Perdona
POR Carlos A. Castro Batista
No hace mucho leí la diferencia entre “perdonar” y “excusar”. Cuando buscamos que alguien nos “excuse”, en realidad tratamos de que comprenda que nuestra acción no tuvo malicia, o que no actuamos tan mal como parece.
Es un momento en el que brindamos nuestros argumentos para que se nos entienda y para que la sensación de injusticia (enojo) disminuya. Hay momentos en los que debemos excusarnos. Está bien aclarar nuestras intenciones o contar la historia para hacer ver el panorama completo de las cosas. ¿Tienes que excusarte con alguien? ¿Hay alguien a quien le debas una aclaración? ¿La necesitas tú? Por otro lado, tenemos el perdón. Pedimos perdón cuando reconocemos nuestra falta.
Quizá hay excusas o algunos argumentos, pero pedir perdón tiene que ver más con reconocer que actuamos mal, que, sea como sea, lastimamos a alguien. A veces, pedir perdón, implica decir que, en el momento de nuestra falta, sí quisimos lastimar. Porque estábamos pensando mal, porque sentíamos muchas cosas. Por la razón que sea: en ese momento nos comportamos de una manera que ofendió.
Para perdonar, hay que tener esto en cuenta, porque podrías pasarte la vida buscando los argumentos correctos para perdonar a alguien, y nunca los encontrarás. O no te atreverás a pedir perdón hasta identificar algo que te haga sentirte menos culpable. ¿A quién debes perdonar? ¿Cuál es el argumento que crees necesitar para liberar a alguien de tu resentimiento?
¿Aún no te perdonas a ti mismo? ¿Y si sólo aceptas cómo fueron las cosas, y en lugar de buscar pruebas, buscas el perdón y una solución?
Carlos A. Castro Batista
Psicoterapeuta Cognitivo Conductual Máster en Psicoterapia
Lic. Psicología Consulta en línea 2281949951