Pensemos diferente

Mtra. Irasel  Negrete  Ronzón*

Hay  una  mejor  forma  de  hacer  eso: ¡Encuéntrala! .- Tomás Alva Edison

Ya  en  el  pasado  siglo XX, Joy Paul Guilford, psicólogo conocido por sus estudios sobre inteligencia, personalidad y aptitudes cognitivas, con su modelo de Estructura de la Inteligencia hablaba  de un  pensamiento  asociado  a  la  creatividad  al que acuñó  como  divergente, además  de Guilford, Edward de Bono  hablaba  del “pensamiento lateral”,  el  cual,  según  el, se centra en producir propuestas, establecer objetivos, evaluar prioridades y generar alternativas; De Bono afirmaba que se puede aprender a aplicar el pensamiento creativo lo mismo que se aprende cualquier habilidad.

Actualmente,  el  Nuevo  Modelo  Educativo  nos  invita  a  promover  en  el  aula  un  pensamiento  divergente  que  ayude  a los  estudiantes  a  desenvolverse  de manera  eficaz  en  su  vida  diaria,  sin  embargo, en muchas  ocasiones,  dentro  del  aula  no  llevamos  a  cabo actividades  con  este  enfoque,  puede  ser  por  desconocimiento  del  tema  o  porque  al  no  haber  sido  formados  con  esa  perspectiva  sea  algo  inusual  para  nosotros  como  docentes.

Saturnino de la Torre   mencionaba  que  “La creatividad es un bien social, una decisión y un reto de futuro. Por ello, formar en creatividad es apostar por un futuro de progreso, de justicia, de tolerancia, de convivencia”  y  es  hacia  allá  donde  debemos  orientar  nuestros  esfuerzos,  por  lo  que  educar  para  la  creatividad  y  el  pensamiento divergente es  un  gran  reto  en la  actualidad,así  que, durante  este  artículo  vamos  a  indagar  un  poco  en  el  tema  con la  finalidad  de  dar  ideas  que  se  puedan  aplicar  en  el  aula.

Para  comenzar,  debemos  comprender  que el pensamiento divergente es aquel proceso de pensamiento que el cerebro utiliza para generar ideas creativas al explorar todas las posibles soluciones de cómo enfrentar cada circunstancia  que ocurre en las personas de manera espontánea y rápida creando nexos inesperados entre ideas,  por  lo  tanto, el  pensamiento divergente debe ir asociado a la flexibilidad mental, para  ello,  durante  nuestras  sesiones  con  los  alumnos  debemos  de  motivarlos  a  salir  de  la  rutina  y  el  direccionismo  para  lograrlo, algunas  actividades  que  propongo  son  iniciar  las  clases  con  una  lluvia  de  ideas  en  donde  los  educandos  puedan  interpretar una pregunta de varias maneras, así  mismo, presentarles  problemas  que  tengan  varias  soluciones,y es que  a través  del  pensamiento  divergente  podremos  llegar a tener valiosas ideas originales, la  sugerencia  es  que  no  debemos  de  limitar la  imaginación  de los  alumnos  porque  sucede  que  muchas  veces,  queremos  que  cuando  hacemos  una  pregunta  respondan  con  lo  que  nosotros  tenemos  en la  mente  en  lugar  de  proveerlos de libertad  para  reflexionar.

Es  importante  que  comprendamos  que  existen  ciertas  prácticas  educativas  que  no  corresponden  al  pensamiento  divergente,  por  lo que hay  que  dar  paso  a  otra  forma  de  “educar”  como: dar mayor  peso  a   la memoria  significativa que  a  la  de  corto  plazo,  promover  la  imaginación  y  la  reflexión  haciendo comparaciones o proponerles  encontrar múltiples usos alternativos a objetos o situaciones, aparte,  en las  diversas  asignaturas  podemos emplear mapas conceptuales, redes  semáticas  y  otros  organizadores  gráficos  para  comprender  los  temas,también podemos  dar  espacio  al  menos  una  vez  a la  semana para un  ejercicio  de  libre escritura (redactar  de manera  espontánea  de  un  tema  sorteado  o  seleccionado  por el  grupo en un  determinado  tiempo );  una  actividad  que en  lo  personal  me  fascina  es  la  puesta  en  práctica  de  proyectos ya  que  a  través  de  ellos   es  más  fácil  y  visible  integrar  y  relacionar distintas disciplinas, priorizar el aprendizaje de competencias y vincularlo a situaciones reales, además  de  todas  estas  propuestas  y  de  otras  que  cada  quien  pueda  compartir,  recordemos que  este  pensamiento  se  favorece cuando impulsamos el trabajo cooperativo porque compartiendo las tareas, los estudiantes  se  sienten,  en muchas  ocasiones, con mayor  libertad  para  explorar  su creatividad, así que  demos  pie  al  trabajo  en  equipo.

Antes  de  terminar, quiero  señalar  que  otro  recurso  que  podemos  aplicar  es  la  Técnica  de los  6  sombreros  de  Edward de Bono la  cual  busca  representar  seis direcciones de pensamiento contenidas en seis sombreros imaginarios,  así que cuando aparece un problema o intentamos tomar una decisión, cada sombrero nos ofrece una premisa, una visión o un encuadre concreto,que  sin  lugar  a  dudas  podemos  llevar  a  cabo  en  el  salón  con  los  alumnos,  para  ahondar  más  sobre  esta  técnica  pueden  buscar  bibliografía  en la  red  o  en  las  librerías.

Para  englobar  todo  lo  anterior, si  deseamos  formar  individuos  auténticos,   integrales, innovadores  y  sobre  todo  creativos debemos  “atacar”  esta  característica  desde  varias  áreas: lógico – matemática,  lingüística,  naturalista,  artística,  etc., cualquier  actividad  que  permita  la  libertad  de  pensar  diferente  y   sea un  reto  a resolver  será  de  gran  ayuda  para  ir  entrenando  el  pensamiento  divergente, ya   Robinson   decía, “En el pensamiento divergente está la semilla de la creatividad”; para  aquellos  que  quieran  conocer   más  a  fondo  las  características  de  sus alumnos,  les  invito  a  descargar  test de  creatividad  que  se  encuentran  en la  red.

Por  último, algo que  quiero  resaltar  es  que la creatividad  no está peleada con la disciplina que  se  requiere  en  un  aula,  por  lo que  no  nos  debemos  confundir,  la existencia  de las  normas  de  convivencia  siempre  debe  ser  el  pilar  de  nuestro  ambiente  de trabajo.

*Colaboración