¿Qué podemos hacer en familia?
Por: Mtra. Irasel Negrete Ronzón
“La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.”-Juan Pablo II
Recuerdo cuando era niña que me causaba mucho asombro que yo preguntara a mis papás el significado de palabras que yo desconocía y ellos siempre supieran los significados, o que cada vez que tenía alguna duda respecto a la resolución de problemas de matemáticas, ellos me podían apoyar fácilmente, para mí, como niña pequeña mis papás me parecían unos súper héroes que siempre sabían todas las respuestas, además de ello como a ambos les gusta leer, a mi hermano y a mi nos compraban cuentos infantiles o historietas que nos atrapaban y releíamos cantidad de veces hasta esperar a la siguiente compra que hicieran nuestros papás; pensar en todo esto me motivó a redactar este artículo que tiene mucha relación con lo que Redding comenta en su libro.
Yo creo que todos podemos coincidir en que el primer lugar donde se aprende es en casa y no sólo eso, sino que es en el núcleo familiar donde nos apropiamos de un sinfín de herramientas, valores, ideas y hábitos que se refuerzan en la escuela y en la comunidad y como en la época actual nuestras vidas (aun con la pandemia) son vertiginosas y los adultos en ocasiones nos comportamos como seres “multi-task”, podemos estar descuidando algunos aspectos de nuestra convivencia que podrían apoyar a niños y niñas así como a adolescentes a tener una mejor formación entendida esta como una educación en donde los adultos sean modelos de aprendizaje y las prácticas familiares favorezcan no sólo el aprendizaje sino motiven el gusto por aprender.
Ahora bien, para iniciar, es importante que los tutores sean conscientes del papel que desempeñan en la formación de las nuevas generaciones y aunque pueda parecer anticuado, reflexionar acerca del contenido de pláticas que tienen, el vocabulario utilizado y el contenido mediático que consumen frente a ellos debería de recobrar importancia ya que los estudiantes reflejan lo que ven en casa, por lo que ofrecerles una educación en casa positiva, sana, orientada al respeto, la dignidad, la resiliencia, el cuidado del medio ambiente, el interés por la historia, el gusto por la actividad física, la cordialidad, el autoconocimiento y el autocuidado, entre otros temas, estoy segura que les abrirá las puertas en cualquier lugar que vayan.
Sam Redding investigador y Director del Instituto de Desarrollo Académico y editor del School Community Journal nos propone para potenciar el aprendizaje establecer rutinas en casa como son determinar un tiempo para el estudio dándole prioridad al trabajo escolar y a la lectura en lugar de actividades de ocio o pasar horas en las redes, dichas rutinas deben dar espacio también a la comida (verificando que sea nutritiva) así como a las horas de sueño sin dejar de lado actividades recreativas o de disfrute pues se busca un equilibrio en la vida; aparte de tener estos horarios es importante que se cuente con un espacio para la realización de las actividades escolares y es que el contar con un área que favorezca la concentración incidirá positivamente en el aprendizaje, otro de los consejos que nos brinda muy atinadamente es que desde la familia se impulse a la práctica de deportes, actividades físicas, juegos o pasatiempos que tengan un valor educativo pues no sólo estaremos eliminando el sedentarismo sino también a través de las mismas podemos estar inculcando en ellos valores indispensables para convivir, superarse, ser perseverantes, y emprendedores. Algo que considero como esencial para que los niños y adolescentes se sientan motivados a aprender es que sus padres o tutores tengan altas expectativas de su desempeño así como que estén al pendiente de su desempeño escolar , de su crecimiento y superación personal.
Por otro lado, en la escuela podemos implementar estrategias para promover la comunicación con las familias, probablemente ahora con el confinamiento esto se nos complica un poco pero unos ejemplos son hacer reuniones para informar sobre los avances de los hijos, proponer una dirección electrónica que sirva como buzón de sugerencias, hacer tarjetas digitales de felicitación, implicarlos en las tareas que se les encarguen a los estudiantes y ya cuando estemos en clases presenciales podemos enriquecer todo esto con el periódico escolar, encuentros de puertas abiertas padres-profesores y aquella estrategia que teníamos en Telesecundaria que era la “Demostración de lo aprendido” en donde con los alumnos y alumnas hacíamos exposiciones, galerías, ferias de conocimiento por mencionar algunos ejemplos en donde nuestros invitados de honor eran las familias.
Después de todo lo anterior podemos tener varias ideas para aplicar en casa y motivar el aprendizaje, así que ¡manos a la obra!
*Artículo realizado con base en el libro “Familias y escuelas” de Sam Redding