Reconociéndonos
Por Irasel Negrete Ronzón*
“El secreto del éxito no radica en fortalecer nuestras debilidades,
sino en potenciar nuestras fortalezas”. –
David Fischman
Ahora que he empezado a escribir esta columna, algunos colegas se me han acercado y me han comentado que ellos no creen ser creativos e innovadores o que hay ideas que comparto que consideran les costaría trabajo implementar, todo este tipo de comentarios me llevaron a redactar este artículo ya que me parece que el punto clave de una práctica docente de excelencia se construye a partir de que nosotros como docentes reconocemos nuestras áreas de oportunidad y fortalezas así como cuando tenemos clara nuestra identidad.
Partiendo de la premisa de que todos somos creativos y que la confianza en uno mismo es el secreto del éxito es que vamos a iniciar esta reflexión la cual espero que al finalizar nos apoye para lograr los objetivos que nos hemos planteado para el presente ciclo escolar.
Si bien como docentes, debido a nuestra preparación deberíamos de tener ciertas cualidades como son: conocimientos acerca del uso de las TIC, capacidad de actualización, actitud favorable para trabajar en equipo, alta capacidad de adaptación, notoria aplicación de valores como la responsabilidad, tolerancia, solidaridad, respeto, etc, habilidad para planear, facilidad de evaluación, dominio de los contenidos de las asignaturas que impartimos, conocimiento de las características del grupo, disposición a la creación de estrategias y proyecto innovadores, entre otros, en ocasiones pasan desapercibidas o no las ponemos en práctica para sacarles provecho por diversos factores como desinterés, inseguridad, falta de tiempo, escasa motivación, rutina, comodidad, por mencionar algunos.
En el marketing, antes de lanzar cualquier proyecto se analizan las bondades del mismo y las fortalezas de quienes lo elaboran además de conocer los rasgos del público al que va dirigido, de esta forma, es muy posible tener éxito y esto mismo debe suceder en el aula, antes de trabajar con algún grupo, parte de nuestras actividades es observarlos y hacer un estudio del contexto del mismo, aplicar evaluaciones para detectar los estilos de aprendizaje e inteligencias de los alumnos, además de analizar los resultados del examen diagnóstico y es a partir de esto que comenzamos nuestra planeación, pues bien, con estas actividades tenemos el primer paso dado, pero… ¿ qué sucede con nosotros? ¿hacemos una autoevaluación de nuestro desempeño? ¿reconocemos nuestras áreas de oportunidad y fortalezas? Es ahí donde debemos de hacer una pausa y ver cómo vamos a combinar estos resultados con nuestra personalidad docente para cumplir con nuestros objetivos y los propósitos de los planes y programas de estudio de manera eficiente.
El autoconocimiento en este caso, debe ser una filosofía que nos acompañe en nuestra práctica laboral ya que a la par de conocernos nos permite sentirnos bien por la manera en que nos desenvolvemos en el aula ya que si nos conocemos, tendremos la capacidad de mejorar, cambiar, sustituir, resolver y crear aquello que nos convenga.
Estoy consciente de que llegar a conocernos es un trabajo difícil y complejo, sin embargo, si nunca nos damos tiempo de observarnos y evaluarnos no podremos construir un concepto claro de nosotros mismos y por lo tanto sólo de manera consciente o inconsciente estaremos reproduciendo modelos ajenos que no corresponden a nuestra realidad así como copiando actitudes en las que no creemos y por lo tanto no tendrán un resultado favorable ya sea porque nos les damos continuidad o no tienen cabida en las características de nuestro grupo.
Para concluir quiero afirmar que yo considero que todos somos creativos , empero también creo que un cambio parte de un deseo de mejorar, de un conocimiento honesto de nosotros en donde reconocemos lo que estamos haciendo bien o mal para tomar las decisiones oportunas, una sugerencia para llevar un recuento de lo que nos funciona, nos gusta o nos hace felices en el aula es registrar lo más relevante en nuestro diario pedagógico o llevar una bitácora grupal que al final del ciclo refleje la esencia de nuestra labor y nos ayude a ofrecer un servicio de mayor calidad.
La construcción de una identidad docente auténtica basada en el autoconocimiento es siempre una pieza clave del éxito.
*Colaboración.