¿Aceptó ser Aval?
Columna “DEBO NO NIEGO; PAGO LO JUSTO”
Por Teresa Carbajal*
Es decir, si desconociendo las consecuencias de suscribir un título de crédito (o desafiando a la suerte) por un préstamo que no recibió directamente, aceptó garantizar con sus propios recursos y bienes materiales –incluso con su vivienda- que el deudor principal pagará en su totalidad el crédito a la fecha de vencimiento del plazo, ¿cómo ser un buen aval? y salir “bien librado” del compromiso.
Escribo el presente por motivo de las muchas dudas e inquietudes que me han hecho llegar acerca de cómo afrontar una calidad de aval, sin perjudicar el patrimonio de quienes -por no saber decir que no-, aceptaron ser Avales de su mejor amigo, hermano, o amado.
Lo malo del asunto no es haber aceptado ‘avalar’, sino haberlo hecho desconociendo el tipo de crédito que solicitó y las condiciones del mismo: como la cuantía, las fechas de pago, el monto de los intereses ordinarios, moratorios, impuestos, el plazo o vencimiento del contrato, la jurisdicción en donde se demandaría en caso de incumplimiento, los gastos de cobranza y de juicio, tomando en cuenta que la deuda podría llegar a ser suya en su totalidad como lo disponen los artículos 109 y 112 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito así que si no cuenta con tales documentos ¡solicítelos ya!.
Pues debe contar con esa información para el caso que su avalado presente algún imponderable que le impida pagar, dado que en términos del artículo 114 de la legislación antes mencionada, “el avalista queda obligado solidariamente con aquél cuya firma ha garantizado…”
Así que pida copia completa y legible del contrato así como de todos y cada uno de los documentos en donde estampó su firma, y no se limite, ni conforme, con apuntar en su libreta lo que crea entender si fuera el caso que en lugar de copias le den una explicación verbal.
Involúcrese con el pago del préstamo, pregunte a su avalado si está al corriente y pida que le muestre los comprobantes de pago periódicos y el estado de cuenta, también pida que le informe cuando se concluya el crédito. Y si el crédito ya fue liquidado, pida que le devuelvan el pagaré que firmó o entrega de carta finiquito y/o estado de cuenta en ceros por parte de la Institución que los acreditó.
Si todavía no acepta ser aval, sepa entonces que para serlo aparte de observar lo anterior, debe tener solvencia económica, ahorros suficientes, ingresos estables y “cero” deudas, y de preferencia no ser copropietario del bien con el que piensan responder… porque al serlo comprometerá un bien que no le corresponde en su totalidad.
¡Pregunte, es mejor tener dudas, que deudas!
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*Columna.