¿Qué tan importante es la reflexión?
Por Irasel Negrete Ronzón
“ La vida no se trata de encontrarte a ti mismo,
sino de crearte a ti mismo” George Carlín
Si bien es cierto que vivimos en un mundo dinámico que nos hace vivir vertiginosamente en ocasiones sin dar la importancia necesaria a cada actividad que hacemos, considero que en el aula, sí deberíamos darnos el tiempo necesario para promover en nuestros estudiantes (además de la curiosidad y el aprendizaje de los contenidos marcados en los planes de estudio), la capacidad de reflexionar, dicha capacidad es un punto clave para conseguir el éxito de los objetivos, tanto en los alumnos como en nuestros pero, ¿qué es la reflexión?, de acuerdo con la Real Academia Españolareflexionar consiste en analizar algo con detenimiento mientras que visto desde la óptica de la filosofía reflexionar es una actividad compleja que se lleva a cabo para tener consideración de algo, meditando y pensando al respecto.
Así que, después de conocer estas definiciones podemos entender que la reflexión requiere ser inherente a la práctica educativa puesto que un docente que profundiza, es un profesional que actúa con precisión, con conciencia de sus actos, controlando sus emociones y sobre todo meditando las ventajas y desventajas de las decisiones que toma además de que analiza las alternativas de acción que tiene en caso de querer tomar una ruta distinta; aunado a esto y dadas las características mencionadas, cabe recalcar que un maestro reflexivo conoce y comprende el contexto donde se desenvuelve además de que posee habilidades como la escucha activa, la empatía, la solidaridad, la creatividad, el respeto, la resolución de problemas, entre otras, y posee cualidades como serenidad, paciencia, seguridad, optimismo, autonomía, franqueza, libertad, etc., ¿y esto por qué? porque se conocen a sí mismos (entienden sus áreas de oportunidad y fortalezas) y trabajan a su favor y en pro de los alumnos que tienen a su cargo.
Para poder reforzar la reflexión en nuestra práctica docente algunos autores recomiendan entre otros puntos, darnos tiempo para intercambiar experiencias con nuestros colegas a fin de comentar nuestras vivencias y construir aprendizajes colectivos, llevar un récord con anotaciones de aquellas situaciones relevantes que nos puedan servir como parámetro de actuación para eventos futuros; además de ello proponen que en nuestra mentalidad siempre se tenga la apertura al cambio, a la adaptación y al diálogo.
La reflexión en nuestra labor es básica, un docente que reflexiona es un docente que tiene la capacidad de mejorar el servicio que presta así como de conseguir exitosamente los objetivos diseñados por su programa de estudios debido a que continuamente pone en duda lo que sabe, lo que hace y lo que cree para poder mejorarlo, es decir, se adecúa al cambio y reemplaza lo que no está funcionando sin perder de vista a dónde quiere llegar.
Por otro lado, ¿qué sucede con nuestros estudiantes? ¿ Les estamos permitiendo reflexionar durante nuestras clases? ¿ los sabemos orientar para ser ciudadanos reflexivos? Esas son preguntas claves que debemos plantearnos para evaluar nuestra labor, sin embargo, para poder motivar la reflexión en los educandos, lo primero es crear ambientes propicios para ello reconociendo la importancia de las opiniones, cuestionamientos y propuestas de los mismos como el conato de la reflexión que podrán realizar de manera independiente para continuar aprendiendo a lo largo de su vida.
Algunas de las estrategias que pueden apoyar el desarrollo de la reflexión son: debates, estudio de casos, bitácora COL, mesas redondas, plenarias, es decir, todas aquellas que fomenten el diálogo reflexivo y promuevan conciencia de este; y si creemos que nuestro grupo no está listo para intercambiar ideas, nuevamente el arte y las actividades que de él obtengamos seguramente nos ayudarán a dar seguridad a nuestros escolares para expresarse.
Para cerrar, la enseñanza que necesitamos ofrecer en la actualidad requiere de un enfoque transformacional en donde el docente constantemente promueva el diálogo y sea un ejemplo de innovación, por lo que las aulas deberán ser un espacio de experimentación que permitan a los alumnos expresarse, ya que una educación completa es la que promueve además, la capacidad reflexiva del alumno.