Calaverita, por un aprendiz escrita

Mario Evaristo González Méndez

 

Pronto será Día de muertos:

cempasúchil llevan los vientos,

aromas de mil recuerdos,

motivo para mis versos.

 

La cosa no está pa´ bailar,

hay muertes qué lamentar;

el crimen no ha dado lugar

para un respiro de paz.

 

La cosa aquí está canija,

mi gente no está tranquila;

a mano armada camina

la condenada catrina.

 

No hallan cómo ponerla en orden,

aquí encontró su polen,

sus andanzas no hay quien controle,

hace mucho su ley impone.

 

De la mano de Fidel 

llegó la catrina cruel;

le puso mesa y mantel

para compartir el pastel.

 

Con Duarte la cosa empeoró,

con Karime devoró,

ni un centavo perdonó:

¡abundancia pregonó!

 

De Yunes ni qué decir,

si es maestro en el mentir.

Al estado vino a hundir,

aunque trate de fingir.

 

Llegó bien puesto MORENA,

que iba a saldar el problema,

pero no cuidó su colmena

y ahí tiene su condena.

 

Esto es cuento de no acabar,

pero a todos se los va a cargar,

en la tumba irán a parar,

allí no podrán sobornar.

 

Mientras unos y otros hacen trueque,

la catrina se divierte;

de una mano delincuente

toma hálito viviente.

 

Ladina muerte detente,

déjanos celebrar,

recibir a los parientes

que te quisiste llevar.

 

No te confundas calaca,

que el festejo no es contigo.

Anda de aquí canalla,

no deseo ser tu amigo.

 

Queridos fieles difuntos,

disculpen estos disgustos,

harto estoy de los corruptos,

que cínicos piden indultos.

 

A pesar de las inclemencias

y dolernos las ausencias,

la fiesta no pierde esencia:

tradición, costumbre, creencia.

 

Entre danzas y canciones,

mil sabores y colores,

aroma de bellas flores,

ofrenda que lleva amores.

 

Chocolate, mole y tamal,

pa´ todos han de alcanzar; 

si no compartes es banal

aunque sea rico manjar.

 

Santos y pecadores,

ricos, mendigos y pobres,

la muerte trae nuestros nombres,

no importa cuánto le implores.

 

Querido lector, lectora:

la muerte no tiene hora;

cuida la tierra que moras,

vida ajena no jodas.

 

A Revista Sin Recreo 

la muerte mandó su opinión:

“Sus programas son mi adicción,

no me pierdo su transmisión.

Espero entiendan mi posición,

cuando deban ir al panteón”.