Carisma

 

Por: Irasel Negrete Ronzón

“El carisma solo conoce la determinación interna y la moderación interna. El líder carismático
gana y mantiene autoridad únicamente al demostrar su fuerza en la vida”. Max Weber.

Hay personas que ganan nuestra atención, que nos parecen fascinantes e
interesantes, son sujetos a los que nos gusta tener cerca y cuando reflexionamos la razón de
esta conexión podemos deducir que dichos individuos son carismáticos, pero ¿qué es el
carisma? es la cualidad de atraer, seducir e influir en los sujetos que nos rodean, dicha
virtud considero que resulta necesaria para quienes estamos a cargo del manejo de grupos
ya que si somos carismáticos podremos realizar un vínculo firme con las personas a nuestro
cargo logrando eficiencia, eficacia, armonía y productividad.
A lo largo de la historia hemos sido cautivados por distintos personajes gracias a su
carisma, algunos ejemplos son Gandhi, Meryl Streep, Madre Teresa de Calcuta, Sor Juana
Inés de la Cruz, Oprah Winfrey, Diana de Gales, Juan Pablo II, John F. Kennedy entre
otros, los cuales crean vínculos con los demás, atraen la atención, despiertan la curiosidad
de conocerlos y trascienden, todos ellos pertenecen a ámbitos, generaciones y épocas
diferentes así que, ¿qué es lo que tienen en común? para mí, los rasgos que comparten son:
la seguridad personal, una postura corporal correcta, la elocuencia y convicción con la que
hablan, la energía positiva y el entusiasmo que denotan, que conocen de lo que hablan, son
cultos, sonrientes, accesibles e inspiran confianza.

¿Cuáles son los beneficios de ser una persona carismática? Al inicio del artículo
mencioné una que es el manejo de grupos puesto que el carisma es un rasgo distintivo de
los grandes líderes, en el ámbito personal tendremos mayor autocontrol, auto conocimiento
y construiremos mayores relaciones interpersonales, podremos sentirnos felices en mayor
medida y sabremos ser optimistas sin perder de vista la realidad, por otro lado, en el ámbito
social, algunos beneficios serán motivar a quienes nos rodean, ganarse el respeto y

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aceptación de los demás, dirigir con mayor facilidad y elevar el rendimiento de las
personas.

Si bien es cierto que el carisma es una cualidad innata, también se puede trabajar de
manera consciente, para esto debemos de tomar en cuenta nuestro lenguaje no verbal
debido a que este revela en gran medida nuestra personalidad, inteligencia emocional,
educación, cultura, actitud, seguridad, confianza, estado de ánimo, ideología, entre otros
aspectos, por lo que si estás buscando desarrollar tu carisma para lograr mejores relaciones
interpersonales, la sugerencia es que comiences a autoanalizarte para definir lo que
requieres mejorar e incluir en tus hábitos aquellas actitudes que son ingredientes del
carisma como lo son: sacar lo positivo de cada situación, tener una mente abierta y flexible,
ver a los ojos a las personas, tener una postura corporal recta, demostrar afecto, interés y
amabilidad, sonreír, estar convencidos de los propósitos personales e ideas, ser elocuentes
y claros al expresarse, mostrar gran fuerza de voluntad, ser persuasivo y empático, saber
escuchar, adaptarse, evitar el egoísmo, dejar la queja y la crítica a un lado y por supuesto,
aprender a identificar tus emociones y sus orígenes. Sumado a lo anterior, reconocer tus
fortalezas, virtudes y características personales serán un excelente punto de partida para
comenzar a trabajar en tu carisma porque reflejarás lo orgulloso que te sientes de ti mismo,
todo esto lo puedes trabajar de manera individual buscando bibliografía o recursos que te
orienten, sin embargo, el contar con apoyo profesional que te brinde herramientas
cognitivo – conductuales y de gestión emocional será invaluable.