Mario Delgado negocia comida chatarra con grandes corporativos

POR: Luis Gerardo Martínez García

El tema de la comida chatarra en las escuelas, es un viejo cuento que sirve de cortina de humo por seis meses aproximadamente al inicio de cada sexenio; nunca se avanza y la comida chatarra sigue en las escuelas. Hoy, con Mario Delgado Carrillo al frente de la SEP la historia se repite, porque sus asesores se lo recomendaron dado que ya se saben el algoritmo de la administración pública del sector educativo.

Más allá de quién es Mario Delgado Carrillo políticamente (se los dejo de tarea a aquellos verdaderos lectores), lo amorfo de la SEP es el proyecto nacional de educación al cual a veces lo encapsulan con un impermeable llamado Nueva Escuela Mexicana (NEM). En el marco del Humanismo Mexicano que impulsó Andrés Manuel López Obrador, la NEM es buena idea; lo malo es que en eso quedó: en idea. Nadie de aquellos que toman las grandes decisiones en la SEP le han dedicado tiempo suficiente para diagnosticar, diseñar y desarrollar el tan soñado proyecto nacional de educación de la Cuarta Transformación.

Ni el propio Mario Delgado Carrillo está interesado por este proyecto educativo; es por eso que le vemos las mismas fórmulas de administración pública que aplicaron ex secretarios de educación del neoliberalismo, olvidando los principios del proyecto de nación por el que tanto se ha luchado.

Y es que la rectoría del proyecto nacional de educación la deben encabezar el gobierno federal; recordemos que el sistema educativo institucional es extremadamente centralista. Contrario a lo que podría pensarse como un sistema con la participación de todas y todos, con el pueblo, con los protagonistas de la educación, con los estudiantes y los maestros, realmente los lineamientos, la administración, los libros, el presupuesto, en fin, lo deciden en la SEP.

A veces la ocurrencia taciturna de la administración pública en la educación, propone (como innovación) los foros de participación ciudadana, que no son otra cosa que simulación y curarse en salud, porque éstos se camuflajean de democracia; y a eso nadie se le puede oponer y nadie lo puede cuestionar porque está legitimado con esa presunta participación de la gente. Los foros ya no funcionan; se convirtieron en tomadura de pelo porque no existe voluntad política para escuchar a los otros. El poder impone desafortunadamente.

Entonces, vemos cómo Mario Delgado Carrillo hace oídos sordos a la comunidad escolar y abre las puertas de la SEP a los dueños de los corporativos que venden la comida chatarra en las escuelas. El Secretario de Educación Pública de nuestro país convoca a aquellos que enferman al pueblo para que no se enojen, para justificar esa indicación seria y contundente de la Presidenta Claudia Sheinbaum: ¡Fuera la comida chatarra de las escuelas! Mario Delgado Carrillo reúne a los grandes responsables de la obesidad, la diabetes, el cáncer, etc., para apapacharlos.

La SEP para Mario Delgado es, en consecuencia, el trampolín político que le garantice ser uno de los candidatos a la presidencia de la república en 2030, negociando con los empresarios del país, traicionando al pueblo a través de la educación y la salud de los mexicanos. ¡Se tenía que decir, y lo dije!