Nuevos pactos pedagógicos, redes de tutoría
Por Sandra Ortiz y Artemio Ríos*
Hace una semana invitamos a los colegas docentes a realizar una reflexión sobre el uso del tiempo durante el receso escolar. Pusimos sobre la mesa la necesidad de apropiarnos de él; aprovecharlo para mirarnos y mirar, preguntarnos por nuestra pasión dentro del aula: cómo mantenerla viva y refrendar pactos con ella.
Creemos que si los maestros se plantean cambios en la organización de la escuela y del aula –sobre todo si ella tiene que ver con su trabajo cotidiano de enseñanza– es posible que encuentren nuevos desafíos y retos que despierten su interés y curiosidad por realizar nuevas tareas, por fungir un rol con nuevas características. Si un apasionado arqueólogo debe estudiar siempre la misma zona cultural y geográfica, continuamente debe buscar horizontes alternativos que le permitan producir conocimiento nuevo y probarse en nuevas aventuras intelectuales. Dice bien la vieja y conocida canción: “porque llega a ser rutina/ la caricia más divina”, es necesario alimentar nuestra curiosidad y explorar nuevos caminos en la docencia, buscar que nuestra práctica nos recree cada día.
Por ello, en esta ocasión, queremos compartir alguna información sobre las características de una forma de trabajo en el aula conocida como Redes de tutoría. Las Redes de tutoría nombran un movimiento educativo mexicano, que data de la década de los noventa; cuando un grupo de educadores –liderados por Gabriel Cámara Cervera– modificó radicalmente las relaciones de trabajo educativo en las aulas de algunas escuelas en el Estado de México.
La propuesta que hicieron a dichas escuelas fue, que cuando un maestro o alumno estudiaba un tema a profundidad, comprendía la mayor cantidad de puntos relacionados con un texto o problema matemático y demostraba públicamente lo que había aprendido, estaba listo para compartirlo con un compañero en calidad de tutor e iniciar el estudio de un nuevo tema con algún compañero que fungiera como su tutor. Ello significaba que quién podía enseñar en un salón de clases era cualquiera, cualquiera que quisiera compartir y hubiera aprendido un tema en profundidad.
Lo central en este proceso es que los aprendices debían registrar sistemáticamente la manera en que aprendieron el tema que estudiaban, para guiar por un camino parecido a quién en otro momento sería su aprendiz. Además de ello, cada uno elegía el tema de su interés a partir del catálogo de temas que cada tutor tenía en su grupo.
Los grupos de esas escuelas en el Estado de México constituyeron comunidades en donde todos tenían algo que enseñar y algo nuevo que aprender.
A la fecha, muchas escuelas y docentes de todo el país (e incluso de países como Chile y Singapur) han desarrollado redes de tutoría –también conocidas como comunidades de aprendizaje– como forma de gestionar el conocimiento es sus grupos. En México, ya sea desde el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), la Estrategia Integral para la Mejora del Logro Educativo (EIMLE) o algunos otros proyectos de innovación impulsados en las escuelas públicas de educación básica. Muchos centros educativos han fortalecido su capacidad para que sus estudiantes aprendan a aprender en una comunidad de aprendizaje.
Las redes de tutoría fomentan el desarrollo de la autonomía en los estudiantes, pues cada uno, al registrar su proceso de aprendizaje, logra comprender qué herramientas y estrategias le permiten comprender un aspecto de un tópico sin la mediación de un libro de texto o de algún otro dispositivo didáctico. Es en el diálogo con el tutor donde el aprendiz encuentra las preguntas, las “pistas” para comprender y el apoyo para expresar con su voz el conocimiento que ha construido.
Para impulsar redes de tutoría en un aula no se necesita invertir nada sino tiempo e interés. Los maestros que busquen renovar el pacto pedagógico con sus alumnos e implementar una nueva forma de trabajo en el aula, pueden buscar en la Internet la categoría de ‘Redes de tutoría’ y fácilmente encontrarán el sitio que brinda información sobre dicho movimiento educativo (https://redesdetutoria.com/). En el sitio se puede obtener, en el mejor de los casos, la información de contacto de algún maestro o escuela que esté desarrollando redes de tutoría, que se encuentren cerca del interesado y que puedan ofrecer asesoría cercana, o bien, se puede recibir asesoría a distancia por otros miembros del movimiento, así mismo, el docente interesado puede iniciar el estudio de un tema con un tutor de manera virtual para conocer la propuesta.