acepción dice que es “el desmantelamiento de las instituciones constitucionales sin seguir el procedimiento establecido”.

¿Santa Anna inauguró el deporte nacional de los golpes de Estado en México? Creo que no. Ya desde la época de los hijos de Hernán Cortés, en 1565, hubo intentos de alteración del orden vigente por la vía violenta: lograr la independencia a mediados del siglo XVI. ¿Cuál es la diferencia entre un movimiento de independencia y un golpe de Estado? Ateniéndonos a la definición académica de la RAE planteamos una pregunta insidiosa: ¿por qué el movimiento insurgente de Miguel Hidalgo no es un intento de golpe de Estado, un putsch? ¿Qué es lo que legitima a Hidalgo?, ¿la historia?

También en el virreinato hubo otro movimiento más próximo a la definición de golpe de Estado. Fue la aprehensión del virrey Iturrigaray en septiembre de 1808 y su sustitución en el cargo. Quizá este sea el primer caso conceptualmente exacto de un golpe de Estado en México. Así, el creador de los golpes de Estado en México no sería Santa Anna sino Pedro Garibay, el violento sustituto de Iturrigaray. Santa Anna, ciertamente perfeccionó el método inaugurando sus golpes ante el emperador Iturbide en 1822 y lo mantuvo como su deporte nacional hasta 1855.

Al ejemplificar la RAE la definición de golpe de Estado añade que puede ser su autor “el propio presidente del Ejecutivo” cuando suspende él mismo la norma constitucional. El tema de la suspensión de la norma la hemos seguido aquí de la mano del jurista alemán Carl Schmitt y sus tratados sobre la dictadura y la distinción amigo-enemigo con que define la cualidad de lo político. Precisamente una suspensión de la norma constitucional por “el propio presidente del Ejecutivo” es lo que caracteriza al que quizá es el más famoso golpe de Estado del siglo XIX mexicano, el golpe de Ignacio Comonfort, masón en logias de Nueva Orléans, cuando siendo presidente suspendió la Constitución de 1857. Ese golpe desencadenó la guerra de Reforma e hizo nacer al Benito Juárez que conocemos. En 1913 otro golpe de Estado sacó del poder a Madero (masón y espiritista), e hizo llegar al poder a Victoriano Huerta (masón escocés), vía un interinato de 45 minutos del presidente Lascuráin. La definición de la RAE nada dice de que se cumplan o no formalidades jurídicas. Digo esto porque en el golpe atribuido a Huerta se cumplieron todas las formalidades: renunció Madero, asumió y renunció Lascuráin, y asumió Huerta, todo bajo la aprobación del Congreso.

Otro caso de supuesto o real golpe de Estado es el caso de Bolivia enderezado contra Evo Morales. He revisado los múltiples análisis y comentarios. Ninguno de los comentaristas, ni los que aceptan que fue un golpe ni los que lo niegan, ha comentado que para “sugerir” la salida de Morales, el jefe militar con el  curioso nombre de Kaliman fundó y motivó (como se dice en derecho) su intervención verbal en el artículo 20 de la ley orgánica de las Fuerzas Armadas de Bolivia. Su intervención se basó en el inciso b) del citado artículo 20 que dice: “las atribuciones y responsabilidades fundamentales del Alto Mando Militar son:  (…) b; Analizar las situaciones conflictivas internas y externas, para sugerir ante quien corresponda las soluciones apropiadas”. Al intervenir verbalmente, Kaliman respetó el derecho positivo vigente en Bolivia pues se limitó a hacer una “sugerencia” ante “una situación conflictiva interna” y no asumió el poder sino que permitió (o indujo, o permitió inducir) la continuidad de la línea de mando que se agota en la primera vicepresidenta del senado boliviano. Hugo Chávez en Venezuela sufrió un golpe de unas horas en el año 2002, y se repuso.

El golpe de Estado como tal, como suspensión violenta de la norma constitucional, no fue estudiado por Maquiavelo en El Príncipe, ni por Hobbes en el Leviathan. Rouseeau en su Contrato Social estudia a la dictadura casi al final, en el capítulo seis del libro cuarto, pero no al golpe de Estado. Carl Schmitt en su libro La dictadura estudia diversas modalidades de suspensión de la norma (ley marcial, dictadura, estado de sitio) pero no al golpe de Estado. Debemos esperar hasta el clásico del tema, La técnica del golpe de Estado (bit.ly/2Oh5rK6), del italiano Curzio Malaparte, quien analiza ocho casos. El séptimo y octavo son los de Mussolini y Hitler. El libro es de 1931. Mussolini subió al poder en 1922 y Hitler en 1933.

Es curioso que los dos grandes déspotas del siglo XX occidental llegaron al poder por vías constitucionales, ambos por la confianza que depositaron en ellos sus jefes de Estado. Malaparte anota a Mussolini como ejemplo del táctico del golpe de Estado por cómo presionó al rey para ser nombrado jefe de gobierno al sitiar a Roma con 50 mil camisas negras. A fines de 1810 Hidalgo sitió a la Ciudad de México con 100 mil mexicanos pero no se atrevió a dar el golpe final, y una guerra que pudo durar dos meses duró once años. Malaparte dijo en su libro de 1931 que Hitler conquistaría Alemania con un golpe de Estado muy peculiar: como una caricatura femenina de Mussolini. Hasta aquí un breve vistazo a quienes en el mundo occidental han considerado al golpe de Estado como deporte.